Sáb 27.12.2003

EL MUNDO

El largo brazo de una “seguridad” que esta vez no llegó a ningún lado

Estados Unidos hizo parar los vuelos del 24 entre París y Los Angeles sin más fundamentación que sospechas sobre parte de los pasajeros. Temieron un ataque contra Las Vegas, pero sólo porque era la mayor ciudad de EE.UU. cerca de esa ruta.

Por Andrew Gumbel *
Desde Los Angeles

Funcionarios del gobierno de Estados Unidos, sensibles a la sugerencia de que sobrerreaccionaron cuando le pidieron a Air France cancelar todos sus vuelos París-Los Angeles en Nochebuena y Navidad, dijeron ayer que pasajeros de uno de los vuelos afectados pueden haber estado planeando estrellarlo contra una importante ciudad estadounidense, posiblemente Las Vegas. Los funcionarios, que hablaron al Washington Post, pidieron el anonimato y ofrecieron escasa información concreta más allá de la identificación de los pasajeros sospechosos, 13 de los cuales ya han sido chequeados, interrogados y aprobados por las autoridades francesas.
La especulación sobre Las Vegas como un posible blanco de ataque parecen estar basadas sobre poco más allá del hecho de que es la única ciudad importante bajo la ruta del vuelo París-Los Angeles. Desde los ataques del 11 de septiembre, las autoridades estadounidenses han implementado nuevos y estrictos procedimientos para monitorear aviones comerciales de línea que se desvían, volviendo impracticables los ataques contra otras ciudades. “La única ciudad grande cerca de esta ruta es Las Vegas, que ellos considerarían un blanco simpático, atractivo”, citó el Post a un funcionario. Los Angeles misma era otro posible blanco.
De los 13 nombres que fueron enviados a las autoridades francesas, hasta nueve parecen haber sacado reservas en el vuelo de Air France número 68 el día de Nochebuena. Incluían a cuatro norteamericanos, dos alemanes, un argelino, un francés y un belga. Los 13 sospechosos fueron interrogados y liberados por la policía francesa. Un funcionario francés dijo al Post que consideraba la alerta de seguridad como un “no acontecimiento”, y ayer se reanudó el servicio normal entre París y Los Angeles. Los anónimos funcionarios norteamericanos, sin embargo, dijeron que la investigación no había terminado y seguían en alerta ante una cantidad de pasajeros no especificada que nunca se presentó en el aeropuerto para abordar el vuelo 68. Uno de ellos, dijeron los funcionarios, era un piloto entrenado.
“Todavía estamos interesados en hablar con esa gente que no apareció para abordar el vuelo –dijo un funcionario–. Puede que de esto salgan más cosas.” El Departamento de Seguridad Interior de EE.UU. elevó su calificación en colores de la amenaza terrorista de amarillo a naranja, el segundo nivel más alto, y sus funcionarios siguen preocupados de que Al-Qaida puede estar planeando una gran operación, o series de operaciones, en suelo norteamericano.
El Aeropuerto Internacional de Los Angeles, del que se cree que ha sido identificado como un blanco potencial de Al-Qaida, al menos desde un complot abortado en la víspera del milenio en 1999, ha elevado su nivel de seguridad a niveles nunca vistos desde los días subsiguientes a los ataques del 11 de septiembre.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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