La organización separatista vasca ETA planeaba hacer estallar dos bombas de 25 kilos de titadyne cada una en la madrileña Estación de Chamartín el día de Nochebuena. El plan era embarcar en el tren los artefactos explosivos. Lo había conseguido con uno cuando la policía nacional frustró el atentado. Los dos miembros legales de la banda encargados de perpetrarlo fueron detenidos el miércoles en San Sebastián y Hernani. El nuevo fracaso evidencia la debilidad de ETA, agudizada por la presión policial. Por otra parte, un artefacto explosivo estalló el martes pasado a las 21.20 de la noche en la vía férrea entre las localidades zaragozanas de Luceni y Cabañas, a 30 kilómetros de Zaragoza. No hubo daños personales ni destrozos en el convoy.