EL MUNDO › EL PRESIDENTE PERUANO HABLO DE TODO, MENOS DE KIRCHNER
› Por Carlos Noriega
Desde Lima
Alan García jura que no se derechizó. “Mi gobierno es de izquierda democrática, moderna y responsable”, fue la frase con la que inició el diálogo ayer con los corresponsales extranjeros, con quienes se reunió por primera vez en cinco meses de gobierno. En uno de los salones de Palacio de Gobierno, García dialogó durante una hora y media con un grupo de periodistas, entre los cuales Página/12 fue el único medio argentino presente. Vestido con traje oscuro, García estuvo distendido y muy locuaz. Habló largos minutos sobre su concepto de lo que es una izquierda moderna, pero no logró diferenciarla mucho de la derecha neoliberal. “La izquierda moderna apoya una política de apertura al mercado mundial para crecer y poder redistribuir recursos, apoya al empresario que crea empleo y no cae en la demagogia de la izquierda antigua de querer darle en lo inmediato todos los derechos laborales a los trabajadores. Esos derechos hay que darlos paulatinamente porque tienen un costo.”
García colmó de elogios al recién electo presidente de Ecuador, Rafael Correa; le deseó una pronta recuperación a Fidel Castro y éxitos al gobierno de Evo Morales. Reiteró la importancia que tienen para el Perú las relaciones con Brasil y Chile y hasta habló bien de Hugo Chávez, al que meses atrás había llamado “sátrapa y dictador”. Pero, una vez más, eludió hablar del gobierno argentino y del presidente Néstor Kirchner. Cuando Página/12 insistió sobre su relación con Kirchner y la Argentina, García soltó una sonrisa. “Siempre evado el tema, ¿no?”, reconoció. “Lo que pasa –continuó– es que lamentablemente no he tenido la ocasión de conocer personalmente al presidente Kirchner, por eso no me pronuncio sobre él. Con Argentina históricamente hemos tenido una estupenda relación y ahora seguimos teniendo esa misma relación. Argentina es un país fundamental. No se olvide que yo tengo la mitad del corazón argentino, porque mi esposa (Pilar Nores) es argentina y mis hijos son mitad argentinos.”
García intentó mostrar su lado más afable cuando habló de Hugo Chávez. “No se puede hablar de reconciliación porque en realidad nunca nos peleamos”, fue la sorprendente respuesta. ¿Y los insultos que se lanzaron mutuamente? “Es un problema de mensajeros, de asistentes. El capítulo está cerrado. Yo nunca escuché nada, él tampoco escuchó nada, y ahora somos amigos. Cada uno piensa lo que piensa, pero somos amigos. Eso le molesta a quienes querían una eterna enemistad.” Y continúo destacando sus coincidencias con Chávez, su nuevo amigo: “Reivindica el concepto de unidad sudamericana y en eso estamos de acuerdo. También reivindica la figura del gran Bolívar, de quien yo soy un admirador, porque Bolívar fue grande en todo, hasta en lo negativo fue grande. No dudo que él (Chávez) tenga buenos deseos para su pueblo. Me causa simpatía su personalidad exuberante, exultante, comunicativa”.
Pero García reservó sus mayores elogios para Rafael Correa, que hace unos días estuvo en Lima. “Siento un particular afecto por el presidente Correa, con quien me identifico. Me parece una persona de una estructura moral y de una intención social muy claras. Espero firmemente que le vaya muy bien y en la medida de lo posible me gustaría contribuir a su éxito. Estoy muy esperanzado que con él se fortalezcan nuestras relaciones con Ecuador.”
Hace unos días una emboscada en la selva dejó cinco policías muertos. El atentado fue atribuido por unos a Sendero Luminoso y por otros al narcotráfico. Ante una pregunta de este diario sobre el tema, García respondió pidiendo, otra vez, la pena de muerte para los acusados de terrorismo. “No creo que la pena de muerte sea una panacea ni que sea una solución para el problema del terrorismo, pero sí es una sanción que yo reivindico para los crímenes atroces, como el terrorismo o la violación y asesinato de niños. Sé que la pena de muerte sacude la conciencia de algunos, pero la mía no. Defender la pena de muerte no me quita”, respondió.
El presidente peruano volvió a defender su silencio respecto del proceso de extradición de Alberto Fujimori, alegando que su intervención en el caso lo politizaría, lo cual beneficiaría a Fujimori.
García también defendió con vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. “Para crecer y redistribuir se necesita exportar y para exportar son necesarios los tratados de libre comercio. Creo que hay una altísima probabilidad que el próximo año el Congreso norteamericano ratifique el TLC”, afirmó.
Antes de concluir la conferencia con la prensa extranjera, García sorprendió a todos revelando que suele picchar (masticar) hojas de coca antes de los encendidos discursos que acostumbra dar en las plazas públicas. “La civilización andina consumía la hoja de coca y no era una civilización torpe. La hoja de coca es buena para muchas cosas. Por ejemplo, es muy buena para la garganta. Cuando he tenido que dar muchos discursos en un solo día pi-cchaba coca para mejorar la garganta. No hay que ver la hoja de coca como algo terrible”, señaló.
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