Dom 22.02.2004

EL MUNDO

Las armas de otra parte del llamado “Eje del mal”

El previsible triunfo de la línea dura iraní en las elecciones del viernes arroja un temor especialmente para Washington: que Teherán lleve adelante una política nuclear más agresiva.

Por Angus McDowall*
Desde Teherán

Los conservadores duros en Irán podrían llevar a cabo una política nuclear más agresiva e imponer severas medidas a los reformistas después de tomar el control del Parlamento en una elección que fue boicoteada por sus opositores. Los conservadores pragmáticos llegaron a un acuerdo con Gran Bretaña, Francia y Alemania en noviembre pasado que permite inspecciones a las instalaciones nucleares del país con la esperanza de que una política exterior menos dura pudiera traer un respiro en el escrutinio de los temas internos del país, tales como los derechos humanos. Sin embargo, muchos conservadores duros estaban en desacuerdo con el pacto; a la vez, diplomáticos occidentales creen ver en el sofocamiento de la oposición una oportunidad para conseguir más rápidamente un programa de armas.
Estados Unidos, que se había mostrado sospechoso del acuerdo desde el principio, vio su preocupación reforzada por el descubrimiento de la semana pasada de avanzados equipos de centrifugadoras para enriquecimiento de uranio. Irán no había declarado el equipamiento y su participación en el mercado negro internacional nuclear fue expuesta por la caída del “padre” nuclear paquistaní, Abdul Qadeer Khan. En lo que resultó ser un golpe a la causa reformista, la participación en las elecciones del viernes para la “Majlis” (asamblea) fue más baja que los niveles normales, aunque no lo suficientemente baja como la que habrían deseado los que llamaron a un boicot.
El resultado tampoco es tan decisivo como para que los conservadores afirmen tener un fuerte mandato popular, pero es poco probable que detenga al establishment religioso que no fue electo en sus intentos por suprimir los reclamos de cambio. El presidente Mohammad Jatami ahora se enfrenta a un último año de mandato sin el apoyo de una Majlis reformista. Cuando emitió su voto el viernes, en una elección que había descrito como injusta, el presidente estaba visiblemente enojado y corrió el rumor de que solamente habría anotado unos pocos nombres de los 30 que se le permite para cada votante.
Con el resultado previsto del viernes, después de la descalificación de más de 2300 candidatos reformistas, la elección giraba en torno de la concurrencia. Los primeros resultados sugerían una participación un poco inferior al 50 por ciento, mientras que en Teherán se hablaba de una participación del 30 por ciento. “Votar no va a hacer ninguna diferencia en la vida de la gente, es todo un juego. Los reformistas le hacen creer a la gente que las cosas están mejorando sin hacer ningún cambio real”, dijo Khorram, un comerciante de Teherán.
Muchos de los votantes se expresaron de forma cínica al hablar del proceso y dijeron que solamente querían que les sellaran el documento para demostrar que habían votado. Los reformistas sostienen que se esparcieron rumores deliberadamente diciendo que la gente que no votaba iba a tener problemas con la burocracia. Además, sostienen que es probable que la cantidad de boletas arruinadas supere el 10 por ciento y que muchos votos fueran emitidos al azar. Esto podría llevar a una segunda ronda en varias ciudades en unos meses.
Aunque los conservadores han predominado, están muy divididos en cómo proceder. Los pragmáticos prefieren una aproximación al poder más del tipo “pan y circo”, mientras que los conservadores duros quieren vengarse de sus enemigos reformistas. Hojjatolislam Qavami, uno de los parlamentarios descalificados y presidente del comité legal de la Majlis, le comentó a este periódico el domingo pasado que los opositores a la reforma podrían volverse “talibanescos y limitar toda libertad legal”. Algunos reformistas desean que se les impongan medidas más severas con la esperanza de que esto pueda darles más apoyo de la opinión pública.
Hasta ahora, pareciera ser que los duros están armando la agenda. Pero ahora deberán focalizar en mejorar la economía como un elemento fundamental para mantenerse en el poder. La reforma económica ha sido severamente obstaculizada a raíz de las constantes discusiones entre la Majlis y los conservadores que no han sido elegidos, ahora se podrá llevar a cabo más rápidamente.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Sol Federman.

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