EL MUNDO › PELIGRA EL CANDIDATO DE BUSH PARA JUSTICIA PORQUE NO CONDENA LA TORTURA
Michael Mukasey, el candidato oficial para reemplazar al polémico Alberto González al frente del Departamento de Justicia, parecía tener su confirmación asegurada hasta que el Comité del Congreso le preguntó si la técnica de interrogación conocida como “el submarino” era una forma de tortura. Ahora su nombramiento pende de un hilo.
› Por Yolanda Monge *
Desde Washington
Al candidato del presidente de Estados Unidos para el puesto de fiscal general del Estado, Michael Mukasey, se le preguntó esta semana, desde el comité que estudia su nominación, su opinión sobre la técnica conocida como submarino, que consiste en sumergir la cabeza del interrogado en agua y provocarle una sensación de ahogamiento. “Repugnante”, respondió. Pero hubo un pero en su declaración: manifestó no saber si esa técnica de interrogatorio viola las leyes estadounidenses contra la tortura. Mientras George Bush defendía a su nominado, aumentaban las dudas sobre su confirmación en el Senado.
El llamado a ser futuro jefe de la Justicia no tiene la manga ancha cuando se habla de tortura o información privilegiada que lo lleva a no oponerse a algo que su departamento pone en práctica, al margen del Congreso y de la ley. Parecía que su confirmación iba a ser un trámite. “Tenía la nominación en el bolsillo”, declaró el miércoles Patrick Leahy, demócrata y presidente de la Comisión Judicial del Senado. El miércoles, su confirmación estaba más amenazada que nunca. Cuatro senadores demócratas que están en la carrera por la Casa Blanca manifestaron su oposición a la confirmación. Otros importantes demócratas dentro del Senado se definieron en el mismo sentido.
La Casa Blanca se ha negado a detallar las técnicas de interrogación de acusados después de los ataques terroristas del 11-S. Entre ellas se sospecha que se encuentra el simulacro de ahogamiento o submarino sobre el que se preguntó a Mukasey. Bush, durante un discurso que dio ayer en el instituto de investigación conservador Heritage Foundation, defendió la negativa de Mukasey a aclarar si la asfixia simulada es un método de tortura. En declaraciones a los periodistas, Bush consideró injusto que, como condición para su confirmación, la oposición demócrata obligue a Mukasey a que explique si la asfixia simulada o submarino es o no un método ilegal en los interrogatorios a detenidos. “Mukasey no sabe si utilizamos o no esa técnica y tampoco tiene sentido que le informemos al enemigo sobre lo que estamos haciendo”, afirmó Bush.
La simulación de ahogamiento es constantemente presentada como uno de los métodos aplicados durante los interrogatorios. Bush se niega a decir si para él la inmersión de un prisionero hasta la sofocación para hacerlo hablar es legal o ilegal.“Yo no voy a hablar de las técnicas utilizadas”, pero “los estadounidenses deben comprender que el programa de la CIA es importante y que las técnicas empleadas están de acuerdo con la ley”, agregó. “Es erróneo que los líderes del Congreso condicionen la confirmación del juez Mukasey a su voluntad de explicar oficialmente los detalles de un programa secreto del cual no ha recibido información”, sostuvo Bush. Los interrogatorios practicados a los sospechosos de terrorismo son “instrumentos vitales” para la lucha contra sus organizaciones, agregó Bush. El próximo martes, el Comité Judicial del Senado tiene previsto someter a votación la designación de Mukasey como próximo secretario de Justicia y fiscal general, un paso clave para su votación definitiva en el pleno de la Cámara alta.
La candidata demócrata con más opciones a la presidencia, Hillary Clinton, declaró: “No podemos mandar en ningún momento la equivocada señal de que el próximo fiscal general del Estado aprueba la tortura o cree que el presidente está fuera de la ley”. Los senadores Barack Obama, Joseph Biden (miembro del Comité Judicial) y Cris Dodd hicieron declaraciones en el mismo sentido. El senador demócrata Edward Kennedy dejó en claro ayer que, aunque cree que Mukasey es un abogado “cauto, concienzudo e inteligente”, esas cualidades “no son suficientes para un cargo tan clave en un momento tan clave”. En un discurso en el pleno del Senado, Kennedy dijo que no hay duda de que el próximo secretario de Justicia “tiene que tener un compromiso firme con la justicia y la equidad, aun cuando la Casa Blanca intente dirigirlo en otra dirección”. “He tenido la oportunidad de reunirme con el juez Mukasey, de escuchar su testimonio en el Comité Judicial del Senado y de leer sus respuestas a cuestionarios del Comité. Mi conciencia me dicta que no apruebe su designación”, afirmó Kennedy.
Tomando como caballo de batalla el submarino, los demócratas pretenden forzar a Mukasey a que repudie la controvertida técnica que la Administración de Bush parece aprobar. Mukasey, de 66 años, juez federal retirado, fue nombrado por Bush para sustituir a Alberto Gonzales, quien dimitió a finales del pasado agosto tras ocho meses de investigación del Congreso por alegatos sobre supuesta politización del departamento que dirigía. El mandatario instó a los demócratas del Senado a no bloquear el nombramiento de Mukasey como secretario de Justicia,
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.
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