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Estalló la rebelión contra la rebelión de la granja británica contra el euro

A dos días del lanzamiento de la moneda común europea, parte del arco político británico presionó a Tony Blair para que el país deje de ser uno de los tres rebeldes de la Unión Europea.

Por Kevin Maguire *Desde Londres
Ahora la presión está puesta en Tony Blair. Concretamente, la presión interna en Gran Bretaña apunta a que el premier declarara que su país se uniría en un futuro próximo a la moneda única europea que comenzó su historia oficial anteayer. La creciente impaciencia de los partidarios pro euro, conducidos por el ex vicepremier conservador Michael Heseltine, hacia el inquilino de 10 Downing Street, explotó cuando el ahora Lord Heseltine se unió al líder liberal demócrata Charles Kennedy y el jefe de los laboristas en el Parlamento Europeo, Simon Murphy, para instar a Blair a que llamara a un referéndum.
Lord Heseltine acusó efectivamente a Blair de falta de valor cuando descartó las cinco pruebas económicas del gobierno como una “barrera protectora” detrás de la cual se “podía agazapar para tener razones aparentemente defendibles para postergar las cosas”. El noble, miembro fundador de la campaña multipartidaria “Britain in Europe”, le dijo a la radio BBC: “Mucha gente está muy frustrada porque el primer ministro no dice ‘síganme’ sobre este tema. Hasta que esto no suceda, todas las fuerzas de apoyo para que Gran Bretaña acceda al euro estarán silenciadas”.
Las palabras de Lord Heseltine puso en evidencia la preocupación, entre los partidarios británicos de la moneda única, de que Blair evite llamar a un referéndum durante el presente período parlamentario, máxime teniendo en cuenta de que la postura del ministro de Finanzas, Gordon Brown, es bastante cauta por el momento. Kennedy declaró que Blair “se encerraría” si no introduce una legislación para llevar a cabo un referéndum más adelante durante este año. “Cuanto más tiempo tome esto, la hoja de parra de las pruebas económicas para entrar a la zona euro quedará expuesta como algo más bien hueco”, dijo. “Encontrará que a nivel nacional su posición se desgasta cada vez más si no se le da una clara dirección. Igualmente, como primer ministro, debe saber que su capacidad para influir sobre los acontecimientos mundiales desde la perspectiva europea se verá notablemente dificultada si nos encontramos reducidos a un miembro de segunda del country del equipo europeo”.
Mientras muchos negocios en las avenidas se preparan para poner carteles en las vidrieras de “Se aceptan euros”, y mientras llegan a Gran Bretaña billetes y monedas de los 12 estados que adoptaron la moneda, Murphy dijo que era inevitable que Gran Bretaña se uniera y sumó su voz para pedir un pronto referéndum. Blair usó el mensaje de Año Nuevo publicado por Downing Street para reafirmar que un euro exitoso estaba “masivamente en los intereses de Gran Bretaña”, y que el proceso estaba sujeto a las “cinco pruebas” y a un referéndum con resultado positivo. Pero no hizo una mínima insinuación sobre cuándo podría ocurrir esto.
El nerviosismo del gobierno quedó patente cuando un funcionario del Foreign Office tuvo que salir a cruzar por radio al viceministro británico para Asuntos Europeos, Peter Hain, quien caracterizó la posición oficial de “euro-cautela”. “Hay dos posiciones insostenibles. La primera es cerrar los ojos y entrar ahora, sin considerar si es bueno para Gran Bretaña. Esto es lo que defienden Michael Heseltine y Charles Kennedy. La segunda, defendida por Ian Duncan Smith, el líder del Partido Conservador, es cerrar los ojos y quedarse fuera para siempre, sin considerar si es bueno para Gran Bretaña”. “Tenemos los ojos bien abiertos. Estamos usando el sentido común, el enfoque cauteloso para ver si esto es en bien de los intereses económicos de Gran Bretaña”.
Duncan Smith usó un artículo de diario para acusar a Blair de librar una “guerra falsa” con el euro y de “manipular furtivamente al pueblo británico para embaucarlo”. Escribió en The Independent del domingo pasado: “Cuando llegue el referéndum, todos aquellos que comparten nuestraconfianza en el futuro de Gran Bretaña se unirán en una coalición popular para salvaguardar nuestra prosperidad”.
Muchas de las atracciones turísticas más populares de Gran Bretaña, incluyendo el London Eye y el Tate Modern, están a favor de aceptar euros, de acuerdo con una encuesta de “Britain in Europe”. Simon Buckby, su director, dijo: “Con 13 millones de turistas de la zona euro que visitan a Gran Bretaña todos los años, los directivos se están dando cuenta de que tiene sentido aceptar la nueva moneda”.
* De The Guardian de Gran Bretaña.

Especial para Página/12
Traducción: Celita Doyhambéhère

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