Mié 12.12.2007

EL MUNDO  › EL CAPITOLIO INVESTIGA EL USO DEL SUBMARINO

Confesiones de un torturador

Mientras la CIA continúa negando el uso de la tortura, un ex agente salió a reconocerla y complicó al presidente George Bush. En una jornada en la que el jefe de la agencia de inteligencia, Michael Hayden, comparecía ante legisladores norteamericanos por la destrucción de videos que mostraban interrogatorios a presuntos extremistas, el agente retirado John Kiriakou dijo ayer que la técnica de ahogamiento era una tortura y que sirvió para obtener información clave. Sin pelos en la lengua, aseguró que esa política fue decidida por la Casa Blanca.

Sin embargo, el ex servicio de la CIA Larry Johnson, en diálogo con Página/12, rechazó que el método fuera efectivo y reveló que lo aprendió de militares retirados que lo habían utilizado en Vietnam. Asimismo, Johnson denunció que Estados Unidos viola una convención contra la tortura firmada dos décadas atrás y que también suscribió Argentina en tiempos de Raúl Alfonsín. “Es similar a la guerra sucia en Argentina. Allá tenían que usar todos los métodos para defender al país desapareciendo y matando. En Estados Unidos también se abusan de los derechos humanos”, señaló.

Aunque los videos fueron grabados antes de que Hayden asumiera al frente de la Agencia Central de Inteligencia, el líder de la CIA tuvo que declarar ayer ante la Comisión de Inteligencia del Senado, en momentos en que el organismo que él dirige es acusado de haber desaparecido las grabaciones para encubrir torturas. La semana pasada se descubrió que las imágenes tomadas en 2002 fueron destruidas en 2005, justo cuando el Congreso investigaba acusaciones de torturas a sospechosos. Hasta ahora, Hayden niega el uso de la tortura y dice que los videos, grabados para supervisar cómo se ejecutaban los interrogatorios, se destruyeron para evitar filtraciones que pudieran poner en peligro a agentes de la CIA.

Pero según otras versiones, las imágenes grabadas mostraban polémicos métodos de interrogatorio, incluido el waterboarding, una forma de ahogamiento simulado que grupos de derechos humanos y legisladores llaman tortura. El método consiste en echar agua en un trapo que cubre la cara del interrogado hasta producir una sensasión de ahogamiento.

En medio del silencio oficial, el ex servicio secreto John Kiriakou echó ayer mas leña al fuego al revelar que la CIA torturaba mediante el waterboarding. Después de haber dirigido el equipo que capturó e interrogó al sospechoso de Al Qaida Abu Zubaydah, el agente retirado se arrepintió de la técnica empleada, aunque él dice que nunca la usó, pero reconoció que fue útil para conseguir información vital. “No tengo dudas de que la información extraída de Abu Zubaydah detuvo ataques terroristas y salvó vidas”, indicó a la CNN. “Entonces pensé que el ahogamiento simulado era algo necesario. Sin embargo, al quedar cada vez más lejos el 11 de septiembre, lo veo de otra forma”, agregó.

Según Kiriakou, el método quebró en segundos al compañero del líder de Al Qaida, Osama bin Laden. Pese a que el gobierno niega el uso de tortura y no dice qué técnicas son permitidas para interrogar a presuntos terroristas, el ex servicio le echó el fardo a la Casa Blanca. “Esta fue una política decidida en la Casa Blanca, con acuerdo del Consejo de Seguridad Nacional y del Departamento de Justicia”, dijo.

Por su parte, el ex agente y funcionario del Departamento de Estado Larry Johnson criticó a los medios locales por esconder la responsabilidad del gobierno y consideró que hay pruebas de sobra sobre el uso de la tortura por parte de la CIA.

En correcto castellano, Johnson aseguró a este diario que la central aplica el waterboarding desde hace años y que es contraproducente. “Lo utilizan desde el 2002, aunque dejaron de hacerlo por un tiempo porque dañaba la reputación de la agencia y no producía resultados”, dijo quien fuera uno de los principales analistas de la guerra civil en Nicaragua. “Mejor que la violencia es reclutar un espía, hacer una cita amorosa y llevar un ramo de flores”, añadió.

El Congreso recibió información hace unos tres años sobre el uso de la tortura, pero no hizo nada, explica el experto en contraterrorismo. “No tienen bolas, faltan huevos”, desafió.

Informe: Juan Manuel Barca

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