Miles de activistas, entre ellos la pacifista Cindy Sheehan, manifestaron su rechazo a la prisión en distintos países incluido Cuba, donde está la base militar norteamericana. En ella hay más de 400 detenidos sospechosos de terrorismo que no tuvieron una acusación formal o un juicio.
“Ciérrate Guantánamo” pidieron ayer miles de activistas y organizaciones en distintos países, a cinco años de la apertura de la prisión en la base naval estadounidense de Cuba. Una delegación que incluía a un ex prisionero, familiares y activistas llegó al penal para manifestar su rechazo al establecimiento, donde aún permanecen detenidas más de 400 personas sin ser acusadas formalmente.
Los primeros sospechosos de terrorismo –o “combatientes enemigos”, como los llama el gobierno norteamericano– fueron trasladados a Guantánamo el 11 de enero de 2002. De los más de 700 detenidos de unos 40 países que pasaron por la prisión en algún momento, unos 380 han sido repatriados, la mayoría de ellos sin haber sido acusados formalmente ni sometidos a juicio. Los detenidos han manifestado que fueron sometidos a repetidas torturas y abusos. Pero el gobierno de Bush afirmó una y otra vez que los prisioneros son tratados “con la dignidad que niegan a otros”. Las inspecciones del lugar por parte de organismos como la Cruz Roja, Amnistía Internacional o la propia ONU son permitidas, pero con tantas restricciones que se hace imposible constatar el verdadero estado de los prisioneros, según los miembros de esas organizaciones.
La delegación liderada por la pacifista Cindy Sheehan, madre de un soldado estadounidense muerto en Irak, llegó ayer hasta las rejas de la base tras hacer un viaje de 22 kilómetros en micro desde la ciudad de Guantánamo (970 kilómetros al este de La Habana), una porción de la isla de Cuba ocupada por Estados Unidos desde 1903. La protesta ante las rejas de la base incluyó un pequeño servicio religioso con oraciones de un pastor protestante.
“Creo que lo que mi país está haciendo en Gitmo (como los marines llaman a la base de Guantánamo) y otros campos de prisioneros es muy antiestadounidense. Si uno trata a la gente como a animales, se lastima a todo el mundo. Estamos intentando llamar la atención sobre eso en este quinto aniversario de la llegada de los primeros detenidos a la base”, afirmó Sheehan. Otra integrante del grupo, Adele Welty, madre de un bombero que murió en los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, urgió a sus compatriotas a escribir a sus diputados y senadores y a llamar a la Casa Blanca para “pedir el fin del encarcelamiento injusto de seres humanos como nosotros”.
Las madres presentes en la protesta no eran sólo estadounidenses. Zohra Zewawi, que viajó a Guantánamo desde Dubai, estalló en lágrimas al poner su mano en el enrejado, no lejos de donde su hijo Omar Deghayes, de 37 años, está prisionero desde comienzos de 2002. “Estoy tan contenta de estar cerca de mi hijo. Por un lado estoy feliz, pero también estoy muy triste porque no puedo verlo”, afirmó la mujer, que llevaba un prendedor con el número de prisionero de su hijo, “727” , sobre su vestido negro, así como una mantilla con una frase escrita en árabe: “No te rindas”.
Otro que viajó a Guantánamo, y no por primera vez, fue el ex prisionero Asif Iqbal, un joven inglés de origen paquistaní que pasó tres años en la prisión y fue liberado sin ser acusado formalmente. “Me siento tan cerca y, sin embargo, tan lejos. Estoy tan lejos de tener los grilletes puestos, estoy tan lejos de ser torturado, de ser mantenido prisionero de forma ilegal”, indicó Iqbal.
Diversas organizaciones internacionales pidieron también el cierre de la prisión. “Como mi predecesor (Kofi Annan) estoy convencido de que Guantánamo debe ser cerrado y me parece que el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, es también favorable a la clausura”, indicó el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon. Pero no parece que Estados Unidos planee cerrarla, ya que ha ordenado ampliar las instalaciones. En tanto, la organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) exigió a la presidencia de turno alemana de la Unión Europea (UE) que retome sus reclamos sobre el centro de detención. “La UE empleó cuatro años para pedir el cierre de Guantánamo. Desde 2006 nunca renovó este pedido, mientras es evidente que algunas personas detenidas arbitrariamente en la base estadounidense están allí gracias a la ayuda de algunos estados de la UE”, afirmó un comunicado.
Las manifestaciones se extendieron por todo el mundo. En Roma, unos 20 hombres y mujeres vestidos con overoles naranjas se encerraron en una gran caja instalada en una plaza del centro histórico. En Praga, la oficina de AI liberó cientos de globos naranjas, uno por cada detenido, mientras en París unos 300 activistas se reunieron desde el sábado pasado ante la réplica de la estatua de la Libertad.
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