Mié 05.01.2005

EL MUNDO  › EMBOSCAN UNA CARAVANA DE AUTOMOVILES EN LA CAPITAL IRAQUI

Acribillan al gobernador de Bagdad

La muerte de Ali al Haidari forma parte de una serie de atentados para boicotear las elecciones del próximo 30 de enero.

Por Borzou Daragahi y Rupert Cornwell *
Desde Washington

Un grupo de la resistencia iraquí emboscó y acribilló ayer a balazos al gobernador de la provincia de Bagdad y a sus guardaespaldas en un ataque rápidamente ejecutado que filmaron y luego emitieron por Internet. Cinco soldados estadounidenses también murieron en un día de violencia que incluyó un camión bomba en la capital que mató a 10 iraquíes, entre ellos ocho comandos que pertenecían a una unidad especial del Ministerio del Interior. El ataque contra el gobernador de Bagdad, Ali al Haidari, y los otros atentados fueron los últimos de una serie para boicotear las elecciones del 30 de enero, a las que los insurgentes se oponen violentamente.
Los ataques tratan de profundizar los problemas para la administración Bush, que hasta ahora mantiene públicamente su insistencia para que la votación se lleve a cabo en menos de cuatro semanas. Al condenar el asesinato de Haidari, el vocero de Bush admitió “desafíos” a la seguridad, pero dijo que la elección se llevaría a cabo como estaba prevista, aun en las áreas más violentas dominadas por los sunnitas. Sin embargo, algunos dirigentes iraquíes aliados de los norteamericanos han comenzado a pedir una postergación. Ayad Allawi, el primer ministro interino, se comunicó con Bush en lo que –según funcionarios estadounidenses– podría ser la primera movida para un pedido formal de postergación. Oficialmente, no hubo una “conversación sustancial” sobre ese tema.
La realidad, sin embargo, es que la seguridad es tan precaria que muchos candidatos tienen miedo de declarar sus nombres públicamente por temor a convertirse en blanco de los terroristas. A pesar de las dudas sobre la capacidad de las tropas de Estados Unidos para proteger a los votantes el 30 de enero, la Casa Blanca insiste en que la demora solamente le daría a los insurgentes una victoria psicológica que prolongaría el derramamiento de sangre.
La última mañana mortífera de Irak comenzó cuando un terrorista suicida detonó un camión de petróleo lleno de explosivos cerca de la entrada del complejo del Ministerio del Interior, provocando una explosión que dejó por lo menos 10 muertos y docenas de heridos.
Una hora más tarde, Haidari, quien ya se había salvado de una emboscada similar en septiembre, fue atacado y asesinado por hombres armados que se acercaron desde varias direcciones mientras el convoy en el cual viajaba circulaba por el distrito de Hurriyah en Bagdad occidental, un baluarte de los árabes sunnitas que se oponen a las elecciones. Seis guardaespaldas también murieron en la emboscada. Los militantes leales al radical islámico jordano Abu Musab al Zarqawi, rápidamente se adjudicaron la responsabilidad del ataque, colocando una aparente filmación de su muerte en Internet.
“Jóvenes mujaidines del Grupo Al Qaida de Jihad en la Tierra de los Dos Ríos asesinaron a un tirano de los agentes estadounidenses”, decía la declaración, cuya autenticidad no pudo ser confirmada. “Le decimos a cada traidor y a cada esbirro de los judíos y los cristianos que ése será su destino.” Se preveía que Haidari podía ser uno de los candidatos en las elecciones. En los últimos días había proyectado su perfil político, alabando públicamente los esfuerzos del ejército de Estados Unidos para mejorar escuelas y la infraestructura del agua y la electricidad.
Media hora después de la emboscada, tres soldados estadounidenses murieron en Bagdad cuando explotó una bomba a un costado del camino por donde marchaba una columna de vehículos militares. Otro soldado fue muerto ayer en Balad, 50 kilómetros al norte de la capital y un marino murió en el desierto occidental iraquí. Los ataques sucedieron un día después de que tres contratistas británicos de seguridad fueron muertos por un coche bomba en la entrada de la Zona Verde, el centro administrativo del país. A pesar del continuo derramamiento de sangre, la mayoría chiíta de Irak y los kurdos proestadounidenses continúan sus preparativos para una elección que probablemente les entregue el control del país por primera vez en su historia. En una conferencia de prensa, el canciller Hoshyar Zebari, segundo del poderoso líder kurdo Mossoud Barzani, expresó su apoyo a las elecciones. En la sede general del Consejo Supremo para la Revolución Islámica, que encabeza una coalición de los partidos chiítas, los trabajadores de la campaña ayer preparaban los carteles y banderas para la elección.
El ataque contra el chiíta Haidari fue condenado duramente por estos sectores. “Esto fue un acto criminal y terrorista de lo que queda del partido baasista de Saddam Hussein, junto con oscuras figuras del exterior”, dijo Ali al Aboudi, un funcionario del consejo que se salvó de un coche bomba la semana pasada. “Este incidente sólo fortalecerá nuestra determinación para continuar el proceso político”, añadió. “¿Qué pasa si asesinaron a Haidari? Hay miles de Haidari.”

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux