Jueves, 2 de febrero de 2006 | Hoy
EL MUNDO › CONGELA EL DINERO DE LOS IMPUESTOS A CARGO DE LA AUTORIDAD PALESTINA
En el Ministerio de Economía palestino advirtieron que podría causar caos la medida israelí de congelar la transferencia de impuestos –unos 60 millones de dólares– a su país. Hamas, que formará gobierno, no descarta mantener la tregua con Israel.
Por Juan Miguel Muñoz *
Desde Gaza
La financiación del futuro gobierno de Hamas, tras su histórico triunfo la semana pasada, acapara la atención mundial. Mientras Estados Unidos y la Unión Europea (UE) aseguran que no aportarán fondos a una administración encabezada por los islamistas, los países árabes y los partidos palestinos rechazan esta postura, que definen como “un castigo colectivo”. Israel, por su parte, no ha esperado siquiera a que el presidente Mahmud Abbas se reúna con los vencedores en las urnas, y ayer congeló la transferencia de impuestos –unos 60 millones de dólares– que recauda a cargo de la Autoridad Palestina y que paga gran parte de los sueldos de sus funcionarios. Desde el Ministerio de Economía palestino aseguraron que esta medida podría afectar a alrededor de un millón de personas e, incluso, “podría causar caos”.
Moussa Abu Marzouk, el vicejefe del politburó de Hamas, afirmó que la organización “sigue respetando” la tregua que mantiene con Israel y –adoptando un tono más conciliador– adelantó: el acuerdo “sigue constituyendo una opción y podríamos discutir acerca de ello con la comunidad internacional”. Sin embargo, fue muy claro al afirmar que Hamas no está dispuesto a aceptar condicionamientos que atenten contra sus principios o su identidad. “Por ahora no tenemos en mente el reconocimiento de Israel ni negociar con Israel”, afirmó rechazando el discurso del Estado de la Unión del presidente George W. Bush, y agregó: “Hamas no reconocerá la ocupación y las negociaciones no son del interés del pueblo palestino, porque la balanza de poder es distinta y porque Israel no reconoce hasta ahora los derechos del pueblo palestino”.
El Estado judío, EE.UU. y la UE exigen a Hamas que renuncie a la violencia, que reconozca oficialmente a Israel y que se sume a un proceso de paz moribundo desde hace cinco años y en el que nunca han creído. Los islamistas reiteran que no se someterán a lo que definen como un “chantaje” injusto. Y que no renunciarán a ninguno de sus “derechos legítimos”. La salida del atolladero se presenta muy complicada. Y los viajes de los líderes de todos los partidos se suceden sin solución de continuidad. El presidente palestino, Mahmud Abbas, viajó ayer a El Cairo para entrevistarse con su homólogo egipcio, Hosni Mubarak, pieza clave en las negociaciones entre Israel y la AP, y también en las que sostuvieron Abbas y las milicias palestinas en febrero de 2005 para acordar la tregua que Hamas mantiene vigente. El ejecutivo de Mubarak se situó, fiel a su papel de eterno mediador, entre dos aguas.
Tras la cita de ambos mandatarios, el jefe de los servicios de espionaje egipcios, Omar Suleimán, declaró: “Nadie negociará con Hamas mientras no abandone la violencia, reconozca a Israel y acepte los acuerdos de paz, incluida la Hoja de Ruta”. Sin embargo, el ministro de Asuntos Exteriores, Abdel Abu Gheit, que se reunió con su homóloga israelí, Tzipi Livni, instó durante una conferencia de prensa conjunta al Estado judío a entregar a la AP el dinero recolectado por la retención de impuestos y tasas de aduanas que corresponde entregar mensualmente al gobierno palestino, un total de alrededor de 60 millones de dólares. Y agregó, en relación a la eventual suspensión de las ayudas financieras al Ejecutivo palestino: “Es un castigo colectivo que nosotros no deseamos”.
Abu Gheit utilizó un argumento que no contribuye al sosiego, pero que también se escucha en las calles y en los despachos oficiales palestinos. “Si la UE y EE.UU. detienen su apoyo financiero a la AP, creo que Irán les facilitará el dinero”, dijo el jefe de la diplomacia egipcia a Reuters. Amer Musa, secretario general de la Liga Arabe, cuya sede radica en El Cairo, añadió que las aportaciones financieras internacionales “deben continuar independientemente del gobierno que se forme”. Mientras Occidente continúa deliberando, parte del mundo árabe dio un paso al frente ayer para expresar su apoyo a Hamas. Arabia Saudita y Qatar se comprometieron ayer a entregar 33 millones de dólares –20 y 13 millones, respectivamente– a la Autoridad Palestina.
Palestinos de toda condición muestran estos días su profundo desencanto con las medidas anunciadas por la UE. De Estados Unidos, y por supuesto de Israel, esperaban su radical oposición a un gobierno dirigido por Hamas y el consecuente congelamiento de las partidas de las que se nutre la AP, más de 1200 millones de dólares, con los que se abonan los salarios de los 140.000 funcionarios palestinos. Pero la decisión de Bruselas ha caído como un balde de agua fría. Mientras, la incertidumbre sobre la constitución del gobierno palestino crece. Un alto miembro de Al Fatah, el ministro saliente de Asuntos Civiles, Mohammad Dahlan, descartó ayer un eventual gobierno de unión. No obstante, Abbas se reunirá mañana en Gaza con dirigentes de Hamas para analizar alternativas. Uno de los puntos conflictivos es la competencia sobre las fuerzas de seguridad. Los islamistas argumentan que deben responder al gobierno, y no a la presidencia, porque cuando Abbas era primer ministro de Yasser Arafat, exigía que los aspectos de seguridad estuvieran bajo la órbita del Ministerio del Interior.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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