El presidente norteamericano ratificó ayer el bloqueo económico a la isla, a la vez que llamó a una “revolución real” para los cubanos. La Habana respondió que EE.UU. busca un levantamiento violento en su país.
El presidente de Estados Unidos, George Bush, llamó ayer a una revolución real en Cuba. En un discurso mordaz en el Departamento de Estado, el mandatario norteamericano ratificó el embargo hacia la isla y propuso acumular plata para reconstruirla a cambio de que haya una apertura política en ese país. Asimismo, Bush instó a la comunidad internacional a pronunciarse, abrir más embajadas y ONG en medio de un régimen que consideró “fracasado”. Los militares y miembros del gobierno cubano también fueron interpelados por Washington. Luego del discurso que llegó a la isla por radio y televisión, Cuba rechazó una vez más el prolongado bloqueo económico de EE.UU. También denunció a ese país por buscar un levantamiento violento y amenazar con una guerra a la isla.
“Está llegando el día en el que los cubanos tendrán la libertad por la que tanto esperaron”, advirtió ayer Bush en la sede del Departamento de Estado, en Washington, frente a una amplia representación de embajadores, además de miembros del Congreso y de la administración relacionados con Cuba. “Se oyen los jadeos moribundos de un régimen fracasado”, señaló. Sin embargo, hasta que no haya un cambio, el embargo norteamericano a Cuba y las restricciones a los viajes seguirán en pie, dijo Bush, ratificando la actual política exterior de la Casa Blanca hacia la isla.
En su nuevo mensaje, el presidente estadounidense llamó a los cubanos a dar forma a su propio destino por medio de una revolución real, de libertad, democracia y justicia. “Ahora es el momento de apoyar al pueblo cubano”, aseguró. “Nuestro día está llegando”, advirtió luego en español, tras recordar que otras regiones como España, Chile y Europa del Este ya atravesaron cambios pacíficos.
Durante su cuarto discurso sobre Cuba en lo que va de su mandato, Bush llamó la atención a la comunidad internacional sobre el futuro de la isla para cuando desaparezca el sistema actual. “Los horrores del régimen impactarán la conciencia de la humanidad y avergonzarán a sus defensores y a todas esas democracias que permanecieron calladas”, vaticinó. Asimismo, Bush instó al resto del mundo a abrir más embajadas en La Habana, a invitar allí a líderes pro-democracia y a abrir sus instalaciones para que los cubanos puedan navegar por Internet, leer libros y revistas. Además, pidió a los gobiernos a que animen a sus Organizaciones No Gubernamentales (ONG) a que se contacten con la sociedad civil cubana.
Entre las medidas anunciadas, Bush propuso la creación de un Fondo de Libertad para Cuba que necesitará de aportes económicos de todo el mundo con el fin de reconstruir la isla. No obstante, el presidente de EE.UU. no especificó ni la cantidad que tendrá el fondo ni cuánto aportará su país. Lo que sí se sabe es que el mandatario estadounidense encargó a Gutiérrez y a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, que ataran los cabos sueltos con otros países y organizaciones internacionales.
En tanto, Bush autorizó a las ONG a suministrar computadoras con Internet y a extender el programa de becas para jóvenes latinoamericanos a los cubanos. Sin embargo, todas las medidas presentadas ayer se llevarán a cabo siempre y cuando el gobierno cubano se abra y lo permita, aclaró el líder republicano. “El gobierno cubano debe demostrar de palabra y hecho que abraza los fundamentos de la libertad”, afirmó el presidente.
Por último, Bush se dirigió a los miembros del gobierno, el ejército y las fuerzas de seguridad cubanas. “Ustedes van a tener que elegir: utilizar la fuerza contra sus propios ciudadanos o abrazar su deseo de cambio”, dijo junto a familiares de cuatro prisioneros “políticos” en Cuba. Luego cerró provocadoramente. “Viva Cuba libre”, se despidió en español.
Por su parte, el secretario de Comercio norteamericano, Carlos Gutiérrez, también llamó a aislar al gobierno de Cuba, surgido de una revolución obrera y campesina en 1959. “Es un mensaje a la comunidad internacional. ¿Dónde está la indignación? Hay indignación por la situación en Myanmar. La comunidad internacional tiene un desafío para manifestarse”, dijo Gutiérrez, que emigró de Cuba a Estados Unidos a los seis años. Asimismo, desechó la posibilidad de entablar conversaciones con Raúl Castro, el hermano y sucesor de Fidel. “Estados Unidos no tomará parte en dar oxígeno a un régimen criminal. La palabra operativa en nuestras futuras relaciones con Cuba no es estabilidad, la palabra operativa es libertad”, señaló.
Después del discurso de Bush y las palabras de Gutiérrez, llovieron críticas de parte de Cuba. “Quiero aclararle que la palabra principal en el pueblo cubano es coraje”, dijo el canciller cubano, Felipe Pérez Roque. El funcionario acusó al presidente de EE.UU de promover un levantamiento en la isla. “Es una confirmación de que la política en vigor en el régimen de Bush es el cambio de régimen de Cuba, incluso por la fuerza, sus palabras de hoy vienen a confirmarlo”, señaló Pérez Roque. El mensaje de Bush, según el canciller cubano, es un llamado a la violencia para derrocar la revolución y deja abierta la posibilidad de dar apoyo a una nueva guerra de conquista, como la que lanzó contra Irak.
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