Dom 20.03.2005

EL MUNDO  › UN NUEVO ATENTADO Y DOCUMENTOS COMPROMETEDORES

Siria o el repliegue sin fin

Por Robert Fisk *
Desde Beirut

Una explosión que se produjo en horas de la mañana de ayer hirió a ocho personas y dejó un cráter de dos metros de profundidad en Jdeide, un distrito cristiano de Beirut. ¿La idea era matar a muchos más? Que uno tenga que mencionar el origen étnico de los residentes de Jdeide muestra con precisión lo frágil que se ha vuelto la vida para los libaneses después del asesinato del primer ministro Rafic Hariri, también en una explosión, el 14 de febrero. Y resultó patéticamente inevitable que Pierre Gemayel, cuya familia tanto hizo por destruir la unidad del Líbano durante la guerra civil, haya sido el primero en responder al atentado.
“Este ha sido el mensaje al pueblo libanés por bastante tiempo: sembrar miedo y terror entre los ciudadanos libaneses –dijo Gemayel a la cadena televisora Al Jazeera–. Si hay un retiro sirio del país, miren lo que va a enfrentar el Líbano.” Pero, desafortunadamente para Gemayel, testigos oculares dijeron que el atentado puede haber sido el resultado de una pelea de negocios –en que el terrorista originalmente planeaba estacionar su vehículo frente a un salón de bingo– en vez de una declaración política. La bomba, dijo la policía, fue colocada bajo el automóvil de un líbano-armenio. Sin embargo, para un país sin gobierno, y con el ejército sirio continuando su retirada del Líbano, lo que dijo Gemayel tenía impacto. Emile Lahoud, el presidente prosirio, dijo que Líbano estaba experimentando “circunstancias excepcionales” que requerían conversaciones inmediatas entre el gobierno y la oposición, que evadió el tema del atentado y lo que muchos libaneses sospechan: que tuvo origen en Siria. En Nueva York, el patriarca libanés maronita, cardenal Nasrallah Sfeir, dijo que cree que Siria retirará el resto de sus 14.000 tropas de Líbano antes de las elecciones planeadas para abril y mayo, como piden la ONU y Estados Unidos.
En Dhour Choueir, cerca de Beirut, oficiales sirios de inteligencia dejaron el lugar con tal apuro que abandonaron documentos que implican a ciudadanos en su trabajo. Cartas encontradas eran de libaneses prosirios denunciando a falangistas antisirios. Pero ¿no habrán sido puestos allí esos documentos deliberadamente para sembrar cizaña entre los libaneses que ya no estarán bajo la “protección” de Siria?
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.

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