Mié 31.03.2004

EL MUNDO

La inmolación en pleno Congreso que deja al desnudo la crisis boliviana

Carlos Mesa, presidente boliviano, lo atribuyó a un desequilibrio personal. Pero la inmolación de un minero en el Congreso sugiere que no es así y sindicalistas acusaron a Mesa por el atentado suicida.

Un minero boliviano se inmoló ayer al hacer explotar una carga de dinamita que llevaba en su cuerpo, en el interior del Congreso de ese país. Además del ex trabajador minero Eustaquio Pichacuri, murieron el comandante policial del grupo de seguridad del Congreso, coronel Marvel Flores, y un policía de menor rango. En el momento de la explosión los policías intentaban negociar con Icachuli Collaca. También hay siete heridos, dos de ellos altos jefes de Inteligencia en grave estado, indicaron medios locales. Pichacuri había entrado al Parlamento para reclamar la devolución de sus aportes jubilatorios. El presidente boliviano, Carlos Mesa, indicó que el atentado fue “un hecho aislado” sin ninguna “connotación política ni social”. Pero dirigentes mineros repudiaron al mandatario, a quien señalan como el culpable del atentado suicida. Y anunciaron una asamblea nacional contra el gobierno. Según ellos, la actual administración es similar a la del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada.
La explosión ocurrió pasadas las 15 horas locales (14 de Argentina), en la planta baja del anexo al edificio central del Congreso, cuando ya había sido suspendida la interpelación a los ministros de Presidencia, José Galindo, y de Desarrollo Económico, Javier Nogales. Cinco minutos antes, el presidente Carlos Mesa había salido de Palacio de Gobierno por la calle Ayacucho, sobre la Plaza Murillo. Según los primeros informes de la policía, el ex trabajador reclamaba la devolución de los aportes que hizo al sistema de pensiones. El ex trabajador, que tenía un cinturón de dinamita atado a su cintura, fue detenido no bien ingresó al Parlamento. Mientras lo retenía la policía, Eustaquio Pichacuri se declaró parte de la llamada “generación sandwich”, que surgió con la reforma de pensiones aplicada por el gobierno del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Esta reforma neoliberal le sacó el derecho a la jubilación a cientos de trabajadores bolivianos.
Al igual que otros distritos mineros del país, el rico yacimiento de estaño de Huanuni, donde trabajó Pichacuri, sufrió una fuerte decadencia después de que en el 2000 fuera privatizado y comprado por la trasnacional Allied Deals, luego RBG. Más tarde, esta compañía quebró en Gran Bretaña por fraude. Mientras, en Huanuni, el desempleo y la miseria paralizaron todas las actividades económicas dependientes de la minería, cuyos habitantes encima tuvieron que sufrir el cambio en el régimen previsional. Según denuncias de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros (FSTMB), Allied Deals no invirtió en Huanuni pero explotó estaño por más de 6 millones de dólares con la complicidad de funcionarios gubernamentales. La ruina del yacimiento de Huanuni y de todas las actividades económicas del distrito provocó protestas con cortes de rutas durante el gobierno del ex presidente Sánchez de Lozada, derrocado el 17 de octubre del año pasado por una rebelión popular.
Los siete heridos en la explosión fueron trasladados a la clínica Virgen de Copacabana para ser atendidos de urgencia. Según varios diarios locales, entre ellos hay al menos dos altos jefes de Inteligencia que están muy graves y que en el momento de la explosión intentaban disuadir a Pichacuri. Poco después, el ministro de Gobierno, Alfonso Ferrufino, apareció custodiado en la Plaza Murillo y no dio informes sobre las bajas en la policía. Mientras, el presidente Mesa suspendía su asistencia al partido de fútbol entre Bolivia y Chile por las Eliminatorias del campeonato mundial, que se jugó ayer.
Más tarde, en una conferencia de prensa en el Palacio Quemado de La Paz, el presidente manifestó que el atentado suicida no tiene ninguna connotación política ni social y lo consideró como un “hecho aislado”.
El presidente describió a Pichacuri como una persona “aparentemente desesperada con un conjunto de peticiones de carácter estrictamente personal, que llevaba una fuerte carga de explosivos en el cuerpo y adicionalmente una carga de explosivos en una mochila que llevaba consigo. Finalmente llevó adelante una acción que ha generado este drama”.
Mesa también pidió a los dirigentes sindicales y de movimientos sociales “tranquilidad, serenidad y una reflexión en profundidad de que este es un hecho aislado”. El presidente del Congreso, Hormando Vaca Diez, ratificó en la misma conferencia que el atentado “no tiene ningún tipo de connotación política o social y es de naturaleza personal”.

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