Sáb 13.04.2002

EL MUNDO  › ASUMIO EN VENEZUELA UNA JUNTA CIVICO-MILITAR EN LUGAR DE CHAVEZ

El fin del sueño abre una pesadilla

El nuevo presidente, Pedro Carmona, disolvió el Parlamento y removió la Corte Suprema, gobernadores y alcaldes. Dijo que gobernará por un año y designó a dos militares en puestos clave. Hay “una caza de brujas” contra los principales dirigentes chavistas.

El sueño bolivariano, que había nacido con un golpe, definitivamente, terminó. Y con otro golpe. Pedro Carmona Estanga, hasta ayer titular de la principal corporación empresaria del país, Fedecámaras, asumió ayer por la tarde la presidencia de Venezuela, al frente de una “junta consultiva” de la que se desconocen sus miembros, en reemplazo de Hugo Chávez Frías, que en la madrugada del viernes quedó detenido por las fuerzas armadas en Fuerte Tiuna, el principal cuartel militar de Caracas. En medio de los militares, Carmona dijo que será el presidente interino del país y que convocará a elecciones parlamentarias en ocho meses y presidenciales en un año. Sus medidas concretas son contundentes: disolvió la Asamblea Nacional, destituyó a alcaldes, gobernadores y jueces del Tribunal Supremo y revocó por decreto las 49 leyes dictadas el año pasado por Chávez en el marco de sus (ex) poderes especiales. Con la suma del poder público, Carmona declaró que no habrá una gota más de petróleo para Cuba, que con Chávez tenía tarifas preferenciales, y suprimió el adjetivo de “Bolivariana” para la República de Venezuela. Fuentes consultadas por este diario afirman que hay “una caza de brujas” contra los chavistas. Por la noche, unas 300 personas destrozaron tres autos ubicados en la vereda de la embajada de Cuba. Otros 300, esta vez chavistas, se juntaron en Fuerte Tiuna, donde está detenido el ex presidente, para pedir su liberación.
“Aquí están metiendo presos a todos los personeros del gobierno de Chávez. La situación es particularmente tensa en los ‘círculos de Defensa bolivarianos’ (grupo de choque que defendía a Chávez y que participó en los enfrentamientos en las cercanías del palacio presidencial de Miraflores)”, describió Valentina Alvarez, periodista de Unión Radio, una de las cadenas radiales más importantes de Venezuela. “La represión es brutal, no se dice nada de esto, pero está habiendo detenciones masivas que nada tienen que ver con la cuestión de la represión de anteayer. Están persiguiendo hasta al ex ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, una de las figuras más respetables del gobierno anterior”, declaró el periodista y analista político Juan Antonio Gómez Gómez. “Si el tono de este gobierno va a estar marcado por lo que pasa hoy (por ayer), entonces estamos ante un régimen de extrema derecha profundamente autoritario, y más autoritario que el anterior. Han destituido todos los poderes públicos y se lo han dado a Carmona. Esto es increíble”, razonó el general Alberto Miller Rojas, ex embajador del gobierno de Chávez en Chile, que renunció en su momento denunciando el “bonapartismo” del ex presidente. “Hay una cacería de chavistas en marcha, de eso no hay dudas. A lo mejor es un exceso propio del día después, pero debo decirte que esto se parece al clima de la Revolución Libertadora en Argentina”, dijo el experto argentino Ricardo Mitre, radicado hace años en Venezuela.
La banda en fuga
Poco se sabe de la banda en fuga. El ex ministro de Defensa y uno de los personajes emblemáticos del chavismo, José Vicente Rangel, pidió asilo en la embajada chilena, algo que fue confirmado por fuentes oficiales de Santiago. La esposa de Rangel es chilena y se está estudiando si se le da o no el asilo. Al alcalde de Caracas y presunto “financiador” principal de los “comités de Defensa Bolivarianos”, Freddy Bernal, no se lo puede ubicar. Del ex canciller Luis Alfonso Dávila, que volvió ayer de un viaje en el exterior, tampoco se sabe demasiado. Y lo más importante: no se sabe cuál es el destino final del mismo Chávez, detenido en Fuerte Tiuna, sin haber tomado contacto siquiera con su familia. Efectivamente, tanto su familia como algunos ex funcionarios alegan que Chávez nunca renunció y que eso hace que esto sea, en términos, por ejemplo, de la OEA, una ruptura del orden constitucional (ver nota aparte).
