El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ordenó al comandante de la Fuerza Aérea que inicie negociaciones para adquirir 36 cazabombarderos por un monto de 2200 millones de dólares para modernizar su flota. La noticia, difundida por la prensa local, se da a conocer en momentos en que Brasilia mira con atención el nuevo equipamiento militar que Caracas está concentrando en los últimos años.

Lula da Silva autorizó al máximo responsable de la Fuerza Aérea brasileña, el brigadier Juniti Saito, a llevar adelante el plan para adquirir cazas de quinta generación, una iniciativa archivada en el gobierno anterior que preveía compras por 700 millones de dólares.

La Fuerza Aérea analiza la compra de aviones Eurofighter Thypon (consorcio de empresas de Alemania, Gran Bretaña, España e Italia), el ruso Sukhoi 35, el anglo-sueco Gripen o el francés Rafale, aseguró la Agencia Estado. El diario O Estado de Sao Paulo informó que el objetivo del gobierno es equipar a la Fuerza Aérea brasileña con máquinas de quinta generación y desarrollar la industria bélica, por lo cual se optará por aquella empresa que junto con las naves garantice transferencia de tecnología.

En principio, según el diario, las aeronaves francesas serían las que cuentan con mayores chances ya que la fábrica Dassault garantiza transferencia tecnológica, algo que no ofrece la estadounidense Lockheed, constructora de los conocidos F 35.

“Francia siempre fue la mejor socia. Sobre Rusia, uno sabe de las dificultades y no sabe lo que va a suceder en diez años para que podamos garantizarnos las piezas de reposición. Estados Unidos, tradicionalmente, no transfiere tecnología”, analizó el diputado José Genoino, del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), interlocutor para asuntos de Defensa en el Congreso.

El ministro de Defensa, Nelson Jobim, afirmó la semana pasada que el Plan de Defensa Nacional Estratégica “precisa estar vinculado con el desarrollo nacional, a la creación de un parque industrial de defensa”. Por tal razón –insistió– se dará prioridad a los cazas que garanticen transferencia de tecnología.

Por otra parte, el gobierno brasileño estudia también equipar con nuevos armamentos a la marina y el ejército. Jobim aseguró el miércoles ante el Congreso que las compras de equipamiento militar están previstas para realizarse exclusivamente con transferencia de tecnología.

La noticia se da a conocer en momentos en que se observa en Brasil el equipamiento bélico que está concretando en los últimos años su vecino Venezuela, lo que motivó en la semana al ministro Jobim a asegurar que el país no se embarcará en una carrera armamentista.