Ayer fue el funeral de Avni Vaseli y Egzon Delou, los dos chicos de 12 años cuyas muertes desataron la violencia que rodea a Kosovo. Mientras, la OTAN movilizó más tropas a las áreas de conflicto entre albaneses y serbios. E insistió, junto con la ONU con que los serbios que escaparon para amontonarse en campos militares serán regresados a sus hogares. Pero los funcionarios que están en esa provincia expresaron su escepticismo al respecto. También surgieron nuevos interrogantes sobre por qué la fuerza internacional en la ex provincia yugoslava permitió la sistemática limpieza étnica, con tropas y policías acusados de observar sin hacer nada mientras las mafias albanesas echaban a los residentes serbios y saqueaban y quemaban sus propiedades. El mapa étnico de Kosovo ha cambiado permanentemente: los refugiados tienen muy pocas chances de volver a vivir en sus casas en condiciones de seguridad. Ayer no se informaron disturbios graves en esta provincia.