Un grupo de 300 a 400 personas rodearon ayer la embajada de Cuba, sospechando que allí se refugiaron varios ex colaboradores y diputados que respondían a Chávez. El asedio incluyó el corte de luz y de agua a la embajada. “¡Van a tener que comerse las alfombras!”, gritaban algunos exaltados. El canciller cubano, Felipe Pérez Roque, dijo que sus diplomáticos en la embajada tienen órdenes de defender el edificio “aún al precio de la vida” frente a esa “turba violenta”. Pero Cuba tiene a partir de ayer problemas más graves.
Es que todo volvió a ser como era antes de las últimas medidas de Chávez en el corazón de la economía venezolana: PDVSA. Carmona dispuso la renuncia de la plana mayor nombrada por Chávez y la restitución al frente de la empresa del general Guaicaipuro Lameda, uno de los primeros militares en criticar públicamente a Chávez. También fue restituido el gerente de Suministro, Refinación y Comercialización de PDVSA, Edgar Paredes, cuyo primer anuncio fue: “Ni un sólo barril de petróleo irá para Cuba”, en referencia al acuerdo suscripto en el 2000 en el que Venezuela suministraba a La Habana 53.000 barriles diarios de crudo (un tercio del total consumido en la isla) con facilidades de pago. “La empresa fue usurpada por personas que responden a sectores golpistas, por lo que no reconocemos su legimitidad”, declaró Pérez Roque. El canciller también manifestó su sorpresa: “No puedo imaginar un escenario de consolidación de un golpe de Estado en América Latina en el siglo XXI. No puedo creer que eso sea posible”.
El nuevo gobierno
“Juro ante Dios todopoderoso, ante la patria y ante todos los venezolanos restablecer la plena vigencia de la Constitución de 1999 y restituir el estado de derecho,la gobernabilidad y la garantía del ejercicio de la libertad ciudadana, del respeto a la vida, de la igualdad y de la responsabilidad social”, dijo Carmona a las seis de la tarde de Venezuela. La restitución de la que habló el nuevo presidente implica la destrucción de toda la institucionalidad que Chávez construyó en la Revolución Bolivariana: el Congreso unilateral, la “República Bolivariana”, la Constitución del 2000 (“El muchachito”, apodada por Chávez). Además de los diputados de la Asamblea Nacional y los magistrados del Tribunal Supremo, cesaron en sus funciones el Defensor del Pueblo, el Fiscal General, al Contralor y el Consejo Nacional Electoral. Y también se revocó el mandato de los gobernadores y alcaldes electos, algo que se instituyó a mediados de los 90 con la descentralización del poder durante el gobierno de Rafael Caldera.
El nuevo gabinete está conformado por un órgano consultivo de 35 miembros principales y 35 suplentes. En algunos puestos clave, como el Ministerio del Interior y el secretario general de la presidencia, estarán militares: general de división de la Guardia Nacional, Rafael Damiani Bustillo, y vicealmirante retirado Jesús Enrique Guillermo García, respectivamente. José Rodríguez Iturbe (del partido derechista Primero Justicia) jurará hoy como canciller, Leopoldo Martínez en Finanzas y Héctor Ramírez Pérez en Defensa. El consejo estará representado por partidos políticos, empresarios, sindicatos, la Iglesia Católica y ONG.
“A partir de ahora, volverá la vieja guardia con otras caras. Los dirigentes de Acción Democrática y Copei (los dos partidos que fueron arrasados electoralmente por Chávez) reaparecerán, pero en un segundo plano porque no se pueden mostrar. Sin embargo, las estructuras se mantienen. Con tres años de Revolución Bolivariana no basta”, dice Valentina Alvarez. “Yo no tengo dudas de que será un régimen de ultraderecha. En las fuerzas armadas se hizo la conspiración, pero los militares venezolanos no tienen una tradición anticomunista tan fuerte como el resto de América latina. No es cierto que el asunto de Cuba y de las FARC haya sido determinante. Venezuela siempre ha tenido relación con las guerrillas colombianas. Creo que, como viene este régimen, habrá problemas con los mismos militares”, vaticina el general Miller Rojas.”Vamos a reconstruirnos políticamente. Este año que van a gobernar intentarán destruir nuestras bases, pero sabemos que podemos unificar la base electoral que tenía Chávez, sea del 30 o 40 por ciento”, advierte Gómez Gómez, próximo al chavismo.
Algunas versiones indicaban ayer que hay más disturbios en Caracas. El golpe pareció ser un éxito; ahora habrá que ver si el éxito dura.

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