Mié 24.03.2004

EL MUNDO  › PUDO HABER UNA CATASTROFE NUCLEAR EN UN BUQUE RUSO

Noticias de una Marina bomba

Por Rodrigo Fernández *
Desde Moscú

Vladimir Kuroyedov, comandante en jefe de la Armada, creó un clima de profunda preocupación en Rusia y en otros países vecinos cuando confesó ayer que el buque insignia de la Flota del Norte, el crucero nuclear “Pedro el Grande”, podía estallar en cualquier momento. Por la tarde y a la vista de la gran alarma provocada por las palabras del almirante, éste se desdijo y aseguró que la situación del buque insignia no amenaza la seguridad nuclear del país.
Las inusitadas declaraciones matutinas de Kuroyedov llegaban al día siguiente de que el “Pedro el Grande” hubiera sido amarrado en Severomorsk, la principal base naval rusa en el mar de Barents y sede de la Flota del Norte, sin que se dieran explicaciones de lo que sucedía con esa moderna nave nuclear. “El buque se encuentra en tan mal estado que puede volar por los aires en cualquier momento, algo especialmente peligroso si se tiene en cuenta que posee un sistema de propulsión atómica”, declaró Kuroyedov a un grupo de periodistas.
El sistema de propulsión del “Pedro el Grande” –el más moderno de los buques de la Armada rusa, que entró en servicio en 1998– está compuesto por dos reactores nucleares con una potencia conjunta de 150.000 caballos de fuerza. El buque, que puede desarrollar una velocidad máxima de unos 32 nudos por hora (60 kilómetros por hora), tiene 253 metros de eslora y 28 de manga. Su desplazamiento es de 26.396 toneladas, su autonomía de navegación de dos meses y está pertrechado con 20 misiles de crucero nucleares Granit con un alcance de más de 500 kilómetros.
Kuroyedov denunció que “por donde andan los almirantes todo está en orden en los buques, pero por donde éstos no pasan, todo se encuentra en tal estado que en cualquier momento puede estallar”. El comandante en jefe de la Armada especificó que se refería también “al mantenimiento del reactor nuclear”. “Semejante actitud del mando hacia el estado de sus buques conduce a la ruina de la Armada”, agregó molesto Kuroyedov, que ha dado dos semanas de plazo al contraalmirante Vasili Kasatonov, capitán del “Pedro el Grande”, para “subsanar todos los fallos”.
Las declaraciones de Kuroyedov eran tanto más preocupantes por cuanto se enmarcaban en la serie de fracasos nucleares que ha sufrido la Armada rusa últimamente. Así, durante las primeras maniobras de armas nucleares estratégicas realizadas desde hace 30 años, que se desarrollaron a mediados de febrero pasado, dos misiles intercontinentales no lograron ser lanzados desde submarinos atómicos y un tercero tuvo que ser destruido después de que se desviara de su trayectoria. Además, nadie ha olvidado en Rusia el hundimiento del submarino nuclear “Kursk”, que costó la vida a sus 118 tripulantes en agosto del 2000.
El comandante en jefe de la Armada se vio obligado a desdecirse ayer por la tarde de las alarmantes declaraciones hechas en la mañana. “El servicio de seguridad nuclear a bordo del buque ‘Pedro el Grande’ responde a todas las exigencias necesarias, pero el estado de los espacios comunes y camarotes es insatisfactorio”, señaló. “Las informaciones según las cuales el buque constituiría una amenaza nuclear no corresponden de ninguna manera a la realidad”, aseguró Kurayedov.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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