El proceso de paz colombiano reverdeció después de la reunión del presidente venezolano con el delegado de la guerrilla Rodrigo Granda.
En medio de un hermetismo total, el presidente venezolano Hugo Chávez se habría reunido ayer por la tarde con el canciller de las FARC, Rodrigo Granda, para reactivar las negociaciones para la liberación de 45 rehenes. El encuentro fue anunciado por la prensa de Caracas y por el Alto Comisionado para la Paz del gobierno de Alvaro Uribe, Luis Carlos Restrepo, aunque no fue confirmado por el Palacio de Miraflores. Sin embargo y pese a las dudas, el gobierno francés y el comité de apoyo a Betancourt salieron a celebrar sin tapujos el avance diplomático. “Es el comienzo de un movimiento”, aseguró el portavoz de la presidencia francesa, David Martinon. El optimismo se debe a que en las últimas semanas las negociaciones con la principal guerrilla colombiana parecían haberse estancado, por la negativa del presidente Alvaro Uribe de dar un salvoconducto a la cúpula de las FARC para viajar a dialogar en Caracas.
Según el diario venezolano El Nacional, la reunión se habría realizado en una quinta del ex ministro del Interior de Chávez, Ramón Rodríguez Chacín. Junto con el mandatario también habrían estado el actual titular de esa cartera, Pedro Carreño, y la senadora colombiana Piedad Córdoba, una férrea opositora del presidente Uribe quien hace dos meses fue elegida por él como facilitadora para destrabar las negociaciones con las FARC. La agenda tendría un solo tema: conseguir una fórmula alternativa para posibilitar la cumbre entre Chávez y Marulanda, el jefe máximo de las FARC, que ya fracasó en dos ocasiones. El mandatario venezolano ya advirtió públicamente que será muy difícil conseguir el canje humanitario si no puede negociar cara a cara con la cúpula guerrillera.
Al misterio que sobrevolaba el encuentro se sumaron las dudas que todavía genera el rol de interlocutor de Granda. El llamado canciller de las FARC fue excarcelado en junio pasado por orden directa de Uribe para actuar como representante de la guerrilla en las negociaciones. Sin embargo, Granda –el miembro de las FARC de mayor rango detenido– nunca confirmó públicamente si había hecho contacto con la cúpula, quien en un primer momento había rechazado la liberación de su dirigente y se negaba a reconocerlo como interlocutor. Sin embargo, el silencio posterior y las menciones de Chávez y de la senadora Córdoba hacen entender que Granda está metido de lleno en el proceso de negociación.
Mientras tanto, y a pesar de no tener confirmaciones, el Eliseo no dudó en festejar la reactivación de los contactos entre Chávez y las FARC. El presidente francés Nicolas Sarkozy fue el primer mandatario extranjero que adoptó un rol protagónico en los intentos por destrabar la relación entre Bogotá y la guerrilla. La liberación de la ex candidata presidencial y ciudadana francesa Ingrid Betancourt ha estado en la agenda de Sarkozy desde el día de su victoria electoral, cuando la mencionó en su discurso. Sin embargo, su incapacidad de lograr un contacto directo con las FARC forzó a Uribe a buscar a un líder ideológicamente más cercano a los insurgentes.
El próximo 18 de noviembre, Chávez hará su primer viaje oficial a París para discutir los avances con Sarkozy, quien una semana antes tendrá una reunión similar con el presidente George Bush. El mandatario estadounidense también tiene un ojo puesto en las negociaciones colombianas, porque dentro de los 48 rehenes canjeables hay tres ciudadanos norteamericanos.
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