EL MUNDO › TONY BLAIR HABLA DEL PROCESO DE INTEGRACION DE LA UNION EUROPEA
En una extensa entrevista, a días de anunciar su retiro, el premier británico dijo que la UE necesita reglas claras, no una Constitución.
› Por Andreu Missé *
Desde Londres
El primer ministro británico, Tony Blair (Edimburgo, 1953), que dejará su cargo en breve, está satisfecho de los avances en las relaciones entre el Reino Unido y la Unión Europea. Pero se muestra muy crítico con el Tratado Constitucional. Blair propone “retroceder y no hacer un tratado constitucional, sino un tratado que mejore las reglas de Europa”.
Cuando faltan ya muy pocos días para que anuncie su retirada como primer ministro, Tony Blair hace balance de los cambios en las relaciones entre el Reino Unido y Europa durante sus diez años de mandato. En una entrevista con corresponsales europeos de los principales periódicos, Blair se enorgullece de haber aportado “un sentido práctico a Europa”, que ha favorecido la aproximación de su país al proyecto europeo.
–A pesar de sus esfuerzos, la opinión pública británica sigue viendo a Europa tan hostil como cuando usted llegó al gobierno hace diez años. ¿Continúa usted atrapado en el dilema de sentirse aislado en Bruselas o ser un traidor a su país?
–Cuando llegué al gobierno en 1997, el Reino Unido estaba completamente aislado y la mayor actividad diplomática era el rechazo al Capítulo Social. Desde entonces hemos jugado un papel importante en promover una política de defensa europea, en la Agenda de Lisboa, en la política energética y en el nombramiento de Barroso como presidente de la Comisión. Hemos llevado a cabo la ampliación, que era una de las prioridades británicas. Creo que para el interés nacional, el Reino Unido debe ser un actor clave en Europa.
–¿Considera un fracaso de su política que la opinión pública británica continúe con una percepción tan escéptica de Europa?
–El escepticismo sigue, pero como gobierno, y por tanto como país, hemos actuado de forma diferente. Si hace una encuesta seguramente le saldrá una respuesta con este escepticismo. Pero si va más al fondo y pregunta a la gente si quiere separarse de Europa, le dirán que no. La gente comprende la importancia de que Gran Bretaña esté integrada en una mayor medida en Europa. Aquellos días del aislamiento han acabado.
–¿Quién se ha movido el Reino Unido o la Unión Europea?
–Ambos. Ha habido un cambio de ambiente en Europa, que en parte ha sido por la ampliación a otros miembros, pero también porque Europa en sí misma quiere centrase más en políticas prácticas, en la economía, la energía, el medio ambiente, la delincuencia o la inmigración. Creo que hoy en Europa hay más sentido práctico, lo cual no es sólo por los nuevos miembros, sino también por Gran Bretaña.
–¿Pero usted se opone a una Constitución que elimine la exigencia de acuerdos por unanimidad que ahora obstaculizan el desarrollo de estas políticas concretas?
–Pero aceptamos votaciones por mayoría calificada en asuntos económicos y sociales. Creo que en la práctica no se necesita cambiar las reglas para desarrollar acciones conjuntas en materia de inmigración, energía o medio ambiente.
–¿Qué tipo de cambios necesarios estaría dispuesto a aceptar el Reino Unido?
–No quiero negociar en público, ya sea un tratado simplificado o las enmiendas al tratado. Pero esencialmente tenemos que retroceder y no hacer un tratado constitucional como tal, sino un tratado que mejore las reglas de Europa.
–Pero ustedes firmaron la Constitución y en 2005 el ministro de Exteriores, Jack Straw, dijo que la Constitución era la mejor opción para el Reino Unido. ¿Por qué han cambiado tanto?
–Sí, firmamos el Tratado Constitucional y creo que podríamos haber vivido con él. Pero también tenemos que vivir con la nueva realidad.
–¿Cuál es la nueva realidad?
–Que Francia y Holanda votaron que no. Otros países, como nosotros, que teníamos previsto un referéndum, nos encontramos con una nueva situación. Yo nunca tuve ningún problema con el Tratado Constitucional. Ahora, lo más importante es concentrarse en hacer que Europa funcione más efectivamente y dedicarse a los asuntos en los que la gente quiere que nos concentremos. Esto incluso ya no es un problema para España, que aunque tuvo un referéndum y aprobó la Constitución, sería muy atrevido pensar que después de los No de Francia y Holanda los demás dirían que Sí.
–¿El tipo de enmiendas que propone para simplificar el Tratado requeriría un referéndum?
–No. Si no es un tratado que altere las relaciones básicas entre Europa y los Estados miembro, no es necesario un referéndum.
–¿Pero no teme que los conservadores presionen para que tenga que convocar a un referéndum y que sea una situación difícil para su probable sucesor, Gordon Brown, menos apasionado por Europa?
–Los conservadores probablemente pedirán un referéndum, aunque sólo se toque una coma. Pero esto es porque ellos no quieren que Europa progrese.
–¿Cree que el Tratado es una condición para que continúe la ampliación de la UE?
–Europa puede siempre funcionar de una manera o de otra. Pero dado que somos 27 países y queremos expandirnos, lo haremos mejor con unas reglas sobre la toma de decisiones más seguras. Creo que la ampliación ha beneficiado mucho a Europa. Y por esto, yo no diría que la reforma del Tratado sea una condición previa, porque sería una palabra demasiado fuerte, pero pienso que es inevitable que Europa por lo menos tenga las reglas más adecuadas para la futura ampliación.
–En Bruselas piensan que usted llegará a su última cumbre en junio y firmará la hoja de ruta para salvar el Tratado Constitucional. ¿Cree que su sucesor, seguramente Gordon Brown, ejecutará el plan que usted haya acordado?
–Creo que él es proeuropeo y está a favor de las reformas. Cuando llegue la cumbre de junio, iremos con una posición de gobierno. Los asuntos que tenemos ahora no habrán desaparecido y los tendremos que resolver. Y mi opinión es que es mejor resolverlos antes que tarde.
–¿Entonces piensa que el acuerdo de la cumbre de junio será lo suficientemente preciso para permitir un progreso sustancial sobre el Tratado para finales de este año o principios del siguiente?
–Sí. Pienso que lo más acertado es que logremos un acuerdo sobre los elementos clave del Tratado en junio. Tenemos que abordar después un proceso de planificación del trabajo con más detalles y después el proceso de ratificación.
–¿La nueva conferencia intergubernamental debería acordarse en junio?
–Creo que esto sería lo sensato. Lo acertado sería que en el Consejo de junio, con la presidencia alemana, que ha hecho un destacado trabajo y cuenta con notable autoridad, se alcance un acuerdo.
–Sus relaciones con Angela Merkel y José Manuel Durao Barroso parece que han facilitado un punto de vista en común.
–Para la nueva generación de líderes europeos, la cuestión está en cómo hacer Europa más competitiva, cómo aumentar la prosperidad y cómo hacer que Europa y sus valores cuenten en el mundo.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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