El gobierno cubano repudió ayer el fallo de la Justicia estadounidense que le otorgó la libertad bajo fianza al terrorista anticastrista Luis Posada Carriles. “Esta es otra confirmación del doble standard del gobierno de George Bush en su alegada cruzada contra el terrorismo”, aseguró el diario oficial Granma. Posada Carriles es acusado por Venezuela y Cuba de ser el responsable del atentado contra el avión civil cubano en 1976, en el que murieron 73 personas, entre ellos 57 cubanos. “El show sigue, los crímenes aún continúan impunes”, cuestionó el periódico cubano, un día después de conocerse el fallo del tribunal de El Paso, Texas. Hace más de un año que el anticastrista está detenido en Estados Unidos, acusado de siete cargos, el más grave es por haber mentido para lograr su naturalización como ciudadano estadounidense, luego de haber ingresado al país en forma ilegal. Tanto La Habana como Caracas piden su extradición por el atentado de 1976, pero la Justicia estadounidense lo ha descartado por considerar que en cualquiera de esos países la vida de Posada Carriles correría peligro. La defensa del anticastrista intentó luego demostrar que ningún país quería aceptarlo. Con estos argumentos, la jueza Kathleen Cardone decidió el viernes otorgarle la libertad bajo fianza por 250 mil dólares. Posada Carriles, quien cuenta con un largo historial de fugas, tendrá que cumplir un arresto domiciliario en la casa de su esposa en Miami y sólo podrá salir del edificio para citas con su abogado o chequeos médicos indispensables. A pesar de estas limitaciones, el gobierno estadual interpuso una moción de emergencia para mantenerlo bajo arresto por una semana para darle tiempo al Departamento de Justicia para evaluar el fallo. El caso de Posada Carriles es un tema muy delicado para Estados Unidos. Por un lado, ha sido la punta de lanza de los cuestionamientos de sus rivales en la región en los foros internacionales. Por otro lado, el anticastrista mantiene vínculos con el FBI, la CIA y los poderosos grupos cubanos en Miami, según él mismo reconoció.