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La ofensiva de los chiítas radicales descolocó a las fuerzas británicas
Los milicianos del clérigo Muqtada al-Sadr atacaron a los soldados británicos en Basora, buscando el control de los edificios de gobierno. En un contexto volátil, los soldados parecieron retomar los controles. Varios milicianos murieron y siete soldados resultaron heridos.
Por Justin Huggler*
Desde Bagdad
Tropas británicas fueron atacadas en Basora ayer por milicianos chiítas leales al clérigo radical Muqtada al-Sadr, quienes salieron a las calles en lo que parecía ser un intento por controlar la ciudad. Hombres armados de la milicia Ejército de Mehdi atacaron a las patrullas británicas, levantaron sus propios puestos de control e intentaron tomar el control de edificios gubernamentales. Hacia la noche, las fuerzas británicas parecían haber retomado el control. El gobernador decretó la prohibición de llevar armas y la formación de una fuerza de reacción rápida para hacer frente a los disturbios. “Nadie tiene derecho a llevar armas y los infractores pueden ser sancionados con una pena de cadena perpetua”, declaró el juez Wael Abdel Latif, que también es miembro del Consejo de gobierno instaurado por los estadounidenses. La cadena de televisión Al Jazeera informó que tropas británicas en la sureña ciudad de Nassiriya detuvieron en su casa al vocero de Sadr, Mouin al Assadi.
La repentina violencia llegó un día después de que uno de los principales asesores de Sadr en la ciudad ofreciera recompensas para quienes mataran o capturaran un soldado británico y dijo que quien capturara una mujer soldado podría mantenerla como esclava. El jeque Abdel Sattar al-Bahadli señaló que las recompensas eran en respuesta a las torturas y al maltrato de prisioneros iraquíes, por parte de las fuerzas de ocupación. Además de los abusos por parte de soldados norteamericanos en la prisión Abu Ghraib, soldados británicos fueron acusados de torturar y golpear hasta la muerte a prisioneros iraquíes en Basora. Las fuerzas británicas describieron la violencia simplemente como “incidentes”. Pero la información sugiere que podría ser más serio. En la madrugada hubo explosiones en la ciudad y el Ejército de Mehdi comenzó a realizar llamamientos desde las torres de las mezquitas para que la gente saliera a las calles. La milicia intentó tomar el control de la oficina del gobernador y de la empresa petrolera local, pero las tropas británicas y la policía iraquí bajo comando británico lograron repelerlos. Hubo un tiroteo frente a la oficina del Banco Central iraquí, y la milicia logró controlar un puente de la calle principal al sur de la ciudad. Al menos dos iraquíes y siete soldados británicos resultaron heridos en los enfrentamientos.
El jeque Bahadli lideró a un grupo de milicianos quienes se alzaron con el control de una importante intersección, también en el sur de la ciudad. Según las informaciones, las calles estaban totalmente desiertas excepto por hombres armados. Las fuerzas británicas mantuvieron rodeada la sede local de Sadr con alrededor de 50 vehículos por varias horas. Pero los británicos no pudieron entrar a los angostos callejones de la parte antigua de la ciudad. Al menos dos iraquíes murieron y tres soldados británicos fueron heridos, según el vocero militar. También había violencia en la cercana Amara, donde milicianos atacaron a un convoy militar británico. Testigos dijeron que nueve guerrilleros murieron cuando llegaron helicópteros para apoyar a las tropas. Un niño murió cuando su casa fue atacada. Dos soldados fueron heridos, dijo el ejército. Además, tropas británicas atacaron una oficina del movimiento de Sadr, donde mataron a tres milicianos e hirieron a otros ocho.
Mientras, el ministro de Defensa confirmó que está investigando varias muertes de iraquíes bajo custodia británica después de que se revelara que Baha Mousa murió después de ser arrestado por soldados británicos en septiembre del año pasado. Su familia dice que fue golpeado hasta morir por soldados británicos.
Las fuerzas de Sadr también estaban bajo ataque en los alrededores de Najaf y Kerbala, en una nueva ofensiva de Estados Unidos. Las ciudades son sitio de los santuarios más sagrados chiítas en el mundo y hay temores deque si Estados Unidos intenta un ataque como el de Faluja del mes pasado, haya una violenta reacción chiíta que apoyaría a Sadr.
* De The Independent de Gran Bretaña especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.
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