EL MUNDO
› LOS INDICADORES DE ESTADOS UNIDOS FINALIZANDO EL 2003
El año causalmente le cierra
El repunte económico estadounidense y la reciente captura del ex líder iraquí Saddam Hussein incidirían en el aumento de la popularidad de Bush. Pero falta un año para su reelección.
Por Sandro Pozzi*
Desde Nueva York
La caída de Bagdad, la detención posterior del ex líder iraquí Saddam Hussein y la recuperación de la economía van a permitir al presidente George W. Bush cerrar el año con un alza en la popularidad desde agosto. En el frente opuesto, entre las filas demócratas, se va configurando a Howard Dean como su principal rival de cara a las presidenciales que se celebrarán en Estados Unidos en noviembre de 2004.
Bush se puede ir estas navidades de vacaciones un poco más porque los sondeos de popularidad vuelven a favorecerlo de nuevo después de meses de incertidumbre que han cuestionado su apoyo futuro para permanecer otro mandato más en la Casa Blanca. Según la encuesta conjunta publicada ayer por el diario Washington Post y por la cadena de televisión ABC, el 59 por ciento de los votantes estadounidenses encuestados le dan un aprobado global a su gestión y el 60 por ciento de los votantes sometidos al sondeo considera que la administración Bush está lidiando bien con los eventos en Irak. A mediados de noviembre –antes de la captura de Saddam– ese apoyo se limitaba al 48 por ciento, muy tocado por los continuos ataques contra las tropas estadounidenses. Pero de cara al futuro, los votantes no tienen muy claro cuáles son los planes de George Bush para Irak y siete de cada diez encuestados se muestran a favor de que se dé un papel más preponderante en la reconstrucción a las Naciones Unidas y a otros países.
La encuesta refleja una valoración positiva también hacia el desempeño económico de la Casa Blanca. El crecimiento económico analizado fue del 8,2 por ciento en el tercer trimestre de 2003, según cálculos definitivos que el Departamento de Comercio difundió ayer en Washington. Y las primeras cifras del cuarto trimestre anuncian que la demanda seguirá en curso ascendente. El apoyo de los electores se sitúa en un 51% de los votantes y el 42% se atreve incluso a calificarla de “buena” o “excelente” la gestión económica. Los bajos tipos de interés, los recortes en los impuestos y los signos de recuperación económica están en el origen de este cambio de actitud entre los votantes. Pero todavía existen algunas dudas importantes que podrían acabar pasándole factura el año que viene en las urnas, como le sucediera a Bush padre. El nivel de paro sigue siendo muy elevado (5,9%) y durante su presidencia se han destruido tres millones de empleos.
Los estadounidenses son más críticos respecto de otras cuestiones domésticas claves. El 36 por ciento de los encuestados rechazan la reforma del sistema público de asistencia sanitaria para los jubilados (Medicare) y en el ámbito de la educación el apoyo se limita al 47%, el más bajo de su mandato. También se juzga negativamente que bajo la presidencia de Bush se haya deteriorado la imagen exterior de Estados Unidos –tres de cada cinco encuestados–. El secretario de Estado, Collin Powell, se mostró dolido en una entrevista en el The New York Times porque se esté acusando a Washington de seguir una estrategia diplomática unilateral y a base de abusar de su poderío militar. “Es frustrante para mí”, dijo.
Entretanto, en las filas demócratas se va perfilando Howard Dean –ex gobernador de Vermont– como el gran rival de Bush en las próximas presidenciales –su candidatura fue apoyada por el ex vicepresidente y rival de Bush en las últimas presidenciales, Al Gore–. El sondeo de opinión publicado por el Washington Post refleja que el 31% de los encuestados se decanta por Dean, lo que significa un incremento de once puntos en apenas una semana y el doble que en el sondeo de octubre. Ningún otro entre los nueve candidatos demócratas consigue llevarse un resultado de dos dígitos.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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