EL MUNDO › CONFUSO Y OLVIDADIZO EN EL JUICIO POR VIOLAR DD.HH. EN PERU
El ex presidente peruano, acusado por los asesinatos del Grupo Colina, dijo que nunca dio órdenes, sino apenas directivas políticas.
› Por Carlos Noriega El ex presidente Alberto Fujimori comenzó a responder ayer el interrogatorio de la fiscalía por los cargos de violaciones a los derechos humanos por los que enfrenta una condena de hasta treinta años de prisión. Fujimori fue interrogado sobre su vinculación con el Grupo Colina, destacamento del ejército que operó como un escuadrón de la muerte durante su gobierno, y los crímenes de Barrios Altos, en noviembre de 1991, y de la Universidad La Cantuta, en julio de 1992, que dejaron veinticinco personas muertas. Aunque en su interrogatorio el fiscal supremo José Antonio Peláez fue poco incisivo y estuvo falto de reacción para repreguntar, Fujimori cayó en más de una contradicción y en varios momentos tuvo que refugiarse en una supuesta mala memoria para eludir responder las preguntas más comprometedoras. En otras ocasiones se acogió al derecho de guardar silencio para no ahondar en detalles sobre su relación con Vladimiro Montesinos, su brazo derecho durante todo su gobierno y sindicado como el creador del Grupo Colina. Minutos después de que la audiencia se había reanudado luego de un receso para almorzar, ésta fue suspendida hasta el viernes a solicitud del fiscal debido al fallecimiento de su suegro. Fujimori intentó desmarcarse de las violaciones a los derechos humanos cometidas en el marco de la guerra interna, presentándose como alguien poco interesado en la lucha contra la subversión armada y ajeno a los temas militares, pero en otro momento se definió a sí mismo como el conductor de la guerra antisubversiva. Con una sonrisa cínica, aseguró que como presidente nunca daba órdenes, sino solamente directivas políticas, por lo que no podían acusarlo de ordenar los crímenes del Grupo Colina. Estas afirmaciones entran en abierta contradicción con la centralización del poder y el manejo autoritario que caracterizó el régimen fujimorista y con la imagen que Fujimori ha construido de sí mismo como un presidente que dirigía personalmente todas las operaciones militares contra la subversión armada. Confrontado con documentos en los que él personalmente felicita y dispone el ascenso de los principales integrantes del Grupo Colina por su participación en “operaciones especiales de inteligencia” y por su “contribución en la lucha contra la subversión”, Fujimori dijo no recordarlos “porque siempre firmaba de madrugada”. También aseguró no recordar la existencia de un manual militar elaborado en 1991, llamado Plan Sipango, y en el cual se dispuso la implementación de una guerra de baja intensidad y la conformación de un grupo clandestino dentro del ejército para asesinar a supuestos subversivos. Este documento fue elaborado por quienes luego formarían el Grupo Colina. El mayor Santiago Martín Rivas, jefe operativo de Colina, ha declarado que ese manual fue hecho por orden de Fujimori y Montesinos. A Fujimori también le falló la memoria cuando debió precisar cómo llegó Montesinos a su gobierno, pero reconoció que se reunían permanentemente y que su relación con él era “jerárquica”, con lo que terminó admitiendo que Montesinos, acusado de conducir las operaciones de la guerra sucia, actuaba bajo sus órdenes en una relación de mando vertical. Fujimori reconoció que vivió durante un tiempo, entre 1991 y 1992, en el Servicio de Inteligencia, desde donde entonces operaba el Grupo Colina, pero aseguró no haber escuchado nunca de su existencia hasta que se enteró de sus crímenes por los medios de comunicación. Y justificó no haber hecho nada por investigar las acciones del Grupo Colina, alegando que ésa era una labor de la fiscalía y no suya, desconociendo que durante su gobierno la fiscalía estuvo sometida a su régimen. “El interrogatorio fiscal ha sido blando, concesivo con el acusado. Fujimori dice que se ha olvidado de muchas cosas, pero aquí no importa si él se acuerda o no de haber felicitado y ascendido a los miembros del Grupo Colina o de la existencia del Plan Sipango, lo que importan son los hechos, y esos documentos existen”, le señaló a Página/12 Carlos Rivera, uno de los abogados de las víctimas del Grupo Colina. El interrogatorio de Fujimori recién comienza y todavía quedan muchas preguntas por responder y contradicciones por aclarar.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux