Volvió la primavera y, con ella, la temporada de combates a la zona de Kashmir en los Himalayas, cuyo descongelamiento permite la acción terrestre de separatistas musulmanes aliados a Pakistán contra la India. Un total de 33 personas, entre soldados y sus familiares, resultaron muertas en el atentado con explosivos contra un autobús militar ocurrido en la zona (foto). Según la agencia, que cita fuentes de la Fuerza de Seguridad Fronteriza de la India, de los muertos 15 eran soldados y 18 familiares de los militares, entre ellos al menos seis mujeres y tres niños, que viajaban en un autobús para una excursión de fin de semana. El hecho, que parece diseñado a testear al nuevo primer ministro indio Manmohan Singh, empieza a echar por tierra las negociaciones de paz indo-paquista-níes anunciadas con bombos y platillos en febrero. Se comprende: en ese momento era invierno, y no se podía combatir.