EL MUNDO › LOS COMICIOS MEXICANOS PARTIERON EN DOS A UN PAIS QUE BUSCA A SU PRESIDENTE
La puja electoral mexicana se convirtió en una pulseada política, donde el candidato progresista moviliza seguidores en contra del fraude, mientras su rival, Felipe Calderón, disputa espacios mediáticos y asegura que la victoria fue legítima y el país entero debate cómo sigue la película.
Todos cuestionan los resultados electorales en México. El Tribunal Electoral mexicano está inundado con denuncias. A las impugnaciones de la coalición del candidato Andrés Manuel López Obrador, se sumaron las del propio oficialismo y las investigaciones periodísticas. En medio del cruce de acusaciones entre la centroizquierda y el Partido Acción Nacional (PAN), ayer unos 50 mil manifestantes empezaron a marchar miles de personas de todo el país hacia la capital, en reclamo de un nuevo recuento voto por voto. Felipe Calderón, el presidente electo según el Instituto Federal Electoral (IFE), lanzó una nueva estrategia para contrarrestar lo que promete ser una movilización masiva de la oposición. En primer lugar, el PAN responsabilizó por adelantado a López Obrador por cualquier tipo de problema que sucediera durante las marchas –reavivando el fantasma de la violencia política–. En segundo lugar, el oficialismo convocó a una gira nacional, aunque todavía no puso fecha.
Anoche, el líder de la coalición progresista Por el Bien de Todos, que estimó en 50 mil los participantes en las marchas de ayer continuaba analizando, junto con sus abogados, la posibilidad de demandar al presidente del IFE, Carlos Ugalde, por las supuestas irregularidades durante el escrutinio. Además de las pruebas exhibidas hasta ahora, López Obrador usará la denuncia publicada ayer por el diario mexicano Monitor. El matutino reprodujo una carta de la Dirección Ejecutiva del IFE, en la que se instruye a las juntas distritales a abrir los paquetes electorales, a partir del lunes pasado. Para el candidato opositor esto representa una violación de la ley electoral, ya que la apertura de este tipo de material sólo puede ser ordenada y ejecutada por el Tribunal Electoral, que ni siquiera ha nombrado a una persona para hacerlo. “Esto es muy grave porque pone en riesgo los comicios,” advirtió uno de los asesores de la campaña obradorista, Ricardo Montreal.
A diez días de las elecciones presidenciales, la indefinición sigue dominando la escena política. “Es un conflicto del que todo el mundo está opinando y en el que hay dos visiones marcadas de la solución que se debe aplicar para solucionar esta crisis política,” explicó, en diálogo con Página/12, el director del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México, Roberto Blancarte. A diferencia de los analistas que aseguran que se trata solamente de un enfrentamiento entre dos grupos de dirigentes, Blancarte afirmó que es un conflicto que claramente trasciende a los políticos, aunque esté dirigido por ellos. Para el académico, la tensión va a durar. “Se va a mantener hasta que haya una solución del Tribunal Electoral, aunque seguramente no tendrá siempre la misma intensidad”, explicó. La Justicia electoral debe pronunciarse sobre las más de 500 impugnaciones a más tardar el 31 de agosto máximo.
El Tribunal Electoral se enfrenta con una tarea titánica. Además de estas impugnaciones, los jueces deberán mantenerse al día con las nuevas denuncias y evidencias que aparecen todos los días. Fiel a su estrategia, López Obrador volvió a difundir dos videos ayer. Esta vez muestran cómo se agregan cien votos extra al oficialista Calderón en un distrito del estado de Tlaxcala y cómo sucede lo mismo en el estado de Guanajuato. Mientras que, por un lado, la presión constante de López Obrador provocó rechazos –incluso entre algunos de sus votantes, como describió Blancarte–, por otro está manteniendo viva la movilización de importantes sectores de la sociedad, que se oponen a los resultados emitidos por el IFE.
Son estos últimos sectores los que comenzaron a marchar ayer, en respuesta al pedido que hizo López Obrador el sábado pasado en la protesta masiva en el Zócalo. En el interior del país miles de personas empezaron a reunirse y a programar el peregrinaje a la capital, que finalizará con un masivo acto en la tradicional plaza de la izquierda mexicana. Los estados de Jalisco, Michoacán, Chiapas y Tabasco fueron los primeros en organizarse. Sin embargo, sin lugar a dudas, el mayor número de manifestantes se registró en el bastión del líder de la centroizquierda, ciudad de México. Todavía no se sabe si la convocatoria de esta marcha superará o no a la del sábado pasado. Sin embargo, el oficialismo decidió anticiparse y comenzar a movilizar a su propia gente. Para Blancarte esta iniciativa podría ser contraproducente para el panismo, ya que amenaza con polarizar aún más la situación política. Según explicó, Calderón también tiene capacidad de movilizar masas, pero debería estar alerta al efecto negativo que provocó en algunos la actitud de López Obrador. “Lo que Calderón necesita ahora es conseguir más gobernabilidad, a través de alianzas con las otras fuerzas políticas,” opinó Blancarte. El oficialismo, en cambio, decidió jugar el juego planteado por López Obrador.
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