El movimiento Al Fatah del presidente Mahmud Abbas afirmó ayer que no conversará más con el grupo Hamas, en el poder en la Autoridad Palestina (AP). Al Fatah acusó al grupo radical del primer ministro Ismail Haniye de asesinar a sangre fría a su jefe de Seguridad Preventiva y a seis guardaespaldas. “No habrá ningún diálogo en la sombra del asesinato y el terrorismo practicado por Hamas”, señaló Al Fatah en un comunicado emitido ayer en Gaza. El anuncio se produjo pocas horas después de que Abbas y Haniye acordaran la retirada de sus fuerzas de las calles, con el objetivo de terminar con la violencia.

Meses de puja de poder entre el gobernante Hamas y Al Fatah degeneraron en violencia el mes pasado, cuando 17 palestinos murieron en enfrentamientos entre ambos partidos. La tensión se agravó cuando Abbas anunció que convocará a elecciones anticipadas, algo que Hamas calificó de “intento de golpe”. Otros dos acuerdos de tregua como el alcanzado ayer por la mañana naufragaron rápidamente en medio de renovados choques.

En tanto, el presidente estadounidense, George W. Bush, pedirá al Congreso 83 millones de dólares para las fuerzas de seguridad leales al presidente de la AP. Según Bush, esta ayuda se destinaría a entrenamiento, uniformes, vehículos y otros apoyos. “La financiación a Al Fatah no se basa en el apoyo al pueblo o los gobiernos, sino en el apoyo del proyecto estadounidense de dividir pueblos, pues ésta es la política norteamericana basada en el terrorismo y el divide y vencerás”, señaló el portavoz de Hamas, Fawzi Barhoum.

Por otra parte, tanques israelíes penetraron ayer en una zona deshabitada del norte de la Franja de Gaza por primera vez desde el alto el fuego en vigor desde el 26 de noviembre de 2006, tras el lanzamiento de dos cohetes contra Israel. “Varios tanques y una topadora entraron en una zona deshabitada al este del campo de refugiados de Jabaliya después de que se lanzaran cohetes desde esa zona”, afirmaron los servicios de seguridad. No se informaron muertos ni heridos.