EL MUNDO
› LA PELEA ALEMANA QUE SE VIENE
El caballero y la dama
Gerhard Schroeder, el canciller alemán, está en una situación paradójica tras su derrota del domingo en las elecciones de Renania del NorteWestfalia y de cara a las generales: su partido SPD está en 30 puntos, contra los 46 de la oposición democristiana, pero él mismo supera por un punto (en 45 por ciento) la popularidad personal de su oponente, Angela Merkel. Por eso, ayer anunció su intención de librar una campaña basándose en un debate muy personalizado enfocado en él y en Merkel.
Es incierto hasta dónde lo llevará esta táctica, en vistas de la dura derrota sufrida en el norte industrial del país y de la herencia de desocupación que arrastra sobre sus espaldas el SPD. Oskar Lafontaine, el campeón de Alemania de la “vieja izquierda”, renunció ayer al Partido Social Demócrata después de 39 años, mientras la agrupación se sumergía en una amarga lucha ante la devastadora derrota frente a los conservadores en las elecciones estatales del fin de semana. Ayer dijo que estaba considerando postularse como candidato para una nueva alianza de izquierda de los ex disidentes del PSD y el poscomunista Partido para el Socialismo Democrático en las próximas elecciones generales de Alemania de este otoño. El canciller anunció la convocatoria a elecciones legislativas anticipadas, el pasado domingo, tras la derrota en un verdadero bastión de su formación desde hace 39 años.