EL MUNDO › ESPAñA SE ENCAMINA HACIA UNA NUEVA INVESTIDURA FALLIDA TRAS LA REUNIóN DEL PP Y EL PSOE
Pedro Sánchez confirmó que su partido votará en forma negativa por Mariano Rajoy. El socialista aseguró que el acuerdo entre PP y Ciudadanos perpetúa las políticas que agudizaron la desigualdad, la precariedad y la pobreza que el PSOE quiere revertir.
Mariano Rajoy llega a la primera votación de investidura golpeado y sin los apoyos necesarios para ser reelegido presidente del gobierno español. A menos de 24 horas de que comience el debate, el líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, confirmó ayer que la formación que encabeza votará de forma negativa por el referente del Partido Popular (PP), un anuncio que empuja a España a un segundo nombramiento en ocho meses, después de dos elecciones generales. “Estamos a las puertas de la crónica de una derrota anunciada: la del señor Rajoy en la investidura”, lanzó Sánchez luego de reunirse con el candidato a la reelección del PP en el Congreso de los Diputados. Tras su infructuoso encuentro con el socialista, y a pocas horas de enfrentarse a lo que parece un nuevo fracaso, Rajoy admitió: “No es la primera vez que un presidente es investido con menos de 170 votos, pero en este momento necesitamos seis votos más a favor u once abstenciones”.
El encuentro duró media hora y fue “perfectamente prescindible”, estimó el líder socialista, ya que el referente conservador no propuso nada nuevo y sólo pretendía mostrar al PSOE como responsable del bloqueo institucional en el que se encuentra España. Sánchez reiteró que los 85 diputados y diputadas socialistas dirán que no al aspirante conservador, porque “no cuenta con nuestra confianza, por el uso y abuso que hizo con su mayoría absoluta y porque el presidente de un partido acusado de corrupción no puede ser quien lidere la regeneración democrática”.
Además, señaló que una vez visto el acuerdo entre PP y Ciudadanos, el PSOE tiene aún más razones para votar en contra de Rajoy. En ese sentido, el socialista destacó que el pacto de investidura de los conservadores y liberales firmado anteayer “in extremis” para presionar a los socialistas a cambiar su voto negativo por la abstención, perpetúa las políticas que agudizaron la desigualdad, la precariedad y la pobreza en los últimos cuatro años y que su partido quiere revertir.
Rajoy, vencedor de las elecciones generales del 26 de junio, llega a la sesión de investidura que comienza hoy en el Parlamento con 170 votos afirmativos que no le garantizan la reelección tras el acuerdo alcanzado con el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, al que también se sumó Coalición Canaria, que aportará un voto. El candidato del PP necesita obtener una mayoría absoluta: para ello, debe cosechar 176 votos favorables de los 350 del Parlamento en la votación que tendrá lugar mañana, y, 48 horas después, el 2 de septiembre, al menos deberá alzarse con una mayoría simple, y lograr más votos a favor que en contra.
El mandatario conservador intentó enviar una señal de fortaleza. “Seguiré intentándolo con el Partido Socialista porque tiene la llave, porque es mi obligación. España necesita un gobierno en plenitud de funciones para consolidar la recuperación económica”, remarcó Rajoy. “Hemos cumplido con nuestra responsabilidad y esperamos que otros también lo hagan. Desbloquear no supone apoyar, solo permitir algo razonable: que en España haya un gobierno”, insistió.
Además, Rajoy subrayó que la situación de bloqueo en la que se encuentra España hace mucho daño al conjunto del país y volvió a atribuir la responsabilidad a Sánchez. “Que al menos deje gobernar”, remarcó. Sánchez afirmó que Rajoy acudirá a la investidura sin los apoyos necesarios, haciendo lo que tanto criticó al PSOE, y señaló que si no sale adelante será su culpa. “Es responsabilidad exclusiva de él, de su incapacidad para articular una mayoría suficiente para gobernar en este país”, indicó.
“El PSOE está cumpliendo con la palabra dada. Nos presentamos en junio con un compromiso que era cambiar las políticas del PP y a Rajoy como presidente del gobierno”, apuntó el socialista. A pesar de que el voto negativo del PSOE pone a España al borde de una tercera elección general consecutiva en menos de un año, Sánchez insistió en que su partido estará siempre en la solución. Y volvió a utilizar esa frase para evitar pronunciarse sobre si en algún momento, tras el esperado fracaso de la investidura de Rajoy, intentará formar un gobierno alternativo.
Cuando se materialice el rechazo de la Cámara al candidato del PP comenzará a correr un plazo de dos meses a partir del cual, si no hay acuerdo para formar gobierno, de forma automática se disolverá el Parlamento y se convocarán nuevas elecciones. Tampoco Rajoy develó claramente qué hará en caso de que, como ocurrió luego de las elecciones del 20 de diciembre, en las que ganó el PP pero Sánchez fue quien intentó una investidura –también con el apoyo de Ciudadanos y fracasó–, se abra una nueva etapa para buscar un entendimiento entre los partidos con la amenaza de volver a las urnas. El PSOE no quiere convertirse en el partido que facilite la continuidad de Rajoy en el poder, pero corre el riesgo de ser el que termine llevando a España a nuevas elecciones que, por estrategia del PP, caerían el 25 de diciembre, en Navidad.
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