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El temor y la elección
En el tramo final de la campaña electoral en Estados Unidos, el presidente Bush aventaja a su rival demócrata John Kerry, tras la convención republicana realizada a principios de septiembre en Nueva York. Los demócratas acusan a los republicanos de llevar adelante una campaña del temor. Un dato: el vice Dick Cheney ha dicho esta semana que, si gana Kerry, habrá más atentados.
The Nation
Un gurú de la publicidad una vez advirtió nunca confundir la cosa a vender, con la cosa misma. Un buen embaucador siempre puede vender mercadería podrida. La estrategia está siendo desplegada en estos días por los republicanos pos-convención, encrespados con discursos agresivos sobre “hombres afeminados” y atacando desvergonzadamente al condecorado de guerra veterano John F. Kerry, como si fuera un traidor. Es la historieta orwelliana que vivimos desde que Bush es presidente, en que apoyar a las tropas significa mandarlas a morir mientras ocupan un país con grandes problemas que nunca nos amenazó, en el que un hombre alcanzado sólo por una mina cuando servía al país es considerado un traidor por hablar en contra de una guerra inmoral al regresar.
(Editorial)
Washington Post
Cuando Dick Cheney advirtió que la elección de John Kerry aumentaría los riesgos de un ataque terrorista, me acordé de un abogado que confrontó con el senador Joseph McCarthy y le preguntó “¿No tiene decencia, señor? La respuesta fue que no, al igual que Cheney. Cheney hizo estos comentarios en campaña, elevando de esta manera la elección no a dos partidos, ni a dos hombres sino a una elección entre vida o muerte. Obviamente, Cheney no dijo nada de que los atentados del 11-S ocurrieron durante la administración Bush. El problema es que las declaraciones de Cheney no tienen sentido.
(Richard Cohen)
The New York Times
La convención republicana dejó claro que Bush tiene la intención de usar lo poco que queda de su imagen heroica para ganar la elección, y las encuestas sugieren que la estrategia está funcionando. ¿Qué puede hacer Kerry frente a esto? Hacer campaña exclusivamente sobre temas domésticos no servirá. Bush debe dar cuenta de su desastroso manejo del empleo, la salud pública o el medio ambiente. Sin embargo, como escribe Hedges, cuando la psicología de guerra crea un público ansioso por creer en sus líderes, “hay poca o ninguna lógica que pueda alterar la experiencia”. Para ganar la campaña, Kerry tiene que convencer a un número significativo de votantes de que el autoproclamado “presidente de la guerra” no es un efectivo líder ante la guerra sino es un papel que él juega en televisión.
(Paul Krugman)