Mar 01.03.2005

EL MUNDO  › EL MAYOR ATAQUE DESDE LA CAIDA DE SADDAM DEJA 115 MUERTOS

El mortal oficio de ser recluta iraquí

Un atacante suicida estalló el coche bomba en medio de un grupo de jóvenes que iban a pedir trabajo en la policía y el ejército de Irak.

Por Patrick Cockburn y David Enders *
Desde Bagdad

En el ataque más sangriento desde la caída de Saddam Hussein, un atacante suicida con un coche bomba mató a por lo menos 115 personas e hirió a 132 ayer a la mañana, cuando se inmoló en la ciudad sureña de Hilla. Casi un mes después de las primeras elecciones de Irak, la bomba explotó en medio de un grupo de hombres jóvenes que esperaban afuera de una clínica para obtener certificados médicos que les permitieran solicitar un empleo en el ejército y la policía. Mientras se retiraban los cuerpos quemados y ennegrecidos de los muertos, la calle todavía estaba cubierta de pies y brazos de aquellos destrozados por la explosión.
Algunos de los muertos eran cargados en destartalados carros de madera y otros en las pick-ups blancas y negras usadas por la policía. La explosión también lanzó pedazos de la bomba sobre un atestado mercado de vegetales donde la gente se reunía alrededor de los puestos. A pocos minutos del ataque, todo lo que quedaba eran unos pocos cajones de tomates en medio de los destrozos. Varios brazos y piernas fueron recogidos en una frazada. La multitud, afuera del hospital general de Hilla, cantaba “Allah Akbar –Dios es grande–”. La policía disparaba sus AK-47 al aire.
“Yo estaba haciendo cola cerca del centro médico, esperando mi turno para el examen médico para poder solicitar un empleo en la policía”, dijo Abdullah Salih, de 22 años. “De pronto oí una enorme explosión. Me lanzó a varios metros de distancia y noté que tenía quemaduras en mis piernas y manos. Luego me llevaron al hospital.” Las víctimas eran reclutas que esperaban un examen físico para obtener un certificado que les permitiera solicitar un empleo en el ejército o la policía. Con más de la mitad de la población desempleada, los iraquíes están desesperados por empleos y arriesgarán todo para conseguir uno. “Yo tuve suerte porque era la última persona en la cola cuando sucedió la explosión”, dijo Muhsin Hadi, de 29 años, que tenía una pierna rota. “De pronto cundió el pánico y mucha gente asustada me pisó. Perdí la conciencia y cuando desperté estaba en el hospital.”
Hilla es una ciudad pobre sobre el Eufrates, 160 kilómetros al sur de Bagdad. Cerca del 70 por ciento de la población es chiíta y el 30 por ciento sunnita, pero siempre mantuvieron buenas relaciones. Pero justo al norte hay ciudades y pueblos sunnitas conocidos por su amargo sectarismo contra los chiítas. Los atacantes suicidas, a los que en Irak se llama Salafi o Wahhabi, ambas ramas militantes fundamentalistas del Islam sunnita, ven a los chiítas como infieles que deben ser exterminados. La división sectaria en Irak entre chiítas y sunnitas se amplió en el último año porque los sunnitas se han rebelado contra la ocupación de Estados Unidos, mientras que los chiítas, un 60 por ciento de la población, ganaron las elecciones.
Hubo un segundo coche bomba ayer en un puesto de control de la policía en Musayyib, a unos 30 kilómetros de Hilla, donde por lo menos un policía murió y otros resultaron heridos. En Bagdad un soldado de Estados Unidos fue muerto por un disparo, llevando a 1500 el número de muertos militares estadounidenses desde la invasión en marzo de 2003.
Los funcionarios del gobierno en Bagdad dijeron que Sabawi Ibrahim, el medio hermano de Saddam Hussein, capturado en Siria y entregado al gobierno iraquí, fue en realidad capturado por los sirios kurdos, una gran minoría en el noreste de Siria. Fue capturado en la ciudad de Hasakah en Siria, a unos cincuenta kilómetros de la frontera iraquí. Sabawin no podría haber sido capturado sin el asentimiento silencioso de las fuerzas de seguridad sirias, que han estado bajo intensa presión por parte de Estados Unidos para que no ayuden a la resistencia en Irak. Es improbable que él haya tenido un gran rol –tenía poco influencia en Irak en los últimos años–, pero la voluntad del gobierno sirio de entregarlo muestra de Damasco quiere demostrar que desea cooperar con Washington.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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