EL MUNDO
› LA VIOLENCIA EN IRAK SE VUELVE MAS INTERSECTARIA
Más ministros, más muertos
Mientras dos integrantes de la minoría sunnita eran designados en los puestos clave de Defensa y Petróleo, hubo nuevos atentados en Irak junto a signos de que los chiítas podrían haber empezado a atacar.
Por Patrick Cockburn *
Desde Bagdad
Una humareda aceitosa sobrevolaba ayer el centro de Bagdad después de un atentado suicida con coche bomba que mató a 20 iraquíes y a cuatro contratistas extranjeros, dos de los cuales eran norteamericanos, cuando conducían a toda velocidad por la ciudad en un convoy. Más de 35 personas fueron heridas, incluyendo cinco niñas en edad escolar.
Dos de los vehículos todo terreno utilizados por empresas extranjeras de seguridad, un blanco fácilmente identificable para los insurgentes, fueron reducidos a ruinas humeantes cerca de la plaza Tahrir en el corazón de la ciudad. Un extranjero herido, sangrando por las heridas cortantes y agarrándose la cabeza, fue visto arrastrándose del lugar de la explosión. El atentado fue reivindicado por el grupo del jordano Abu Mussab al Zarqawi, jefe de la red terrorista Al Qaida en Irak, a través de un comunicado difundido por un sitio islamita de Internet. “Nuestros hermanos de la organización Al Qaida en Mesopotamia han colocado un cochebomba en la plaza Tahrir y lo han hecho explotar al paso de vehículos de la CIA (Agencia Central de Inteligencia), haciendo estallar tres de esos autos cuyos ocupantes han muerto”, indicó el texto, cuya autenticidad no pudo ser comprobada. Al menos tres niños murieron y 30 fueron heridos.
Después del ataque la calle quedó cubierta con ruinas de autos y vidrios rotos. La embajada norteamericana dijo que había un número no determinado de civiles estadounidenses entre las bajas. “Un coche bomba explotó al lado del convoy cuando pasaba por ahí”, dijo Mohammed Amir, un policía.
Más de 300 personas han muerto en Irak durante los últimos 10 días, en su mayoría en atentados suicidas. La oleada de violencia sigue a un período de relativa calma después de las elecciones del 30 de enero. Mientras la violencia continuaba en Irak, el nuevo gobierno anunció puestos importantes en el gabinete: Saadoun al Dulaimi, un árabe sunnita de la provincia de Anbar, será el nuevo ministro de Defensa e Ibrahim Bahr al Uloum el ministro de Petróleo.
La violencia salvaje de los últimos 10 días adquiere un carácter cada vez más sectario a medida que las diferencias se profundizan entre los árabes chiítas y sunnitas. Doce hombres ejecutados y enterrados en un basural que se encontraron el viernes resultaron ser sunnitas miembros de la poderosa tribu Dulaimi. Los muertos eran campesinosde la ciudad de Madaen, al sur de Bagdad. Tres granjeros que escaparon dijeron que todas las víctimas habían viajado a Bagdad para vender sus legumbres. Estaban durmiendo cuando un vehículo policial todoterreno se detuvo cerca de ellos. “Algunos hombres vestían uniformes policiales y se llevaron a todos los que eran de Madaen”, dijo Hassan Kamel, un granjero. Escapó porque se escondió debajo de un auto. Muchos de los policías reclutados son chiítas.
Se dijo que el mes pasado pandillas de insurgentes sunnitas habían secuestrado a 60 chiítas de Madaen y los habían asesinado, aunque los relatos eran confusos. Los asesinatos de los campesinos podrían ser en represalia por los supuestos asesinatos de rehenes chiítas en Madaen. Hasta ahora, los chiítas, a pesar de ser el blanco más frecuente de atentados suicidas, no han buscado venganza. Su líder religioso más influyente, el Gran Ayatolá Ali al Sistani, ha pedido moderación. La disputa en la ciudad comenzó hace unos meses cuando chiítas de otras partes de Irak tomaron viejas barracas del ejército y los saquearon, según dijo un árabe sunnita de Madaen. Vendieron los ladrillos, sacaron los alambres de refuerzo del cemento y robaron autos de la calle cercana. Las tribus sunnitas en la ciudad les ordenaron irse y se llevaron a algunos chiítas como rehenes. Los chiítas denunciaron a los partidos políticos chiítas que eran víctimas de un pogrom sectario.
Algunos observadores estiman que el país ingresó en una espiral de represalias entre ambas comunidades religiosas. Según Joost Hiltermann,investigador del International Crisis Group (ICG), que teme que esas tensiones interreligiosos empeoren, la inestabilidad política del país explica en gran medida los enfrentamientos entre ambas comunidades.
El gobierno de Australia reafirmó que no retirará sus tropas de Irak a pesar de la difusión de un nuevo video en el que se observa que el rehén Douglas Wood no recibe buen trato. “Si uno cede ante las demandas, más personas serán secuestradas”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores australiano Alexander Downer e informó que un equipo que incluye personal policial y militar continuaba trabajando para garantizar la liberación de Wood.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Ximena Federman.