EL MUNDO • SUBNOTA › HABLA ALBERTO ESPINA, JEFE DE CAMPAÑA DE PIÑERA
El jefe del comité político de Santiago Piñera, senador Alberto Espina y mano derecha del candidato de Renovación Nacional, habló con Página/12 desde un comando en donde no podían disimular las caras de preocupación frente a los sondeos que pronosticaban una victoria de Michelle Bachelet. Como ya es un clásico de esta campaña, las propuestas de la alianza de centroderecha y derecha se acercan a las reivindicaciones de la izquierda.
–Llamaron a crear un millón de empleos en cuatro años, ¿cómo se lleva a cabo?
–Es absolutamente posible de financiar. Hoy en día Chile, como producto del mayor precio del cobre y del crecimiento de la economía, tiene un superávit de más de 2000 millones de dólares, el año próximo se puede llegar a casi 4000 y ahí están los recursos para crear este millón de empleos. Es posible que por año Chile genere 250.000 empleos y más aún, en nuestro programa de gobierno se señala que en los primeros 90 días se van a crear 100.000 empleos sobre la base de una bonificación a la contratación de mano de obra que equivale a 63.000 pesos más un bono de capacitación de los trabajadores de 100.000 pesos por cada uno de ellos, que es fundamental para mejorar la calidad de la mano de obra. Sebastián Piñera si algo tiene es que es una persona con mayor capacidad en Chile en los temas económicos y las políticas públicas. Piñera fue presidente de la Comisión de Hacienda del Senado y tiene una experiencia en materia económico que no lo supera nadie en el país. Las propuestas que hacemos estamos seguros de que se pueden financiar. En Chile las promesas de populismo y demagogia desde el punto de vista económico no existen. Eso ha permitido una economía estable y sólida. Creemos que lo que ha hecho la Concertación puede ser mejorado y lo que no hizo en 16 años no lo puede hacer en 20. Estamos convencidos de que un cambio de gobierno va a permitir un mayor progreso social y económico.
–¿Cómo sería la relación con los vecinos, por ejemplo, Argentina?
–Nosotros con Argentina tenemos siempre el deber de tener las mejores relaciones. Chile y Argentina deben potenciarse recíprocamente, no sólo porque somos pueblos hermanos, sino porque la potencia de nuestras economías nos permitirían enfrentar un mundo globalizado con mayor éxito. En esa materia, el objetivo de un gobierno de Piñera es hacer que las relaciones sean más fluidas, que las relaciones comerciales sean más completas y que tengamos una estrategia común para abrirnos al mundo.
–¿Hay un viraje hacia la izquierda en la región? ¿Dónde se ubicaría Chile dentro de esto?
–Primero, nosotros somos respetuosos de las decisiones democráticas que se adopten en los países, no es Chile quien debe resolver quién es el presidente de Perú o Bolivia (respectivamente, Evo Morales y el candidato peruano, Ollanta Humala). Nos interesa que esas relaciones sean claras, amistosas, de buena vecindad, y defender los legítimos intereses de Chile. Nuestro país tiene un desarrollo económico y liderazgo importantes para compartir. Una América latina unida es el único factor que nos va hacer disminuir la pobreza.
–¿Cómo harán para achicar la brecha entre ricos y pobres?
–El país ha crecido, pero tenemos una gran desigualdad de ingreso. Aproximadamente el 20 por ciento de los chilenos más ricos se lleva el 60 por ciento de los ingresos y el 20 por ciento de los chilenos más pobres se lleva el 4 por ciento de los ingresos.
–¿Cómo se hace?
–Siendo eficientes con los gastos del Estado. Las políticas públicas son mal ejecutadas, hay mucha burocratización. La primera medida es hacer más eficiente el gasto público para que llegue directamente a la gente.
–Si no tienen los ingresos, ¿aumentarían los impuestos?
–No es necesario. Está descartado. En segundo lugar, en la medida que aumenta el empleo, aumenta el ingreso familiar y disminuye la brecha.
–¿El aumento de empleo tendrá un costo de una mayor flexibilización laboral?
–Siempre dijimos que hay que hablar de la posibilidad de tener distintos horarios de trabajo. Cuántas mujeres en Chile quieren combinar el cuidado de sus hijos y ser dueñas de casa con trabajar alguna hora en su casa. Eso la legislación chilena no lo permite. Es absurdo. Cuántas mujeres del mundo popular querrían trabajar pocas horas y no pueden, lo hacen jornada completa. La flexibilidad es un instrumento fundamental para mejorar los ingresos familiares. Lo novedoso del programa nuestro es que Piñera incorpora jubilación a la dueña de casa. Esto es una medida que cuesta 170 millones de dólares, es financiable. Toda mujer de escasos recursos tendrá jubilación financiada por el Estado, inicialmente.
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