Mar 30.12.2003

EL MUNDO  › EN BURUNDI FUE MUERTO EL REPRESENTANTE PAPAL

Disparos contra el monseñor

Por Hugh Macleod *

El embajador del Papa en Burundi murió por disparos, ayer, cuando su automóvil fue emboscado por hombres armados en el sur del agitado país de Africa central. Según dijeron los funcionarios del ejército, a Michael Courtney, un prelado nacido en Irlanda en el condado de Tipperary, le dispararon tres veces en una emboscada a treinta millas al sur de la capital Bujumbura. Murió horas después durante la cirugía en el hospital. Tenía 58 años de edad. El Vaticano expresó “profundo dolor” por la muerte del diplomático, pero no ofreció detalles hasta que no estuvieran informados los familiares del nuncio papal. Los funcionarios del ejército de Burundi culparon del ataque a los combatientes rebeldes Hutu de las Fuerzas Nacionales de Liberación (FNL) que se han negado a unirse al proceso de paz.
“El nuncio fue emboscado esta tarde por elementos de FNL cerca de la localidad de Minago, a 40 kilómetros al sur de Bujumbura”, dijo un vocero del ejército, Augustin Nzabampema. La agencia de noticias misionera Misna dijo que Courtney estaba viajando en automóvil con otros tres pasajeros cuando el vehículo fue atacado desde un colina cercana. Courtney recibió disparos en la cabeza, en el hombro y una pierna, mientras otro sacerdote que lo acompañaba fue herido levemente. El conductor y otro pasajero resultaron ilesos. Las balas también hicieron impacto en las ruedas del automóvil, demorando su llegada a la capital y la asistencia médica, dijo Misna. Sin embargo, describía a las circunstancias del ataque como “no totalmente claras todavía”.
El anuncio del 2000 del nombramiento de Courtney como nuncio en Burundi lo describía como “uno de los diplomáticos más experimentados de la Iglesia”, con más de 30 años de trabajo. Monseñor Courtney nació en Nenagh y estudió economía y derecho durante un breve período en la universidad, luego se fue a Roma donde se preparó para el sacerdocio y una variada carrera diplomática para la Santa Sede. Se ordenó en 1968 y trabajó como cura párroco en Irlanda hasta 1976. Luego regresó a Roma para estudios de posgrado y entró a la Academia Diplomática Pontificia. Desde 1980, fue representante papal en Sudáfrica, luego en Zimbabwe, Senegal, India, Yugoslavia, Cuba y Egipto, decía el informe.
Antes de ir a Burundi trabajó cinco años como enviado especial en Estrasburgo, Francia, monitoreando el Consejo de Europa y la Corte Europea de Derechos Humanos.
Se estima que 300.000 personas han sido asesinadas en la guerra civil de Burundi, que lleva una década, en la cual rebeldes de la mayoría étnica Hutu están luchando por terminar con el dominio político de la minoría Tutsi. El principal grupo rebelde en Burundi, las Fuerzas de Defensa Democrática (FDD), firmó un tratado de paz con el gobierno, que le otorgó los más altos puestos ministeriales a los líderes rebeldes. Pero el FNL se negó a negociar con el gobierno y continuó combatiéndolo. Los líderes africanos le han dado al FNL tres meses para unirse a las conversaciones de paz o quedar fuera.
Courtney no es el primer extranjero que muere en la agitación de Burundi. En 1998, el miembro del personal del Programa Mundial de Alimentación, el italiano Renato Riccidardi, murió por disparos de arma de fuego cuando le robaban la casa. En 2000, una monja italiana murió también por disparos y una monja burundiana que viajaba con ella resultó herida cuando iban a misa a Gihiza, a 90 kilómetros al este de la capital Bujumbura. Nunca se supo si fueron el blanco o si el motivo fue el robo en ese caso.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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