EL MUNDO
› LA IZQUIERDA FRANCESA, EN UN CLIMA DE DERROTA
Una campaña de brazos caídos
Por Jon Henley *
Desde Alencon, norte de Francia
No hay nada significativo en Alencon. Es una pequeña ciudad normanda de 30 mil habitantes, atractiva como todas las pequeñas ciudades de Francia, con una fina iglesia gótica, un pasado glorioso como la capital de las telas de encaje en Europa y no menos de tres museos para probarlo. En las últimas elecciones generales, en 1997, la ciudad era claramente socialista y la campiña claramente conservadora. Con más campiña que ciudad, Alencon eligió, por una mayoría reducida, a un miembro de la Reunión por la República (RPR, el partido de Jacques Chirac) como su representante en el Parlamento. Cinco años después, esta banca estaba cerca de pasar al socialismo. Pero ahora, hasta el más entusiasta de los socialistas admiten que Alencon es una causa perdida. Hoy, Le Figaro y Le Parisien publicarán sendas encuestas que deberían darle más optimismo a la izquierda: 40 por ciento para la derecha y 36 para la izquierda, en un caso, y empate en 35 en el otro. Un 15 por ciento iría a Jean-Marie Le Pen.
“La derrota de Jospin cambió todo”, dice Jeanne Gerscher, mientras entrega volantes del candidato del Partido Socialista Joaquim Pueyo. “La gente viene y me dice: ‘¿Pero quién es su verdadero líder? ¿Cuál es su programa? ¿No sería mejor que pasaran a la oposición?.” El premier socialista Lionel Jospin dejó la política el mes pasado, luego de que el líder de la extrema derecha Jean-Marie Le Pen lo derrotara en la primera vuelta de las presidenciales. Después de cinco años en el poder, durante los cuales redujo el desempleo, impulsó reformas en el sistema de seguridad social y redujo las semanas laborales a 35 horas, la derrota de Jospin devastó a la izquierda, que se quedó sin líder de cara a estas elecciones generales.
“Solía pensar que la izquierda se ocupaba de la justicia social, pero ya no”, dijo Michel Montvalon, tomando una cerveza en el bar Royal, en la ruta de Mamers. “Son la misma clase de elitistas que el resto.” Semejante amargura entre los votantes tradicionales de la izquierda no es inusual en Alencon. En septiembre, la fábrica de electrodomésticos Moulinex cerró. De los 4900 puestos de trabajo de las factorías normandas, se perdieron 3250. En Alencon, un 25 por ciento de los 770 trabajadores despedidos no encuentran otro empleo. Algunos votaron a Le Pen en las elecciones presidenciales. Otros optaron por la extrema izquierda, y lo harán de nuevo, a pesar de que fue la dispersión del voto de la izquierda la principal razón de la derrota de Jospin. Una encuesta reciente dice que el 17 por ciento de los votantes de izquierda no quieren que la izquierda gane esta elección.
* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.