Mié 24.12.2003

EL MUNDO

Al ángel de la oscuridad se le acaba su “locura”

El juez Guzmán pidió desaforar a Augusto Pinochet por los crímenes del Plan Cóndor. El reciente reportaje que dio el ex dictador chileno, en el que se definió como “un ángel”, sirve de prueba de su lucidez.

Por Manuel Délano*
Desde Santiago

El juez Juan Guzmán pidió a la Corte de Apelaciones de Santiago el desafuero del ex dictador Augusto Pinochet para procesarlo por su participación en los crímenes del Plan Cóndor, la operación represiva que aplicaron en los años setenta las dictaduras militares sudamericanas. El lunes pasado, Guzmán procesó a la cúpula directiva de la DINA, la policía secreta de Pinochet, por el secuestro calificado de nueve personas. Y ayer aceptó el pedido de los abogados Eduardo Contreras, Sergio Concha y Francisco Bravo, que consideran que el general retirado está en buenas condiciones de salud para afrontar un juicio, a pesar de que en otras ocasiones la justicia chilena falló a favor del ex dictador. Guzmán aceptó el pedido y lo remitió a la Corte de Apelaciones de Santiago, que tendrá que pronunciarse sobre este tema.
Convencido de la participación de Pinochet en las reiteradas violaciones a los derechos humanos que fueron cometidas durante su régimen, Guzmán intenta nuevamente sentar al ex dictador en el banquillo de los acusados después de que hace casi tres años lo procesara por los 75 crímenes de la Caravana de la Muerte. Según uno de los abogados querellantes, Eduardo Contreras, en el expediente del Plan Cóndor está “plenamente acreditada la participación de Pinochet: es el cerebro de esta internacional del crimen, como jefe de la dictadura militar chilena”. El Plan Cóndor fue concebido y organizado por el ex jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), el entonces coronel Manuel Contreras, quien estableció desde 1974 acuerdos y después una coordinación entre los servicios de inteligencia de los regímenes de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay para el intercambio de información y la represión de izquierdistas en estos países. Entre las actividades conjuntas, los servicios de inteligencia realizaron operaciones en el territorio de los otros socios de la red y recibían apoyo e información para detener, torturar y asesinar opositores, trasladándolos entre los países.
Manuel Contreras, que rendía cuentas todos los días a Pinochet de los pormenores de la represión a la hora del desayuno, y dos de los mandos superiores de la DINA, el brigadier Pedro Espinoza y el coronel Cristopher Willike, fueron procesados por Guzmán como autores del secuestro y la desaparición de nueve militantes del Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR). Por uno de estos casos, el del dirigente y uno de los fundadores del MIR, Edgardo Enríquez, detenido en Buenos Aires en 1976 por la DINA, y desde entonces desaparecido, el juez Baltasar Garzón ordenó en 1998 la captura internacional de Pinochet, que permitió su arresto en Londres. El mismo caso de este dirigente volvió ahora a amenazar al ex dictador.
Después de que Pinochet fuera sobreseído del caso Caravana de la Muerte por demencia senil, Guzmán y otros jueces han solicitado en varias oportunidades el desafuero del ex general por su responsabilidad en otros crímenes. Pero en esta oportunidad el magistrado cuenta con un elemento nuevo a su favor. En una entrevista que el ex dictador dio en noviembre a un canal de televisión en Miami, se mostró lúcido, con buena memoria y capacidad para hilvanar hechos del pasado. En el reportaje declaró ser inocente de los cargos en su contra, culpó a sus subordinados y hasta llegó a describirse como un “ángel”. Antes de pedir el desafuero a la Corte de Apelaciones, Guzmán miró el video de la entrevista. Uno de los médicos que examinó a Pinochet en 2001, el neuropsiquiatra Pedro Fornazzari, director clínico del Programa de Neurosiquiatría y director adjunto del Programa de Geriatría Psiquiátrica de la Universidad de Toronto, sostuvo que con la entrevista queda demostrado que Pinochet no sufre de una encefalopatía vascular progresiva e irreversible y un deterioro mental severo, “como les hicieron creer a los jueces de unacorte de Santiago los informes de los médicos personales del acusado”. Varios organismos defensores de derechos humanos y familiares de las víctimas de la dictadura aseguran que el diagnóstico médico sobre la supuesta demencia de Pinochet es una “burla”.
Para el abogado defensor de Pinochet, Pablo Rodríguez, el nuevo pedido de desafuero es un “circo” e insistió con que su cliente es una persona enferma. “Desgraciadamente, mis colegas comunistas parecen haberse quedado en la Unión Soviética. No es que esté demente: está impedido de comparecer en un juicio”, dijo ayer. Pero el abogado Eduardo Contreras consideró que “el único payaso triste de este circo es Pinochet. Es un dictador defenestrado, desaforado, procesado, estuvo preso, está acusado como autor de homicidio y secuestro, encima de loco y demente”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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