EL MUNDO › TEHERAN LO DIJO AL ADVERTIR “CAMBIOS POSITIVOS” EN LA ACTITUD DE LONDRES EN LA CRISIS
Mientras el gobierno iraní abría la posibilidad de una solución diplomática, el británico aseguraba que “se están moviendo muchas cosas entre bambalinas”. Ayer hubo nuevas filmaciones de los quince soldados británicos en las que admitieron que traspasaron sin permiso la frontera iraní.
› Por Angeles Espinosa/W. Oppenheimer *
Desde Teherán/Londres
Irán y el Reino Unido han puesto sordina a la crisis de los quince marinos capturados por Teherán. La televisión iraní aseguró ayer que la actitud de Londres registra “cambios positivos” que pueden facilitar una solución. Y el director general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní y principal negociador en materia nuclear, Ali Lariyani, aseguró que “no hay necesidad” de juzgar a los quince marinos, abriendo otra posibilidad de solución diplomática. Estos comentarios acompañaban nuevas imágenes de los militares, que supuestamente confesaban haber entrado en aguas iraníes. El gobierno británico calificó de inaceptable el video, pero mantuvo la cautela. “Se están moviendo muchas cosas entre bambalinas y es mejor no discutirlo en público”, dijo un portavoz.
El gobierno británico adoptó una línea de gran cautela y bajo perfil, con la esperanza de que eso ayude a solucionar el conflicto cuanto antes. El Foreign Office se limitó a expresar “gran preocupación” y a calificar de “inaceptables” las nuevas filmaciones de los soldados británicos capturados por Irán en las que dicen admitir que traspasaron sin permiso la frontera iraní con Irak en aguas del Golfo Pérsico. Pero sin echar más leña al fuego.
El portavoz oficial del primer ministro Tony Blair también huyó de la confrontación en su habitual encuentro con la prensa. “Irán sabe cuál es nuestra posición. Saben que las apariciones en la televisión controlada por el Estado no van a afectar esa posición”, dijo. “Saben que tenemos un fuerte apoyo internacional y hemos contestado a la carta inicial de los iraníes y ahora estamos esperando su respuesta”, añadió. “Se están moviendo muchas cosas detrás del escenario y es mejor no discutirlo en público”, explicó. “En estos momentos es mejor esperar a ver cuál es la respuesta iraní”, insistió.
Aunque en el Reino Unido se da por sentado que el incidente ocurrió en aguas iraquíes, también se han alzado algunas voces que dejan la cuestión abierta. El ex diplomático Craig Murray, que dejó el Foreign Office siendo embajador británico en Uzbekistán tras denunciar el apoyo de su gobierno al dictador de ese país, ha planteado algunas dudas en su blog en Internet. Murray recuerda, por ejemplo, que la frontera entre ambos países en el Golfo Pérsico es motivo de una antigua querella y que el Reino Unido ha dado por buena su propia interpretación de dónde está la frontera, sin tener en cuenta la posición de Irán.
El ex diplomático plantea un segundo dilema al advertir que, dando por bueno que el incidente se produjera en el lugar que dicen los británicos, el mercante indio que acababan de interceptar justo antes de ser detenidos por los iraníes estaría anclado en una zona difícilmente navegable para un barco de ese tonelaje. “El Ministerio de Defensa sostiene que el mercante indio estaba anclado ‘en el canal’. Pero esas coordinadas están una milla náutica al Oeste –es decir, hacia Irak– del canal”, afirma. El mercante estaría en ese caso anclado en una zona apenas navegable en marea alta y de imposible acceso para un barco tan pesado en marea baja.
Mientras tanto, la cadena en árabe de la televisión iraní, Al Alam, volvió a mostrar ayer imágenes de los quince marinos británicos que capturó en el Golfo Pérsico hace doce días. Sin embargo, la radio estatal anunció que aunque todos ellos habían confesado su entrada ilegal en aguas iraníes, ya no se mostrarían más grabaciones debido a los “cambios positivos” en la actitud del Reino Unido. “Si este camino continúa, uno puede esperar que el problema se resuelva en un proceso bilateral alejado del escándalo y el griterío y alcanzando las exigencias lógicas de Irán”, afirmaba también el comentario que acompañaba a la grabación. Ni la radio ni la televisión especificaron en qué consistían esos cambios y, como en los últimos días, nadie agarraba el teléfono en la embajada británica. Sin embargo, esa suavización del tono iraní podría tener que ver con la carta de respuesta de Londres a una nota previa de Teherán. En ella, según fuentes diplomáticas, el Reino Unido se muestra dispuesto a debatir con la República Islámica “cómo evitar incidentes similares en el futuro”.
Resulta difícil de predecir si eso va a traducirse en una rápida liberación de los marinos. De aceptar su vuelta a casa sin una disculpa británica –descartada por Londres–, el gobierno iraní se arriesga a ser objeto de la crítica de los ultraconservadores, cuya retórica ha ido creciendo a lo largo de la crisis. En todo caso, los observadores recuerdan que Irán es impredecible y el presidente Mahmud Ahmadinejad ha convocado para hoy una conferencia de prensa en la que se espera que se pronuncie al respecto.
Ayer, el director general del Consejo Supremo de Seguridad Nacional iraní y principal negociador en materia nuclear, Ali Lariyani, aseguró que “no hay necesidad” de juzgar a los quince marinos. No obstante, los sectores más duros siguen pidiendo un juicio, cuyo resultado no está claro, pero que sin duda alargaría el trance. Tal argumento encuentra eco entre muchos iraníes de a pie que perciben como injusto el trato que su país recibe de los países occidentales, y muy en particular del Reino Unido, con el que tienen una larga historia de desencuentros.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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