La ciudad de seis millones de habitantes sigue su aparente ritmo de sábado de sol pleno con una sensación térmica de más de 30 grados. No es un sábado más, porque para los inscriptos en los centros de votación las vacaciones vendrán después de hoy, cuando se elija a quien ocupe el sillón de La Moneda por los próximos cuatro años. La segunda vuelta electoral entre Michelle Bachelet y Sebastián Piñera no despierta pasiones, pero sí una conciencia clara a la hora de sufragar. De Santiago Oriente al Poniente la gente se detiene de sus compras y paseos para decir por quién vota. La postulante socialista lleva el mayor porcentaje de preferencias en la región metropolitana, que representa un 40 por ciento del electorado. Piñera ha hecho foco en el interior, las regiones, que le son fieles más en el Sur que en el Norte. Los analistas y encuestadores señalan que el candidato liberal se equivocó al no hacer suficiente campaña en la capital, teniendo en cuenta de que los sondeos dan favorita a Bachelet –según el último, por seis puntos de ventaja–.

Atravesando el centro de Santiago la tendencia es en favor de Bachelet, hasta llegar a las comunas (barrios) más populares del Poniente, previo paso por la Estación Central, una suerte de barrio Constitución porteño donde se ubica la Universidad de Chile. En la cuadra universitaria, Patricio, un ingeniero de 54 años, dice que en la primera vuelta votó por Tomás Hirsch (candidato de la alianza del Partido Comunista y el Partido Humanista) y ahora lo hará por Bachelet. De hecho, la Concertación apuesta a atraer el apoyo del electorado del PC. Marta Lagos, titular de Mori –encuestadora del último sondeo–, dijo a Página/12 que en las áreas populares hay dos tipos de votantes: los que eligen la izquierda y los que optan por la derecha de Joaquín Lavín, líder de la Unión Democrática Independiente (UDI). Es típico de esta formación atraer el voto popular casa por casa. La mayoría del voto popular se inclina por la pediatra, por su carisma, porque la ve cercana; contrariamente a Piñera que en este segundo tramo hizo hincapié en los mensajes radiales y televisivos. Daniel, de 56 años, dice que votará “para que el gobierno siga siendo socialista, ya conocí la derecha y no la quiero”.

El empresario fue criticado incluso dentro de la Alianza por centrar todo su despliegue en las regiones, mientras en la capital la UDI trabajaba a reglamento con el escaso material de propaganda que RN le dio. Como comentó uno de los miembros del consejo político lavinista, “a nuestro partido no se le pasó plata para hacer encuestas. Bueno... en general no se nos pasó plata”. Un dato: en 2000 Lavín perdió ante Ricardo Lagos por tres puntos en Santiago. Renovación Nacional, el partido de Piñera, tiene mayoría de adherentes en el sur del país: Puerto Montt, Temuco, San Fernando, Curicó.

Los de abajo, el Santiago Oriente –comunas como Pudahuel, Quinta Normal, Puente Alto–, un conglomerado de casas precarias, tipo conventillos, monoblocks, votarán por Bachelet o buena parte se quedará en sus casas, se desprende de la encuesta Mori. En cuanto a género, en los sectores populares las mujeres votan a mujeres y los hombres votan a hombres, dice Lagos, y señaló que en otros estratos no se da esa tajante división. En el padrón chileno priman las mujeres: 4,3 millones contra 3,9 de hombres.

Cuanto más arriba, lo que llaman El Alto Santiago, asciende el estrato socioeconómico. “Los cuicas” que pertenecen al segmento ABC1 residen en Providencia, Barmechea, Las Condes, caracterizadas por ser zonas residenciales y comerciales, con imponentes casas y más de un automóvil por familia. En estos barrios altos, el electorado se identifica más con el multimillonario empresario Piñera, dueño de LanChile y ChileVisión. Saliendo del mall Altos Las Condes, Eduardo, de 38 años, dice que votará por el postulante de la Alianza (RN-UDI) porque “es más capaz como persona”. “Voy a ‘botar’ (arrojar) a Bachelet”, dice sonriendo Ramón, un profesional de 56 años. En Barmechea, Gabriela, una estudiante para asistente ejecutiva en Manpower, dice que “Piñera no me gusta del todo, pero lo voté en primera vuelta y lo haré ahora”. Muy elegante para el mediodía en una calle de comercios, Pamela dice que elige la boleta del empresario “porque es de derecha, se supone”. La dualidad de Piñera, con discurso más de centro pero escoltado por la UDI tradicional de la derecha, le resta votantes de ultraderecha. Por último, la titular de Mori señaló a este diario que “no hay una percepción de contienda como en 2000 (ballottage entre Lagos-Lavín) porque se da por sentado que ganará Bachelet. Si Piñera hiciera una gran votación por ejemplo, que sacara 48 por ciento, no le alcanzaría. Nosotros le dimos un 47 por ciento frente al 53 de la socialista”. Según Lagos, la abstención será de un 10 por ciento, mayor al pasado ballottage.

A la hora de la verdad, el equipo de la carismática ex ministra de Salud y Defensa del presidente saliente Ricardo Lagos se muestra confiado del triunfo de su candidata, y con ella de un cuarto mandato de la Concertación. El mediático Piñera siguió apareciendo ante las cámaras ayer: estuvo en un hogar de ancianos en el centro de la capital. Según su comando, sus “propias” encuestas señalan un empate técnico. Por las dudas, el equipo completo hizo un último llamado a votar por el magnate, rompiendo la veda del viernes.