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› BUSH CREA UN MINISTERIO DE SEGURIDAD INTERIOR
Ahora sí que llegó el sheriff
George W. Bush anunció anoche la creación de un nuevo y poderoso Departamento para coordinar la inteligencia interior, pero sus críticos ya dicen que es como cambiar las sillas en la cubierta del “Titanic”.
Por Julian Borger
Desde Washington
El presidente George W. Bush anunció ayer planes para reestructurar su administración con el objetivo de robustecer las defensas de Estados Unidos contra el terrorismo, en lo que la Casa Blanca describió como la más profunda recomposición del aparato gubernamental que Estados Unidos haya visto en más de 50 años. De acuerdo con el plan, que Bush explicó anoche a la nación en un mensaje televisivo aireado en la hora de mayor audiencia, hablando de la “misión imperiosa y urgente” de “asegurar la protección del territorio y el pueblo de Estados Unidos”, el asesor antiterrorista del presidente será elevado a miembro pleno del gabinete, supervisando un poderoso Departamento que proveerá una coordinación de inteligencia. El nuevo Departamento también tendría autoridad sobre la seguridad de aeropuertos y fronteras, y coordinaría la respuesta nacional a cualquier nuevo ataque terrorista, particularmente en la eventualidad de un ataque con armas biológicas, químicas o nucleares.
La nueva posición, secretario de Seguridad Interior, estaría cubierta por Tom Ridge, un ex gobernador de Pennsylvania que dirige la oficina de Seguridad Interior de la Casa Blanca. Hasta ahora, y a falta de un presupuesto y de una dotación de personal comparables a los de un Departamento, ha sido incapaz de jugar el papel coordinador que se suponía debía ejercer. Ridge ha sido casi invisible desde que asumió su función en octubre pasado, y no ha sido capaz de forzar una mejor coordinación entre el FBI y la CIA. En teoría, el nuevo Departamento tendría el poder de hacer que las dos agencias compartan su información de inteligencia sobre amenazas potenciales con informaciones provenientes de la Agencia de Seguridad Nacional, la Agencia de Inteligencia de Defensa y servicios gubernamentales, incluyendo los de inmigración y aduana. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el anuncio de la reestructuración había sido planeado para una fecha posterior del año, pero que la administración se encuentra ahora bajo la presión más extrema que ha enfrentado desde que los ataques de Al-Qaida transformaron la política estadounidense, y está buscando atajarse de un creciente coro de críticas.
Robert Mueller, el director del FBI, enfrentó un feroz interrogatorio ayer del Comité de Asuntos Judiciales del Senado sobre las pistas recogidas por agentes del FBI que podrían haber llevado a la prevención de los ataques, de no haber sido ignoradas por la central del FBI en Washington. También se reveló esta semana que la CIA había estado siguiendo la pista de dos de los secuestradores del 11 de septiembre desde comienzos de 2000 pero hasta agosto de 2001 no comunicó al FBI que habían entrado a Estados Unidos y desaparecido.
En un claro intento de cambiar el foco de atención de lo que salió mal a lo que estaba rectificándose, Ari Fleisher, portavoz de la Casa Blanca, enfatizó la importancia de la recomposición del gabinete, la describió como la reestructuración más importante desde 1947, cuando se creó la CIA. “El objetivo es proteger del terror al territorio nacional –dijo Fleisher a los periodistas–. Podemos hacer más y haremos más.” Pero el rango histórico vindicado para el plan pareció abierto al debate, en la medida que nuevos Departamentos del gabinete, incluyendo Vivienda, Educación, Transporte y Energía fueron establecidos en el último medio siglo. Aún más, Fleisher mismo insistió que el plan no costaría más dinero, sino que simplemente cambiaría las asignaciones de gastos para las operaciones ya existentes.
La creación de un nuevo puesto de gabinete tendrá que ganar la aprobación del Congreso, pero es probable que obtenga apoyo de los dos partidos. Demócratas de primera fila han estado llamando a Bush a convertir la oficina de Seguridad Interior en un Departamento de gabinete en regla sujeto a la supervisión del Congreso. La Casa Blanca había evitado que Ridge testificara ante el Congreso. Pero Edward Kennedy, el principal demócrata del ala progresista del Senado, arrojó dudas sobre elsignificado de la reorganización: “La pregunta es si cambiar la disposición de las sillas en la cubierta del ‘Titanic’ será suficiente”.
En las audiencias de ayer, los senadores interrogaron a Mueller sobre la necesidad de poderes más amplios que los conferidos a agentes del FBI en investigaciones antiterroristas. Bajo nuevas reglas, el Buró podrá encarar “expediciones de pesca” es mezquitas u otros lugares de oración, y podrá rastrear salas de chateo de Internet en busca de conspiraciones terroristas. Mueller dijo que las reglas eran esenciales para evitar los errores del pasado. “Tiene que haber cambios de envergadura en la cultura... de reaccionar al delito a prevenir nuevos ataques terroristas.”
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