La Iglesia Católica de Colombia entra en escena en el canje humanitario. El gobierno del presidente Alvaro Uribe anunció ayer que la institución religiosa será la única responsable de negociar con las FARC la creación de una zona de encuentro para el intercambio de rehenes por rebeldes presos. Dos días después de que Uribe intentara reabrir las negociaciones con la insurgencia a pedido de la Iglesia, el líder de la Conferencia Episcopal se mostró dispuesto a que la guerrilla colombiana propusiera el lugar de encuentro. Mientras una agencia que difunde comunicados de las FARC recibió con escepticismo la oferta oficial, antes de reunirse con su homólogo de Brasil, el mandatario colombiano instó ayer de nuevo a los rebeldes a desertar a cambio de beneficios jurídicos y recompensas.

Dos semanas después de que Venezuela fuera desplazada de la mediación, Uribe parece haber encontrado un reemplazante. “Hoy nos reunimos con monseñor Luis Augusto Castro (presidente de la Conferencia Episcopal) y con el padre Darío Echeverri para hablar de la liberación de secuestrados y consideramos prudente manejarlo exclusivamente a través de la Iglesia Católica”, dijo el presidente. El viernes pasado el jefe de Estado anunció la creación de un espacio de encuentro en alguna región del país para pactar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un canje de 45 rehenes por 500 guerrilleros presos. Con esto, el gobierno retomó la propuesta hecha por la Iglesia dos días antes.

Luego, Uribe volvió a referirse a la zona de encuentro. “Como en algunos colombianos hay preocupación por lo que pueda ser esa zona, me permito repetir que será una zona rural, en un sitio no poblado, con un área aproximada de 150 kilómetros cuadrados donde no haya instalaciones ni presencia militar ni policial que remover”, ratificó.

Por su parte, monseñor Castro, sin ocultar optimismo, pidió a los rebeldes una respuesta a la oferta hecha por la Iglesia con el aval de Uribe. “Quiero decirles que por favor consideren positivamente esta propuesta, que vean que no es restrictiva y que es fácilmente realizable”, dijo el religioso. “No creo que las FARC vayan a poner un problema, porque sencillamente son una guía para que se diseñe la zona de encuentro de una manera aceptable para unos y otros”, añadió.

En cuanto al lugar de las conversaciones, el prelado se mostró despreocupado. “No es el problema. Yo creo que las mismas FARC, que conocen muy bien el país, pueden hacer propuestas en este sentido”, señaló. “Esto nos pone ahora a trabajar fuertemente para que en el menor tiempo posible se pueda realizar este diálogo entre el gobierno y las FARC”, indicó. “Con ellos ya hemos dialogado en otras ocasiones. Lo hemos hecho con los permisos de la presidencia y ahora volveremos a hacerlo”, agregó confiado en que los rebeldes aceptarán la mediación de la Iglesia.

Por otra parte, la agencia Anncol destacó las limitaciones de la propuesta oficial. “Uribe recicla su propuesta de hace dos años y lo hace poniendo condicionantes. Es algo muy típico de él. Quisiéramos creerle”, señaló. Asimismo, el medio exigió flexibilidad a Bogotá. “Al presidente Uribe, si es sincera su posición, le será imprescindible saber que en este momento deberá estar abierto a los requerimientos de las FARC hasta lograr el acuerdo sobre la zona de despeje o encuentro”, dijo. “Ojalá ésta no sea otra oportunidad perdida por culpa de Uribe porque las FARC tienen muchas opciones”, concluyó.