Dos formaciones ferroviarias cruzaron la frontera intercoreana por primera vez desde el fin de la guerra, en 1953. La prueba piloto de ayer apunta a ampliar la cooperación bilateral.
› Por Ramiro Trost
Desde Seúl
Después de 56 años, las dos Coreas volvieron a estar unidas por ferrocarril ayer, cuando dos trenes atravesaron al mismo tiempo la fortificada frontera. Cada una de las formaciones ferroviarias llevaba a bordo a 100 surcoreanos y 50 norcoreanos, que fueron los protagonistas de un hecho histórico en las relaciones intercoreanas. La prueba de las vías férreas se concretó luego de un acuerdo alcanzado la semana pasada por los ejércitos de ambos países, que otorgó la garantía de seguridad militar para que los trenes pudiesen cruzar la Zona Desmilitarizada que divide al Norte y al Sur.
El primero de los trenes partió de la estación surcoreana de Munsan y recorrió 27,3 kilómetros hasta la estación norcoreana de Gaesong, utilizando la línea Gyeongui, que en un futuro unirá Seúl con Pyongyang. La otra formación utilizó la línea Donghae, que se extiende por la costa este de la península, realizando un recorrido de 25,5 kilómetros entre la estación Geumgangsan del Norte y Jejin del Sur.
El acuerdo de seguridad que permitió el ensayo estableció protocolos para el cruce fronterizo de los trenes, incluyendo qué áreas de la frontera quedarían abiertas y por cuánto tiempo, así como las promesas mutuas de garantizar la seguridad de los viajeros. Debido a las delicadas condiciones militares que rigen en la zona limítrofe, durante toda la jornada de ayer el Ministerio de Defensa y el Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur reforzaron la vigilancia y alerta en el país. La última vez que un tren atravesó la frontera intercoreana fue el 12 de junio de 1951, en el caso de la línea Gyeongui, mientras que el tendido de las vías Donghae dejó de utilizarse al estallar la guerra, el 25 de junio de 1950. Desde entonces las comunicaciones viales estuvieron interrumpidas y los pocos intercambios se realizaron a través de barcos o aviones que triangulaban con escala en Pekín.
El presidente de Corea del Sur, Roh Moo Hyun, calificó de “histórico” al viaje piloto de los trenes transfronterizos y señaló que “será la piedra angular para lograr la unión de la economía intercoreana y más adelante la formación de un bloque económico en el nordeste de Asia”.
El plan de reconexión ferroviaria y de carreteras entre las dos Coreas se originó luego de la reunión cumbre que mantuvieron los líderes de ambos lados en junio de 2000. El diálogo entre el mandatario norcoreano Kim Jong Il y el por entonces presidente surcoreano Kim Dae Jung posibilitó la generación de una serie de proyectos de reconciliación, entre los que también se incluyen las reuniones de los familiares separados por la guerra, la instalación de un complejo industrial en el Norte con capital del Sur que ya funciona y la explotación turística de áreas norcoreanas.
En la ceremonia realizada en la parte sureña, el ministro surcoreano de Reunificación Nacional, Lee Jae Joung, remarcó que el ferrocarril interfronterizo asentará una red logística para cubrir toda la península. Agregó que los trenes contribuirán al desarrollo equilibrado de los dos lados, consolidando al mismo tiempo un sistema de paz permanente en la región.
La península coreana está dividida desde el fin de la guerra de Corea (1950-1953), que terminó con un Tratado de Armisticio y que exige el consentimiento militar para atravesar la frontera intercoreana. Desde hace un año, el proceso de apertura ferroviaria había sufrido retrocesos a raíz de los ensayos misilísticos y nucleares que llevó adelante Corea del Norte en 2006. El profesor Ryu Gil Jae, de la Universidad de Estudios Norcoreanos, dijo a Página/12 que el gobierno de Pyongyang permitió el viaje experimental ferroviario con el único fin de poder recibir los envíos desde el Sur de arroz, fertilizantes y materias primas para su industria ligera. La realización de la prueba piloto había sido la condición fijada por la administración de Seúl para concretar el despacho de las asistencias.
La ensayo ferroviario de ayer tuvo carácter de único y no significa la restauración inmediata de un servicio regular de trenes entre las dos Coreas. Funcionarios y militares de ambos lados volverán a sentarse a negociar con el fin de darle continuidad a los viajes y hacer permanente la garantía de seguridad militar.
El doctor Na Hee Seung, supervisor del Instituto de Estudios Ferroviarios de Corea del Sur, estimó que la reconexión ferroviaria entre los dos países brindará un mayor auge a las actividades del complejo industrial de Gaesong, que opera en el Norte con capital surcoreano, y a la vez a los proyectos turísticos como el del monte norcoreano Geumgang, que es visitado anualmente por 300 mil personas.
La intención del gobierno de Seúl es, una vez lograda la regularidad de los servicios ferroviarios entre las dos Coreas, conectar el sistema de trenes intercoreano con la red transchina y transiberiana, lo que permitirá un enlace con Europa y una reducción del tiempo y costo del transporte de mercancías, que ahora deben ser llevadas por mar.
Los objetivos económicos del Sur y las necesidades del Norte convergieron en esta oportunidad para dar paso a la prueba piloto de los trenes intercoreanos. La voluntad del régimen de Pyongyang y el avance en su proceso de desnuclearización definirán si esta prueba quedará en la historia como un hecho único o si volverá a haber libre circulación por las carreteras y vías de las dos Coreas.
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