EL MUNDO › COLIN POWELL DESEMBARCO EN IRAK PROMETIENDO DINERO Y MANO DURA
Visita consular al estado número 51
Colin Powell, secretario de Estado norteamericano, llegó ayer a un Irak en guerra, con rehenes y en crisis económica, prometiendo empleos y mejoras en la vida diaria para contener la insurgencia.
Por Georgina Higueras *
Desde Bagdad
En una visita sorpresa, el secretario de Estado norteamericano Colin Powell prometió ayer acelerar el desembolso del dinero para la reconstrucción del país, de manera que haya más oferta de trabajo y se mejoren las necesidades mínimas de agua y electricidad. Al mismo tiempo, amenazó con usar puño de hierro contra los terroristas y quienes luchan contra la presencia de la Fuerza Multinacional en Irak. Poco antes de su llegada, 13 civiles resultaron muertos durante los feroces combates entre rebeldes y tropas de EE.UU. y de la Guardia Nacional iraquí en Faluja, a 60 kilómetros de Bagdad.
Powell se entrevistó con el presidente Gazi al-Yawar, a quien expresó la voluntad de EE.UU. de facilitar la concesión de contratos para obras de infraestructura, de manera que mejoren las condiciones de vida de millones de iraquíes que sufren desde marzo de 2003 las consecuencias de la invasión norteamericana. El jefe de la diplomacia estadounidense señaló que los nuevos contratos permitirán encontrar trabajo a los que lo busquen. “Si la población ve que el país mejora y que el dinero llega para facilitarles la vida confiará en el gobierno y dará la espalda a los terroristas”, dijo Powell, el funcionario de más alto rango de EE.UU. que visita Irak desde la transferencia de soberanía, el pasado 28 de junio.
Intelectuales y expertos iraquíes sostienen que la resistencia se reducirá considerablemente si se da empleo a los cientos de miles de hombres de las fuerzas de seguridad del antiguo régimen que se quedaron desocupados con los nuevos administradores. Powell aprovechó la oportunidad para criticar los intentos de Teherán por incrementar su influencia entre la comunidad chiíta iraquí. “Irán tiene la capacidad de jugar un papel muy positivo en Irak, pero estamos preocupados por algunos de los movimientos que realiza en el sur del país y la influencia que tratan de ganar allí”, afirmó.
“Confiamos en que las autoridades iraníes comprendan que es de su interés tener un Irak estable como vecino”, agregó Powell, tras recordar que los pueblos de ambos países han derramado “demasiada sangre” en los últimos años. Irán e Irak se enfrentaron en una guerra de ocho años (1980-1988) que finalizó en tablas. El secretario de Estado conminó a ambos países a vivir en paz y evitar la confrontación.
Desde que es primer ministro, Iyad Allawi ha reiterado que Siria e Irán deben controlar sus fronteras para impedir la llegada a Irak de militantes que alienten la insurgencia, algo que Irán niega con rotundidad. Bagdad además asegura que desde que cayó el régimen se han infiltrado numerosos agentes iraníes. “Ese ejército de las tinieblas está cada vez más desesperado e impotente. Por eso han redoblado los ataques, pero el tiempo los colocará en su lugar”, dijo el presidente al referirse a la ola de secuestros de extranjeros, atentados suicidas y coches bomba que sacude a diario el país. Al Yawar señaló que durante su encuentro con Powell no se trató la propuesta de Arabia Saudita de crear una fuerza islámica para ayudar a Irak a superar la actual inestabilidad.
Powell atacó con puño de hierro a los terroristas. “Son criminales que no tienen futuro. Son nostálgicos del antiguo régimen. No creo que el pueblo iraquí quiera volver al pasado”, afirmó. En medios diplomáticos la visita de Powell es considerada un espaldarazo al gobierno de Allawi. “Reafirmo nuestra determinación de seguir trabajando con el gobierno interino conforme camina hacia el proceso de establecer la democracia, sentar las bases para la libertad y el respeto de los derechos humanos”, dijo.
El secretario de Estado trató de calmar el malestar desatado entre los 1000 miembros de la Conferencia Nacional que debía haberse reunido hoy en Bagdad y que se retrasó dos semanas a instancias de Naciones Unidas. Powell indicó que él también lamentaba el retraso. Mientras, en Bagdad se escucharon ayer cuatro explosiones en el centro, pero no se informó de víctimas. La tarde fue una tensa espera de noticias del camionero indio secuestrado, amenazado con ser decapitado y cuyo tercer ultimátum finalizó para ser renovado por un cuarto, también por 24 horas.
Del rehén indio no se supo nada, pero otro grupo anunció que había secuestrado a dos ciudadanos sirios. Al parecer se trata del mismo, Brigadas de la Muerte que tiene cautivos a cuatro jordanos. El jeque Hicha al Dualimi se ofreció a mediar para lograr la liberación de todos los secuestrados, que ya son más de una decena.
En Faluja la batalla comenzó de madrugada, cuando fuerzas de EE.UU. atacaron una casa en la que supuestamente se habían refugiado rebeldes. La respuesta de los insurgentes fue inmediata. El enfrentamiento duró varias horas. EE.UU. utilizó helicópteros y tanques; los rebeldes, morteros, granadas y ametralladoras. Fuentes hospitalarias dijeron que 11 personas resultaron muertas y otra decena heridas. Asimismo, dos casas fueron destruidas, al igual que varios talleres pequeños de reparación de coches.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.