EL MUNDO
› BUSH DESTACA AVANCES EN IRAK, PERO LA REALIDAD ES OTRA
Un ilusorio progreso militar
› Por Patrick Cockburn*
Desde Bagdad
Las fuerzas armadas iraquíes en Bagdad parecían muy distintas a la imagen alentadora que de ellas dio el presidente George W. Bush. Sus hombres a menudo están apiñados en convoys patéticamente vulnerables de envejecidos camiones pick-ups blancos del tipo usado normalmente para acarrear repollos y coliflores. Los muy temidos comandos de policía paramilitar se desplazan a toda velocidad por las calles disparando al aire para despejar el camino para sus vehículos. Los automóviles civiles se esparcen aterrados para evitarlos. “Vengo mirando un montón de películas sobre el Lejano Oeste porque eran tan como Irak hoy día”, afirmó un diplomático en Bagdad ayer. “Hay hombres armados por doquier, pero a menudo no se sabe quiénes son o de qué lado están.”
Bush dijo que había 120 batallones del ejército y de la policía listos para luchar por sí solos contra “los terroristas”. Otros 80 pelearán junto con las unidades militares estadounidenses. El presidente estableció el logro estadounidense en términos de entrenamiento, pero el problema real para Estados Unidos en Irak es la motivación. En varias ocasiones en el pasado, el ejército de Estados Unidos declaró que había construido una policía poderosa o una fuerza del ejército sólo para verla disolverse o cambiar de bandos en la batalla. En noviembre de 2004, unos 3000 policías entrenados por Estados Unidos simplemente regresaron a sus casas, abandonando 30 comisarías y equipos por valor de 40 millones de dólares.
Es por esto que el objetivo estadounidense de suprimir los levantamientos en Irak resultó tan poco exitoso. Si Estados Unidos estuviera luchando contra un número limitado de “terroristas” extranjeros, hubiera hecho algún progreso en dos años y medio. En realidad se está confrontando con cinco millones de fuertes comunidades árabes sunnitas que siguen peleando contra Estados Unidos y contra las fuerzas iraquíes tanto como quieran. Hay otro problema que Bush no mencionó. La hostilidad entre las tres principales comunidades iraquíes –la chiíta y la sunnita árabe y los kurdos– crece día a día. En áreas mixtas alrededor de Bagdad, una guerra civil de bajo nivel ya está en marcha.
Bush dijo ayer que las fuerzas armadas iraquíes están siendo creadas para tomar el lugar de las tropas estadounidenses que entonces se podrán retirar de Irak. Pero la lealtad hacia el gobierno iraquí de las nuevas unidades creadas a menudo es menor que la de su propia comunidad o milicia. La comunidad sunnita también aprendió que su resistencia armada es muy efectiva en sus objetivos. Puede votar en la elección del 15 de diciembre, pero no dejará de luchar. El progreso militar del que Bush se jacta es en gran parte ilusorio.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12. Traducción: Celita Doyhambéhère.
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