EL MUNDO › EL MIEMBRO INFORMANTE DE DIPUTADOS ABRIó EL PROCESO DE IMPEACHMENT DE DILMA
El relator Arantes de la Cámara baja recibe órdenes del jefe de Diputados Eduardo Cunha, abocado a no perder un segundo en la carrera hacia la destitución de Rousseff y consecuente asunción del vicepresidente Michel Temer.
› Por Darío Pignotti
Página/12 En Brasil
Desde Brasilia
La oposición dio un paso, más simbólico que político, hacia el impeachment contra Dilma. Jovair Arantes, relator de una Comisión Especial, consideró “admisible” abrir un proceso para destituir a la mandataria, parecer que la semana próxima será votado por los miembros de ese organismo.
El relator Arantes recibe órdenes del jefe de Diputados Eduardo Cunha, abocado a no perder un segundo en la carrera hacia la destitución de Rousseff y consecuente asunción del vicepresidente Michel Temer, que ayer sufrió un reves al anunciarse el primer paso hacia su impeachment.
Veinticuatro horas después de alardear que no tomaría en serio la orden emanada del Supremo Tribunal Federal Eduardo Cunha entró en razones y la acató, iniciando formalmente el trámite para que su correligionario Temer también sea objeto de un enjuiciamiento, el cual no se sustanciará en lo inmediato.
En el Anexo III del Palacio de Diputados cientos de parlamentarios, asesores y militantes asistieron ayer a la sesión donde Joviar Arantes leyó las 130 páginas de su informe sobre la pertinencia de que Dilma sea sometida a una causa “más política que jurídica... El impeachment no es golpe de Estado...unos van a llamarme héroe, otros van a llamarme villano y golpista, esos rótulos no me preocupan. . . mi mayor preocupación fue la de realizar un trabajo imparcial”.
La solemnidad afónica del relator recibió silbidos de militantes petistas mezclados con el cantito “No va a haber golpe, va a haber lucha”.
Centró su defensa en que Dilma cometió “crimen de responsabilidad” por no haber registrado gastos destinados a la Bolsa Familia y otros fines, aunque éstos aparecieron en el arqueo del ejercicio de 2014.
Una acusación “insostenible” según planteó esta semana el abogado general de la Unión José Eduardo Cardozo.
Quien explicó que la figura del “crimen de responsabilidad” supone una transgresión grave de la ley por parte de un jefe de Estado, lo que no se compadece con la acusación contra Dilma que no pasa de irregularidades “contables” similares a las cometidas por “todos los gobiernos recientes”.
Una barra de seguidores del poderoso Eduardo Cunha coreó “PT andate a Venezuela... a Cuba” en el momento en que Arantes cerraba su intervención y el diputado petista Paulo Pimenta denunciaba “ellos saben que esto puede dar paso a la ruptura del orden constitucional”.
Se espera que la semana próxima el informe sea votado por los 65 miembros de la Comisión Especial del Impeachment y el resultado se enviará de inmediato al Plenario de la Cámara baja. Los defensores de la estabilidad democrática encabezados por Dilma y Luiz Inácio Lula da Silva de un lado y sus enemigos del otro, consideran a la votación en la Comisión como una escaramuza para medir el poder de fuego antes de la contienda final a celebrarse en el Plenario posiblemente dentro de una semana cuando se decidirá la apertura o no del proceso.
Allí los simpatizantes de la destitución necesitarán una mayoría especial de 342 legisladores sobre un total de 513. Es decir, pese a enfrentar el peor momento desde que el PT llegó al gobierno en 2003, las fuerzas lideradas por Dilma y Lula necesitan sólo 172 votos para poner en su lugar las ambiciones de poder de Cunha y Temer ambos del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que cuenta la bancada más numerosa con 68 miembros.
Megalómano, Cunha proyectó un espectáculo destituyente para el domingo 17 de abril cuando planea cerrar la votación de los 513 legisladores presionados por decenas de miles de manifestantes convocados para movilizarse hasta el Congreso. Pero no cuenta con el apoyo del jefe del bloque del PMDB, Leonardo Picciani para quien es “peligroso” incitar a las masas de clase media, donde está la base social del antidilmismo y antipetismo.
Ayer, luego de presentado el documento sobre la “admisión” del impeachment la periodista Renata Lo Prete de la cadena (más que) opositora Globo opinó que la “situación del gobierno viene mejorando de a poco” pues logró contener la pulverización de la coalición oficialista luego de la ruptura anunciada hace una semana por el PMDB. Con el correr de los días se comprobó que seis de los 7 ministros “pemedebistas” se insubordinaron a Temer y Cunha al anunciar que permanecen en el gabinete de Dilma.
Una desobediencia parecida a la que se observaría en el bloque de diputados de esa agrupación donde al menos 31 de sus 68 miembros rechazan enjuiciar a Rousseff, declaró ayer el líder Piciani. Y el Partido Progresista, una agrupación con 51 diputados entre quienes hay varios investigados por corrupción, anunció que continuará junto al gobierno a pesar de haber sido seducidos por la oposición.
“Si hace dos semanas todo indicaba que el gobierno estaba desahuciado ahora nadie se arriesga a decir que pasará . . . la situación está más pareja . porque el gobierno salió a ofrecer cargos descaradamente y Lula recorre el país el país” dijo Fabio Zanini, editor del diario Folha de Sao Paulo. Fuentes parlamentarias de la oposición que conversaron con este diario plantearon su “esperanza” en que finalmente el 17 de abril, o días después, se logre sumar los 342 votos para separar del cargo a la presidenta. “El juego está en movimiento, hay mucha confusión, Dilma no gobierna nada” planteó uno de los consultados. Y siguió, “para nosotros el problema es que Lula está trabajando como un ministro sin cartera, él sabe negociar, está logrando que los partidos chicos sigan cerca del gobierno a cambio de cargos, sacándonos votos. Ese Lula no es joda”.
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