Desde Barcelona

Los socialistas se quejan de que Podemos obstaculiza el acuerdo para formar gobierno, Podemos insiste en que el único causante del bloqueo es el partido de Pedro Sánchez por no rectificar su pacto con Ciudadanos, y el Partido Popular (PP) achaca el fracaso de las negociaciones a la incapacidad del líder del Partido Socialista (PSOE). Culpas aparte, lo cierto es que a apenas tres semanas de que expire el plazo para una nueva investidura, España no parece que vaya a evitar la repetición de las elecciones.

Así, al menos, lo aseguraron los dirigentes de las cuatro principales fuerzas políticas ayer a la salida de sus respectivas reuniones de partido. Según Antonio Hernando, el portavoz de los socialistas en el Congreso y jefe del equipo negociador, “el tiempo de las ofertas y las contraofertas se acabó”, a la vez que señalaba que “Pablo Iglesias ha bloqueado el cambio en España”. Estas declaraciones las hizo en referencia a la negativa de Podemos a participar en un “acuerdo a tres” con PSOE y Ciudadanos, que se ratificó en la reunión que las tres formaciones celebraron el pasado jueves. En esa ocasión, el grupo de Iglesias presentó un documento con 20 medidas en las que hacía nuevas concesiones en favor del programa ofrecido por los socialistas, siempre y cuando estos renunciaran al pacto que previamente firmaron con el partido de Albert Rivera. “Yo creo que es imposible que Ciudadanos y nosotros estemos dentro de un mismo gobierno y eso es una cuestión de coherencia. Quizás nos podamos poner de acuerdo en regeneración democrática o lo que tenga que ver con el sistema electoral, pero no para estar juntos en el gobierno”, afirmó Iglesias al concluir el encuentro de la semana pasada.

El portavoz socialista, por su parte, asegura con respecto al documento presentado por Podemos que “habría un 70 por ciento de posibles puntos de encuentro si hubiéramos podido discutirlos” y así se los hizo saber el PSOE en una carta de respuesta que les enviaron este domingo. Antonio Hernando explicó que había total coincidencia en políticas esenciales como la Sanidad o la Educación, regeneración democrática o lucha contra la corrupción, pero que seguían sin suscribir al referéndum por la independencia de Cataluña ni a la repartición de cargos de Gobierno propuesta por Podemos.

Desde la formación heredera de los indignados, la versión de los hechos es otra. No son ellos los que impiden el acuerdo para concretar un nuevo Ejecutivo sino las restricciones impuestas por el Comité Federal del PSOE y por Ciudadanos para que no pacten con Podemos. Pablo Iglesias acusó ayer a Pedro Sánchez de estar “en una jaula construida por la dirección de su partido, que ha estado prohibiéndole que pactara con Podemos” y lo instó a liberarse y “explorar con libertad” un acuerdo con su formación, Compromís (partido de izquierdas que representa a la Comunidad Valenciana) e Izquierda Unida (IU).

Iglesias, acompañado en Madrid por Iñigo Errejón y otros dirigentes del partido, insistió en que mantiene su “mano tendida” al PSOE y afirma que sigue dispuesto a sentarse con Sánchez “ya que los ciudadanos están cansados de paripé” pero que, en principio, no aceptará formar parte de lo que califica como un pacto que “se aleja de la socialdemocracia”, su acuerdo con el grupo de Albert Rivera. La última palabra, sin embargo, Podemos decidió cedérsela a su electorado que entre el 14 y el 16 de abril está llamado a votar para decidir si su partido apoya o no el pacto del PSOE y Ciudadanos, al que se refiere como “la vía del 130”, en alusión al número de escaños que suman ambos partidos.

Ante este escenario de mayorías improbables, Mariano Rajoy sigue en la retaguardia, alimentándose de las últimas encuestas que lo dan como vencedor si se repitieran las elecciones. Tras el fracaso de la reunión a tres entre Podemos, Ciudadanos y Socialistas, el todavía presidente en funciones no se cansa de reiterar su propuesta de “gran coalición” con PSOE y los de Rivera como única alternativa a unos nuevos comicios. A su juicio, a esas tres formaciones les une lo “esencial” –según manifestó Rajoy en su cuenta de Twitter ayer– constatando lo que ante sus seguidores dijo en una convención del PP este sábado en Barcelona. “Lo que de verdad necesita España es un Gobierno estable, que genere confianza dentro y fuera”, proclamó el líder del Ejecutivo, a la vez que subrayaba que esa coalición “a la alemana” tiene que estar liderada por el PP, ya que ganó las elecciones del 20 de diciembre.

La oferta que se prevé que el partido de Rajoy le haga a Pedro Sánchez en estos días se sustentaría, según declaraciones de la vicepresidenta en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría, en cinco pilares que los conservadores comparten con los socialistas: la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de los españoles, el proyecto europeo y la lucha contra el terrorismo. La número dos de Rajoy puntualizó que “ese gobierno de coalición puede tener múltiples formas” y que el presidente “está abierto a todas ellas”, lo cual dista, sin embargo, de la contundencia con la que el propio jefe del Ejecutivo manifestó su voluntad de mantenerse al mando de la Moncloa en caso de firmar un pacto con otros partidos.

A la persistencia de Rajoy en el Gobierno es a lo que hasta ahora se negaba tajantemente la joven formación de centro derecha, Ciudadanos. Rivera repitió durante estos casi cuatro meses que si el PP cambiaba de interlocutor estarían dispuestos a negociar, debido a que el presidente en funciones sería incapaz de encabezar la lucha contra la corrupción siendo el líder de un partido que cada día tiene, al menos, un nuevo imputado por fraude. Sin embargo, en las últimas horas y tras el fracaso de la reunión con Podemos y el PSOE, Rivera anunció que está dispuesto a sentarse a negociar con el PP, para evitar la repetición de elecciones generales. “Es una cuestión de etapa política. No me importa que sea Rajoy o que no sea Rajoy, sino que haya una regeneración”, declaró ayer en una entrevista a la emisora radial Cope. El número uno de Ciudadanos cree que todos deberán hacer cesiones: “Ahora lo que necesitamos es sentarnos en una mesa, buscar puntos comunes y tener voluntad de ceder. Vuelvo a pedir al PP que reflexiones sobre la carta que le enviamos para negociar. Un acuerdo para formar gobierno no implica una fusión entre partidos”, aclaró.

Esta semana, entonces, la ruleta de los pactos previsiblemente vuelva a girar hacia la derecha –después de que Podemos rechazara sumarse al acuerdo de Sánchez y Rivera– con reuniones entre socialistas, Ciudadanos y PP, mientras que los de Iglesias esperan el veredicto de sus militantes y el tiempo sigue corriendo hacia unas nuevas elecciones.