La escalada de violencia que comenzó el viernes entre el gobierno israelí y grupos extremistas palestinos siguió el fin de semana con asesinatos selectivos, más de 200 militares y políticos palestinos detenidos y una aprobada “gran intervención militar” en Gaza que podría realizarse en cualquier momento. Después de esta última amenaza de Israel, Hamas anunció que pondrá fin al disparo de cohetes contra el territorio israelí. Sin embargo, a última hora de ayer, un disparo de mortero procedente del norte de Gaza alcanzó el sur de Israel. No causó víctimas ni daños materiales. Ayer también, y aunque oficialmente no está relacionado con este contexto, el presidente palestino, Mahmud Abbas, canceló la reunión con Ariel Sharon, del próximo domingo.
Ayer continuaron los ataques aéreos selectivos en Gaza causando la muerte de un jefe del grupo radical Jihad islámica, Mohammed al Sheikh Halil, y de uno de sus asistentes. La Jihad prometió “golpear el corazón” de Israel. Antes de este ataque, Sharon había sido muy claro: “No hay ningún límite para los medios utilizados destinados a atacar a los terroristas, sus organizaciones y su material, allí donde se esconden”. Bajo esta directiva, el ejército israelí se preparaba para una posible intervención por tierra en Gaza. El general Israel Siw le dijo al diario israelí Haaretz que se actuará contra rampas de lanzamiento de cohetes de tipo Kassam si es necesario.
La actual crisis comenzó el viernes pasado cuando un vehículo explotó en un rally del grupo extremista Hamas en Gaza dejando 19 muertos. La agrupación islámica acusó al gobierno de Tel Aviv que aseguró que los militantes palestinos habían activado por error explosivos que serían usados contra los israelíes. Sin embargo, ayer, la Autoridad Palestina (AP) declaró que la explosión fue un accidente y desligó a Israel de cualquier responsabilidad. No obstante, Hamas respondió lanzando al otro día una lluvia de cohetes en el sur de Israel, causando cinco heridos. Aquí comienza la contraofensiva israelí de este fin de semana.
El sábado tres ataques aéreos mataron a cuatro hombres de Hamas y dispararon contra una escuela vacía de ese grupo que, según los israelíes, se usaba para entrenamiento militar. A esto le siguió una serie de redadas durante la noche en Cisjordania que terminaron con 207 detenidos, incluyendo líderes militares y políticos de Hamas y de la Jihad islámica. Mientras tanto, se cerró la frontera y se alertó a la policía de Tel Aviv, Jerusalén y otras ciudades importantes israelíes.
Luego de un fin de semana de violencia, el líder de Hamas en Gaza, Mahmud Zahar, anunció el fin de los lanzamientos de cohetes contra suelo israelí. Sin embargo, Tel Aviv continuaba anoche con los ataques aéreos contra distintas partes de Gaza, causando al menos una mujer herida.