El presidente de Brasil, Michel Temer, quien cuenta con apenas el 14 por ciento de aprobación popular en su mandato, designó ayer a su esposa, Marcela Tedeschi, al frente de un plan social destinado a la primera infancia, en una jugada que forma parte de la estrategia del mandatario para mejorar la imagen de su gobierno. A su vez, nombró como ministro de Turismo a un diputado federal, Marx Beltrao, que está procesado en la Corte Suprema por fraude documental.

Marcela Tedeschi Temer, la esposa del presidente brasileño, asumió ayer las riendas de un nuevo programa social llamado “Niños felices”, que estará volcado a la atención de los niños de hasta tres años nacidos en las camadas más pobres de la sociedad. “Quien ayuda a los otros, cambia una historia”, dijo la primera dama en las que fueron sus primeras declaraciones públicas desde que su marido asumió el poder, el pasado 31 de agosto, después de la destitución de la ahora ex presidenta Dilma Rousseff. “Los cuidados en la primera infancia ayudan a inhibir actitudes violentas en la adolescencia. Este compromiso con el presente es para que el futuro sea más feliz”, dijo en su discurso Tedeschi.

Temer puso a jugar a la primera dama en un intento por relanzar su imagen, hacerse más conocido y con aire más familiar, al mismo tiempo que lanzó la campaña “Brasil tiene que salir del rojo”, en la cual sostiene que sus problemas de gobierno son producto de la herencia de Rousseff, de quien fue vicepresidente hasta mayo pasado. La nueva estrategia para mejorar la imagen del gobierno se puso en marcha con la designación de Tedeschi, una joven 43 años menor que su marido y nacida en el interior de San Pablo, en Paulinia, que estudió Derecho y circula por las ciudades brasileñas con seis custodios.

La aparición en escena de Temer había sido demorada debido a que el el gobernante prefirió esperar dejar pasar la campaña electoral para las municipales del domingo. En ámbitos gubernamentales se considera que la presencia de Marcela intentará hacer más amistosa la imagen de un gobierno que apenas tiene una mujer ministra, la abogada general de la administración. La ofensiva en pro de una mejor imagen incluyó el pago de una página de publicidad del gobierno en los principales diarios del país para dar un paso más en el tono político utilizado luego de haber sido acusado de golpista por Rousseff.

El objetivo de Temer, dice la propaganda, es sacar a Brasil del rojo con doble sentido, por las cuentas públicas con un déficit de su gestión de unos 54 mil millones de dólares y por el color del Partido de los Trabajadores (PT). “Vamos a sacar a Brasil del rojo para volver a crecer”, es el título de la campaña que apareció en los diarios y se expandirá en la radio y la televisión. Sin citar a Rousseff, la publicidad indica que el gobierno federal encontró una situación muy grave en las cuentas públicas y pone en la lista 14 puntos negativos de la gestión de la ex mandataria. “Cuando un gobierno gasta más de lo que recauda el que paga la cuenta es usted”, dice el texto, que cuestiona proyectos de infraestructura sin terminar, cita pérdidas en las estatales Petrobras y Eletrobras y cuestiona al banco de fomento Bndes por financiar obras en otros países.

La campaña publicitaria, cuyo valor no fue revelado transcurre luego de que se conociera una encuestas de Ibope, según la cual el gobierno de Temer es respaldado por el 14 por ciento de la población y que el jefe del Estado carece de la confianza del 68 por ciento del electorado.

Por otro lado, el polémico nombramiento de Marx Beltrao, hasta ahora no fue confirmado por la Presidencia pese a que varios portales de noticias lo dieron como un hecho, pero la gubernamental Agencia Brasil informó que el nuevo ministro asumirá en las próximas horas durante una ceremonia en el Palacio de Planalto. Según la agencia estatal de noticias, el decreto del nombramiento será publicado en el Diario Oficial poco antes de la ceremonia de juramento del cargo. El ministerio de Turismo es comandado interinamente por el viceministro Alberto Alves desde el 16 de junio, cuando el diputado Henrique Eduardo Alves renunció al cargo tras haber sido salpicado en el escándalo de corrupción de la petrolera Petrobras.

Alves, un importante aliado de Temer que fue presidente de la Cámara de Diputados, fue acusado por Sergio Machado, el ex presidente de Transpetro, una subsidiaria de Petrobras, de haber recibido una donación para su campaña electoral procedente de recursos desviados de la petrolera. El propio Temer y otros miembros del gabinete también fueron citados por Machado como beneficiarios de los desvíos de Petrobras y la Corte Suprema autorizó el mes pasado la apertura de una investigación preliminar sobre el asunto. Beltrao, así como Alves, es correligionario de Temer en el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), un partido salpicado por numerosas denuncias de corrupción, y ahijado político de Renan Calheiros, el presidente del Senado y otro político blanco de numerosas denuncias.

Su designación como ministro era comentada por la prensa desde junio, pero Temer se resistía a aceptar la recomendación de Calheiros precisamente por la situación jurídica de Beltrao. El ministro está procesado en la Corte Suprema por fraude documental tras haber sido acusado por la Fiscalía de haber entregado al Ministerio de Previsión Social comprobantes de pagos de pensiones con informaciones falsas cuando era alcalde de la ciudad de Coruripe. El jefe de Estado optó por el nombramiento tras un almuerzo con el presidente del Senado en el que discutió las votaciones en el Congreso de enmiendas constitucionales y proyectos de ley de interés del gobierno.