A pesar del recrudecimiento de la violencia en Irak, el primer ministro Iyad Allawi decidió mantener la fecha de las elecciones, previstas para el 30 de enero. Los mandatarios británico y estadounidense, Tony Blair y George Bush, también insistieron en no aplazar las elecciones. Sin embargo, la ministra de Desplazados y Emigrantes iraquí, Pascale Warda, advirtió que en las condiciones actuales “es imposible garantizar” la seguridad en el país. Cuarenta y ocho personas murieron durante las últimas 24 horas en la previsible escalada de violencia de los rebeldes.
Allawi recalcó que “su gobierno se comprometió a celebrar las elecciones en la fecha prevista”. “No permitiremos que los terroristas detengan el proceso político y saboteen al país”, añadió. Allawi invitó a todos los iraquíes a participar en los comicios. Para afrontar la inseguridad reinante, el primer ministro anunció un programa en el que participarán muchos soldados iraquíes.
Bush mantuvo una conversación telefónica con el presidente de Irak, Ghazi al Yauar, a quien reafirmó su deseo de que las elecciones iraquíes se realicen en la fecha, indicó el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan. “El presidente apoyó el proceso político en Irak y habló de la importancia de organizar las elecciones.” El primer ministro británico, Tony Blair, también se mostró contrario a aplazar las elecciones. “Quiero que se mantenga la fecha porque considero importante que los terroristas no saquen de ello una victoria”, dijo Blair.