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› LA GUERRA DEJA 18 MIL POTENCIALES
TERRORISTAS DE AL QAIDA, SEGUN UN INFORME
Un mundo más inseguro después de Irak
La ocupación angloamericana en Irak se justificó en la lucha antiterrorista. Paradójicamente, la guerra ha acelerado el reclutamiento de terroristas, dice un informe del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres. Ayer el Pentágono informó que sustituirá al general Ricardo Sánchez, desmintiendo que fuera por efecto del escándalo por los abusos a iraquíes.
Por Kim Sengupta *
La ocupación estadounidense y británica en Irak aceleró el reclutamiento de adeptos a la red terrorista de Osama bin Laden y ha convertido al mundo en un lugar más inseguro, según un importante think tank basado en Londres. Las conclusiones del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS en sus siglas inglesas) sostienen que la ocupación se ha convertido en un “potente pretexto para el reclutamiento global” para Al Qaida. La invasión de Irak ha provocado la expansión de Al Qaida por 60 países y ha puesto a su disposición un ejército de 18.000 terroristas en potencia, dispuestos a atacar los intereses de Occidente. Según este centro, la coalición sólo podía haber garantizado la seguridad en Irak desplegando 500.000 soldados.
“Estimaciones de inteligencia indican que Al Qaida está presente en más de 60 países” y aunque ha perdido unos 30 dirigentes y 2000 miembros, “mantiene intacta una parte de su dirección y cuenta con más de 18.000 terroristas en potencia y está acelerando el reclutamiento gracias a Irak”. Se estima que alrededor de 1000 seguidores de Al Qaida están en este momento activos en Irak. La invasión de Irak, según el informe del IISS, publicado ayer, ha impulsado a Al Qaida a tomar acción y ha debilitado la guerra al terror. Al mismo tiempo, ha dividido a la alianza occidental, dejando a Estados Unidos y a Gran Bretaña muy aislados. El documento señala que el nivel de confusión en Irak es tal que Estados Unidos y Gran Bretaña tendrían que haber mantenido 500.000 soldados en ese país para garantizar la seguridad, más del triple de la tropas desplegadas hoy en día (145.000) para lograr estabilizar al país. Jonathan Stevenson, uno de los editores del estudio, sostiene que “la invasión de Irak debilitó la guerra contra el terror. Ha fortalecido a Al Qaida, en vez de debilitarlo”. “En términos generales, los riesgos de terrorismo para los occidentales y los intereses occidentales en países árabes parecen haberse incrementado desde que empezó la guerra de Irak en marzo de 2003”, reconoce el IISS.
El informe condena las tácticas estadounidenses y británicas, especialmente durante el período de la posguerra. Comenzando con la decisión desastrosa de Paul Bremer, el jefe norteamericano de la Autoridad Provisional de la Coalición, de disolver al ejército iraquí –dejando un vacío de seguridad–, continúa criticando las tácticas de ocupación. Luego, las razzias produjeron arrestos masivos y los allanamientos agresivos “inspiraron de manera perversa a la violencia rebelde”. El informe señala que, a pesar de su brutalidad, Saddam Hu- ssein nunca intentó desarmar a la población iraquí. La matanza de seis soldados británicos en la ciudad de Majar al Kabir en junio de 2003 fue después de una operación del ejército británico en la que buscaban armas. Al mismo tiempo, sin embargo, se les permitió a los militantes kurdos quedarse con sus armas.
El IISS subraya las deficiencias de la política norteamericana después del derrocamiento de Saddam. “La anarquía y los saqueos después de la liberación de Bagdad el 9 de abril de 2003 fueron reemplazados por una situación de criminalidad, violencia e inestabilidad. Un año más tarde, las tropas norteamericanas y las recientemente constituidas fuerzas iraquíes se enfrentan a una insurgencia que se ha convertido en un obstáculo para la reconstrucción del país y conducirlo hacia la democracia y la estabilidad.” Al no poder controlar la situación, Estados Unidos ha permitido la formación de nuevas milicias privadas para garantizar la seguridad, como ha ocurrido en Faluja, remarca el IISS.
La Autoridad de Coalición Provisional, dice el informe, tiene poco conocimiento del país que debe controlar. Y los exiliados iraquíes que los norteamericanos han hecho retornar al país para que se conviertan en la nueva elite política “son muy impopulares... no han logrado penetrar en la sociedad iraquí, movilizar su apoyo ni engendrar alianzas”. Entre los miembros principales del IISS se encuentran ex funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y Gran Bretaña. La Cancillería británica ha contribuido 100.000 libras esterlinas para montar su nueva sede en el centro de Londres. La ex primera ministra Thatcher y el ex secretario general de la OTAN, Lord Robertson de Port Ellen, estuvieron en su apertura.
El informe de septiembre de 2002 del IISS sobre los arsenales de destrucción masiva de Saddam Hu- ssein fue utilizado por el gobierno británico para legitimar sus planes de invasión. El informe fue reinterpretado por las administraciones de Bush y Blair como “prueba” de que Saddam estaba a meses de lanzar un ataque químico, biológico o nuclear. Partes del informe del IISS fueron reciclados en un nuevo informe del gobierno británico en el que se omiten las dudas de los informes de inteligencia que había expuesto el instituto. Hoy, el IISS reconoce haberse equivocado respecto de la amenaza real que representaba Irak.
El director del instituto, John Chipman, señaló, “los problemas, tanto políticos como de seguridad, van a continuar e incluso incrementarse durante las próximas seis semanas hasta la transferencia y luego en los seis meses que transcurrirán hasta la fecha propuesta para las elecciones nacionales”. Un editor del informe, Gary Samore, dijo respecto del comportamiento de las fuerzas norteamericanas: “Estados Unidos se está dando cuenta de que la primera ley del mantenimiento de paz es igual que la primera ley de la medicina forense: ‘Todo contacto deja huellas’. Se ha dejado demasiadas huellas negativas, y serán necesarias muchas huellas positivas para recuperar la reputación, el prestigio y, por lo tanto, el poder efectivo” de las fuerzas norteamericanas. “Que la guerra de Irak sea percibida como un éxito a largo plazo depende de una transferencia de poder exitosa a un gobierno iraquí en una situación de estabilidad. Esto no parece demasiado esperanzado en este momento, y está relacionado con la forma en que la guerra y sus consecuencias han sido manejados por la coalición”, concluye el documento.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.