Mar 30.08.2016

EL MUNDO  › EL CONGRESO COLOMBIANO AUTORIZó LA CONVOCATORIA AL PLEBISCITO

Primer día del cese del fuego

El presidente Juan Manuel Santos resaltó que está preparado para enfrentar a eventuales grupo disidentes de la guerrilla y analiza fecha y lugar para la firma del entendimiento final, que tendrá invitados de todo el mundo.

Colombia atravesó el primer día del cese de fuego bilateral que acordaron el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) con una ausencia de hostilidades destacada por los medios locales. El Ejecutivo de Juan Manuel Santos, en tanto, resaltó que está preparado para enfrentar a eventuales grupos disidentes de la guerrilla y se analiza la fecha y lugar para la firma del entendimiento final, que será ante invitados de todo el mundo. El Congreso autorizó al presidente Santos a convocar para el 2 de octubre el plebiscito en el que se refrendará el acuerdo de paz firmado la semana pasada con la guerrilla en Cuba.

Los negociadores de paz del Gobierno dejaron en claro que el cese del fuego también implica que la fuerza pública podrá redoblar su capacidad institucional y controlar los territorios que durante años ocuparon las FARC. “Queremos transmitirle a los colombianos la certeza de que este equipo negociador no ha sido ingenuo de que habrá actores que quieran persistir en el delito y mantenerse en esa condición”, señaló el ex director de la Policía, general retirado Oscar Naranjo. El miembro del equipo negociador destacó que la capacidad excedente con la que cuenta la fuerza pública a partir de ayer aumenta de manera sustancial para “someter a los criminales al imperio de la ley”.

Tras la firma del acuerdo con las FARC, en el país permanece activo el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que cuenta con 1.500 miembros, y un pequeño reducto del Ejército Popular de Liberación (EPL), que se desmovilizó en 1991 y cuyos sobrevivientes son considerados una banda de narcotraficantes por el Gobierno. Pero, además, opera el Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país nacida de la desmovilización de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) y otras organizaciones criminales.

Naranjo dijo que el acuerdo con las FARC debería ser recibido por las organizaciones del crimen organizado como un mensaje contundente de que el país no tolerará expresiones que perturben la tranquilidad de los colombianos y afecten la convivencia e implementación de los acuerdos. “Quisiera enviar el mensaje a esas organizaciones criminales de que ha llegado el momento de que se sometan a la justicia y sean capaces de leer esta historia”, remarcó.

En la misma linea pareció ir el general retirado del Ejército Jorge Enrique Mora, que también formó parte del equipo negociador y admitió que otros actores del conflicto podrían ocupar las áreas que abandonen las FARC, pero las fuerzas militares quedan con una mayor libertad de acción y eso les dará una mayor capacidad al quedar con más efectivos para encauzar su acción. “Corremos el riesgo de que un grupo pequeño de las FARC se declare en disidencia a los acuerdos de La Habana pero el Ministerio de Defensa, el Gobierno Nacional, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional desde ya están atentos a enfrentar las circunstancias”, afirmó. Admitió que un pequeño grupo manifestó su disidencia, aunque los miembros del secretariado de las FARC están pendientes de la solución de ese problema.

En el debate por la convocatoria al plebiscito de paz del 2 de octubre, en la reunión plenaria de la Cámara 127 parlamentarios votaron a favor y 15 lo hicieron en contra, en tanto que la petición del presidente tuvo en la sesión del Senado 68 votos afirmativos y 21 negativos. Con esta aprobación, el presidente Santos tiene la potestad para convocar al plebiscito del que no se conoce todavía cuál será la pregunta que se les hará a los colombianos.

El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, expresó su beneplácito por la aprobación. “Es un día de fiesta y ustedes han sabido interpretar este sentimiento. Hoy estamos en el preámbulo de la paz definitiva para los colombianos”, manifestó Cristo. Por su parte, el senador del partido Alianza Verde, Antonio Navarro, recalcó que por primera vez el acuerdo con las FARC va a estar refrendado por los ciudadanos.

El ex guerrillero sostuvo que “es necesario que todos los que participemos en el plebiscito aceptemos lo que digan las mayoría, y aún sin conocer la pregunta creemos que este Senado debe decir sí a la convocatoria a un plebiscito el 2 de octubre”. Como se preveía, el Gobierno hizo valer sus mayorías y logró de forma holgada la aprobación para convocar el plebiscito. Las únicas voces en contra fueron las del opositor partido de derecha Centro Democrático, liderado por el ex presidente y senador Álvaro Uribe.

Entre sus argumentos, el uribismo dijo que la discusión era inconstitucional porque el acuerdo final que se dio a conocer desde la semana pasada no tenía la firma del presidente Santos, ya que fue rubricado por los jefes negociadores del Gobierno y de las FARC. La firma del acuerdo, por Santos y el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño, alias Timochenko, se hará en un lugar a definir, entre el 20 y el 26 de septiembre, según el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas.

Ambas cámaras fueron decoradas ayer por los partidarios del sí en el plebiscito con globos blancos, mientras que el Centro Democrático llevó otros de color rojo que, según dijeron, representa la sangre de las víctimas de las FARC. “Con estos acuerdos pasaremos de tener congresistas con votos a congresistas con muertos”, manifestó el senador Fernando Araújo, del Centro Democrático, cuya bancada exhibió un cartel con el dibujo de un sapo para representar los puntos que consideraba polémicos del acuerdo y que la sociedad tendrá que tragar en aras de la paz.

Por su parte el senador Carlos Fernando Galán, del partido Cambio Radical dijo que el acuerdo sellado entre el Gobierno y las FARC el miércoles en La Habana “va a permitir que este país avance hacia una paz auténtica”, pero pidió a los legisladores ser cuidadosos a la hora de reglamentar e implementar el acuerdo.

En el plebiscito, cuya realización fue avalada el 18 de julio por la Corte Constitucional, la opción del sí debe obtener al menos el 13 por ciento del censo electoral, lo que significa que necesitará como mínimo 4.396.626 votos para ser aprobado.

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