EL MUNDO
› EL JEFE DE GABINETE DE CHENEY ANTE LA JUSTICIA
Los halcones bajo la lupa
Inquietud entre los funcionarios del vicepresidente norteamericano que armaron los argumentos para la guerra contra Irak.
Por Andrew Buncombe*
Desde Washington
La aparición de Lewis “Scoo- ter” Libby en la Corte fue de menos de 10 minutos. Apoyándose en muletas ante un juez, el primer funcionario en servicio en la Casa Blanca que es procesado en 130 años ayer se declaró inocente de los cinco cargos relacionados con la filtración de información de la CIA. Dado el potencial que tiene su juicio para hacer tambalear la administración Bush y exponer la forma en que los funcionarios manipularon la inteligencia para construir motivos que sostuvieran la declaración de guerra contra Irak, su aparición en la Corte fue breve e intrascendente.
Cuando se le preguntó si deseaba hacer una declaración, afirmó que sí y dijo: “Con respeto, Su Señoría, me declaro inocente”. Parado a pocos metros, el fiscal especial Patrick Fitzgerald le dijo luego a la Corte que su equipo estaba trabajando en desclasificar la “voluminosa” cantidad de material sobre el que basó sus cargos. Los elementos esenciales de esta información serán entregados a los abogados de la defensa, dijo.
Antes de la audiencia, a Libby le tomaron las huellas digitales y lo fotografiaron. Luego emergió con su equipo de cuatro abogados, uno de los cuales, Ted Wells, un prominente defensor criminalista, dijo: “Al declararse no culpable le ha declarado al mundo que es inocente. Ha declarado que intenta luchar contra los cargos en su contra y que desea limpiar su buen nombre y que quiere un juicio por jurado”. Libby, de 55 años, ex jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, está acusado de mentirles tanto a los investigadores como a los miembros del gran jurado que investigaban la filtración de la identidad de la agente secreta de la CIA, Valerie Plame. También está acusado de obstruir la Justicia y se enfrenta a 30 años de cárcel si es condenado.
Los cargos están relacionados con lo que Libby dijo a los investigadores sobre sus conversaciones con varios reporteros acerca de Plame. Sus abogados indicaron que en su defensa sostendrá que no engañó deliberadamente a nadie y que no podía esperarse que un funcionario del gobierno recordara todos los detalles de sus conversaciones. El juez Reggie Walton resolvió que el caso entre en receso hasta el 3 de febrero de 2006. Cuando regresen ambas partes el año que viene, los procedimientos se enfocarán en las actividades secretas de los altos funcionarios de la Casa Blanca cuando planearon llevar al país a la guerra. El jefe de Libby podría estar entre los testigos que serán llamados a atestiguar.
Una preocupación más inmediata para la administración Bush puede ser el destino de Karl Rove, el consejero de larga data del presidente, que todavía está siendo investigado. Hay evidencia de que los altos funcionarios dentro de la Casa Blanca y en el Partido Republicano se preguntan cada vez más si la posición de Rove sigue siendo sostenible. El Washington Post dijo ayer que altos funcionarios creen que, por lo menos, Rove tendrá que dar una disculpa formal por engañar a sus colegas y al público sobre su rol al exponer a Plame. El proceso de Libby se refiere a “funcionario A” como una de las personas que habló con el columnista conservador Robert Novak, el periodista que identificó a Plame como una agente de la CIA. Los funcionarios dijeron que Rove es el “funcionario A”.
“Karl no tiene verdaderos enemigos en la Casa Blanca, pero hay mucha gente allí preguntándose cómo pueden salir de esto si la nube permanece sobre Karl”, dijo un estratega del Partido Republicano en contacto regular con los funcionarios. “No se puede empezar de nuevo mientras Karl esté ahí”. Otros altos republicanos también rompieron filas acerca de Rove, que también tiene el título oficial de vice- jefe de gabinete de política. El ex líder del Senado Trent Lott dijo que “la cuestión es: ¿debería ser vice- jefe de gabinete de política bajo las actuales circunstancias?”
Plame es la mujer del ex embajador Joe Wilson, que desafió públicamente las declaraciones de la Casa Blanca de que Irak estaba tratando de establecer un programa de armas nucleares al intentar comprar uranio de Níger. Poco más de una semana después de que Wilson hizo las declaraciones, el nombre y la identidad de su mujer fueron reveladas por Novak. A más de dos años de la invasión, el senador italiano Massimo Brutti reveló ayer que incluso los “servicios secretos italianos jamás creyeron en la posibilidad de que Irak tuviera armas de destrucción masiva”, aunque nunca hubo una confirmación oficial.
Libby, acompañado por su mujer en la Corte, es el primer funcionario en servicio en la Casa Blanca que es procesado desde Orville E. Babcock, el secretario privado de Ulysses S. Grant que fue procesado en 1875 por desviar ilegalmente impuestos de los destiladores. Babcock fue condenado, pero luego perdonado por el presidente.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère
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